¡Sabia que serias mi locura!

Prólogo

-¡Julie! Quiero jugar- grito.

-No... eres muy chica para jugar.

-Pero yo quiero jugar- Estoy haciendo un berrinche y no me importa.

-Ya te dije que no- Ahora estoy muy enojada, el hecho que ella sea mi hermana mayor, no le da el derecho de tratarme como a un bebé. Es muy mala y nunca tiene tiempo para jugar conmigo.

-Pero...- Hago mi carita de perrito y todo.
Siempre me salía con la mía cuando usaba esa carita. ¡Pero ahora ni siquiera me nota! Es una tarada...¡todas las hermanas mayores son unas tontas! Siento ganas de llorar, no quiero que me vea por llorar.

-Vete a jugar con tus muñecas Mel y déjanos en paz- ella se da la vuelta y lanza la pelota. No es justo que le preste más atención a sus amigos que a mí, antes solo eramos ella y yo.
Me voy corriendo antes de que vea mis lágrimas. Si me ve llorando solo se burlara de lo niñita que soy.

Me siento debajo de un árbol en el patio trasero, lejos del garaje donde están jugando con el aro de baloncesto. Me siento muy sola, en mi escuela las niñas son malas conmigo y ni siquiera les hice nada. Me tratan mal solo porque me gusta hacer cosas de niños, me llaman fenómeno y esas cosas feas. Y cuando le digo a mi mamá ella me dice que tienen razón, que no me comporto como una señorita debe hacerlo. No quiero hacer cosas de niñas... son aburridas y no me gustan. Sigo llorando hasta que no tengo más lagrimas que sacar, no sé cuánto tiempo he estado aquí pero ya me duele la espalda. De pronto una gran sombra aparece cubriéndome del sol, levanto la cabeza y veo a un chico ¿eh? Es el mismo chico que jugaba con Julie...su nuevo mejor amigo.

Quiero estar enojada con él por robarme a mi hermana...ella era mi mejor amiga. Mi única amiga real.

-Hola soy Liam- dice sonriéndome. Tiene una linda sonrisa y su cabello castaño esta desordenado. Me gustaría pasar mis manos por él y peinarlo.

-Hola- digo con voz pequeña. Él se arrodilla frente a mí y todavía tiene esa sonrisa en su en su rostro. Se ve muy amigable.

-¿Tú eres Mel no?

-Melissa- Decir mi nombre completo me hace sonar más grande, no quiero parecer una niña frente a él.

-Es un lindo nombre- Siento que mis mejillas se ponen un poco calientes, me siento rara cuando este niño me sonríe y me mira así.

-Gracias...

-No deberías llorar... las niñas bonitas no deben hacerlo porque se ponen todas feas.

¿Me llamo bonita? ¡Esperen también me dijo que cuando lloro me pongo fea!

-Yo...

-No te pongas triste por Julie...ella me ha dicho que te quiere muchísimo.

¿July dijo eso?

-Yo también la quiero mucho-murmuro.

-Bueno solo quería pasar a saludarte. Me tengo que ir a casa ya, es un poco tarde.

-Oh- ¿Por qué de repente ya no quiero que se vaya? Ha sido muy dulce conmigo.

-¿Te veré por ahí no?

-Si- digo ofreciéndole una pequeña sonrisa.

-Así me gusta...cuando sonríes te ves mucho mejor.

¿Dijo que me veo bien? ¿Otra vez? Oh por Dios.

-Ten- dice dándome un dulce ¿un dulce? En mi casa mamá nunca me quiere dar golosinas porque hacen mal a los dientes. Este chico es genial.

-¡Gracias!- chillo emocionada.

-Si no vuelves a llorar te daré más.

No pienso volver a lloriquear en un largo tiempo.

-De acuerdo.

El se levanta de pronto y yo lo sigo porque no quiero estar en el suelo mientras se va ¡Wow! es muy alto. ¿Tiene la misma edad que July? ¿O es más viejo?

Los chicos grandes nunca se fijan en las niñas como yo. ¿Por qué estoy pensando en eso? Los niños son asquerosos. Si eso...

-Me tengo que ir...no llores mas ¿quieres?- y luego ¡Oh por Dios! ¡Me dio un beso! Bueno fue en la mejilla pero fue un beso igual. -Nos vemos luego.

Se da la vuelta y se va. Mi corazón palpita como loco en mi pecho y mis mejillas arden.
Liam fue muy dulce, lindo y amigable conmigo. Oh Dios mío creo que me enamore.