Quinto Capítulo

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Todo se reduce a la misma meta que se tiene a esta infinita historia donde se busca la Felicidad ilimitada. Una ilusión bastante grata.
Decir que hoy era un día ventoso era poco. Las calles se encontraban solitarias en lo más angosto del camino. La luz anaranjada que iluminaba mi recorrido bastaba para mantenerme en un clima templado. Eran las 2 de la tarde.
Miraba la parte alta de las casas y era bastante curioso porque cuando miras siempre es para el suelo. Es como despertar.
Escuchaba la misma canción que se repetía en mi mente por horas y que no me era suficiente. Me encantaba.
Estaba en dirección a mi casa después de una larga caminata en la librería.
Muchos libros y no encontré el que quería. Que va.
Estaba en la fina línea de rendirme por esta historia. Y es que al verla una vez en una imagen me lleno la curiosidad y busque por todos los rincones del Internet disponible. Solo una página lo tenia y era una pizca del contenido.
La verdad me molesto mucho porque la curiosidad hizo que iniciará esas mismas 20 pizcas y no sabia si reír o llorar de que me había quedado con ganas de más. Muy lamentable.

Pensé que era la oportunidad de encontrarlo finalmente. Vaya mi sorpresa.

Había pasado lo mismo con una película que solo vi el final y me gustó por su vocabulario. La verdad es un buen final. Igual lo busque y no lo he encontrado actualmente.
Tengo una suerte de mierda.

Llegue imaginando una vez más mi cama. Abrí colocando justo las llaves en el picaporte en la medida exacta que se tiene y con la actitud meramente desganada.

-Llegaste cariño! Donde estabas. Me tenias preocupada.

Mi madre mira desde la mesa del comedor con sus lentes en su rostro, cerca de sus ojos. Se notaba preocupada, pero no por mi. Su libro en mano llevado a la mitad hacia que me diera cuenta de su preocupación y solo mire hacia la puerta para fijar bien la puerta con llave. Tres mujeres en una casa llama la atención de cualquier ratero.

-Hola. Fui a la librería. Una vez más no encontré lo que buscaba.
Le conteste afligida para que notará que era una de mis muchas veces en la búsqueda de ese libro.

-Es seguro que lo encontrarás. Solo hay que ser paciente y saber buscar. ¿Ya has comido?.

Claro que he buscado, y no lo he logrado. Me desagrada escuchar eso. Soy paciente. Lo suficiente.

-No, aun no he comido. ¿Tu ya comiste?

Mi madre mira su libro con el ceño fruncido y asienta con la cabeza.

-Cariño, la comida esta lista en la cocina. Ve y sírvete si me haces el favor. Y no hagas demasiado ruido que estoy en la parte más interesante.

Me quito la bolsa de un solo tirante que envuelve mi cuerpo y lo dejo en el sillón café que se encuentra frente a la puerta. Colocó mi chamarra de mezclilla justo a un lado de la bolsa.
Hago el recorrido en busca de comida.

Había notado que ya hacía un rato desde que había enfermado mama, creo que solo fue por que no había comido bien o sus preocupaciones de cualquier forma.

Habíamos hecho lo posible por salir a delante. Y ha estado mejor de lo que había pensado. Mucho mejor.

Me adentré por la cocina y encontré todo listo para servir.

-¿Tu quieres que te sirva un poco? Anda, no quiero que te sientas mal después. -  la miraba justo en el contorno de la puerta.

-No cariño, he comido desde hace un ratito. Tu hermana llego a tiempo y la acompañe. Muchas gracias.

-Esta bien. ¿Donde fue? - tome mi plato y me senté junto a mi madre.

- Dijo que había conseguido al fin una entrevista de trabajo. Estaba emocionada.

-No creo conveniente que trabaje tan chica.
-Es su decisión. Ella quiere experimentar. - me tomo de las manos y me miró. - cuando tu lo quisiste yo te deje. Déjala que tome sus propias decisiones.

-De acuerdo mamá.  Lo haré.

-Muy bien, ahora déjame continuar con este libro. Provecho querida. - acomodo sus lentes en sus ojos y se dispuso a leer de nuevo. Nos quedamos en silencio.

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⏰ Última actualización: Jan 19, 2016 ⏰

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