7 Days ~ Justin Bieber {One Shot}

Capitulo IX. Día 7 {Ultimo Cap}

Caminaba empapado por la misma lluvia. Que poco a poco se embarullaba con sus lágrimas. Joder, se sentía como un maldito bueno para nada. Un imbécil. La persona... sobrante.

Después de aquella conversación que la madre de ella... no quería ni siquiera recordar aquellas palabras que le habían herido en lo más profundo de su ahora débil corazón. Kelsy le dolía. Muchísimo. Era capaz de poner su mundo de cabeza. Y ahora lo estaba. Pero había algo en lo que aquella mujer lo había hecho entrar en razón. No podían estar juntos... ¿a quién engañaba?... Kelsy tenían planes, una boda, un novio, un futuro. Y ¿él? Él solo aparecía para arruinarlo. Golpeó la pared próxima. Jodido. Jodido por el amor.

Se había acostumbrado en tan solo 6 días al cariño de ella. A sus besos, los cuales tuvo que robar muchas veces. Y ¿ahora? Tenía que dejarla. Dejarla vivir su vida, dejarla cumplir aquel deseo de vivir con Alex. ¡Ella no merecía pasar por eso! No merecía humillarse por una boda cancelada, por él, por Justin. Otra lágrima se desplomó desde sus ojos. La decisión estaba tomada, y aunque sabía que nunca más en toda su vida se enamoraría de alguien como lo hizo con ella, prefería otro final, uno, en donde ella resultaba feliz con la persona que en verdad quería, no con él, pero al menos sería feliz.

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Kelsy esperaba a Justin en su departamento. Después de varias horas, él ni siquiera había llamado. Y por más que ella insistía, él no le tomaba importancia. Joder, una pequeña oleada de desconfianza se paseaba por su corazón. A ver hecho el amor con él y de pronto desaparecía.

La madre de Kelsy tocó la puerta principal.

- ¿Mamá? – saludó Kelsy, completamente sorprendida. Ella y su madre nunca tuvieron la relación que todos pensaban.

- ¿Creíste que me perdería tu boda? - le respondió esta. Como si nada. Cuando en realidad lo sabía todo. La abrazó. Kelsy sonrió incomoda.

- No, claro que no. - dijo sin otra idea en la cabeza. Rebeca sonrió.

- ¡Bueno! - suspiró sonriente. - debes estar muy nerviosa, ¿no es así?

- Mamá... no sabía que vendrías... - murmuró intentando cambiar de tema. Aún no tenía claro que iba a pasar mañana, no después de a ver conocido a Justin.

Rebeca sonrió una vez más, tomando asiento en una de las butacas.

- ¿Te sorprende?

- Un poco. Nunca me visitas.

- Cariño, ¡tu boda es mañana! - resaltó Rebeca una vez más. Kelsy cerró los ojos, girándose a la misma vez. Respiró hondo. Por primera vez, quería ser otra. La que era con Justin.

El silencio de su hija se hizo estremecedor, Rebeca sabía el motivo, colocándose de pié, cruzó sus brazos. Era momento de poner las cosas en bandeja, tal y como eran, o como ella las crearía.

- ¿Acaso no estás contenta?

- Sí, sí... - un nudo se formó en la garganta de Kelsy.

- ¿O es que no estás segura de casarte, linda?

Kelsy se volteó a mirarla. Su madre no era así. Podía reconocer a kilómetros aquel perverso tono de voz.

- ¿Mnh? - preguntó Rebeca. - ¿acaso has conocido a alguien de pronto?

Kelsy abrió los ojos. El pulso le corría. Esto ya no era normal.

- Mamá...

- ¿Crees que no lo sabía, verdad? - Rebeca levantó las cejas. – lo sé, Kelsy. Y agradece a Dios que sea la única que lo sepa en la familia.

- No sé de que hablas. – se negó Kelsy. Girándose, su madre la interrumpió.

- El hombre de al frente... un rubio, alto, sin modales, un maldito sin vergüenza ¿Justin? - Kelsy la miró sin abstenerse. No se pondría a llorar ahora. - ¿te das cuenta de lo que has hecho? Estas a un día de tu boda con el hombre perfecto, Kelsy por Dios. Alex lo tiene todo... - se acercó a ella, susurrando. - todo lo que tú necesitas.

- No me interesa. - negó. - me da igual, es mi decisión, ¿entiendes? Ya no soy una niña de doce, mamá, no soy la misma imbécil que tú criaste.

- ¿Por él? - farfulló Rebeca. - ¿por él vas a dejarlo todo?... ¿te has puesto a pensar donde está ahora? Kelsy se volteó. Una palabra más respecto a él, y se pondría a llorar.

- ¿Te ha llamado, acaso? - dijo fuerte y claro. Sujetó su bolso, miró a Kelsy, victoriosa. - tal vez ni siquiera le importas, y tiene razón, ¿a quién va a importarle una pequeña aventurilla de adolescentes? - joder. Las lágrimas de Kelsy salían sin parar. - míralo de esta manera, él ya está pensando cómo se debe, ahora tú, concéntrate en lo real. - caminó hasta la puerta, Kelsy limpió sus lágrimas rápidamente. - te espero en la tarde, tienes que probarte el vestido. - farfulló su madre, cerrando la puerta principal, mientras adentro de ese departamento, Kelsy ya no sabía ni siquiera como sostenerse en pié. No sin él...

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Justin toma asiento en una de las butacas de espera. Su reloj indica que pronto lo llamarían, su avión partiría. Y justo como lo ha imaginado, nombran su vuelo y el tiempo que necesitaba para abordar. Se pone de pié. Arrastra su maleta, se acomoda el pasamontañas. Cuando de pronto, escucha a alguien detrás de él, siente varios ojos en su espalda. Voltea, Kelsy está de pié, sobre una butaca. Abre los ojos, no se lo puede creer, ríe por lo bajo, su aspecto es gracioso, es ella, la Kelsy que le fascinaba.

- Hola. - dice fuerte y claro, dirigiéndose a él. La gente alrededor se voltea a mirarla. - quería, quería hacer algo, antes de que el último vuelo a California se vaya. - Justin cruza sus brazos. - quería, pedirle perdón a alguien que está aquí, él. - lo señala. Justin enrojece. - porque la verdad es que me gusta muchísimo. - lo mira a los ojos. La gente la mira enternecida. Entiende la escena. Kelsy baja de la butaca. - perdóname por enamorarme de ti, en tan poco tiempo. - le habla mirándolo, de nuevo, Justin ríe, aún no se lo cree. - pero estoy aquí, y traje maletas. - señala, Justin la observa con ternura. - porque quiero irme contigo. A donde tú quieras llevarme. - abre los brazos, ni ella misma se lo cree, no ha hecho esto por nadie, nunca. - pero no voy a dejarte ir.

La expectativa no está solo en  Kelsy. La gente se voltea a mirar a Justin. Se da cuenta que están de parte de aquella preciosa chica que ha venido a decirle lo que siente.

- Te amo. - grita fuerte y claro. - Te amo Justin Bieber.

Justin alcanza sus manos, la atrae hasta él, rapidísimo. Sus rostros quedan juntos, mientras que alrededor, todos observan con ternura.

- No tenías que hacer esto. - susurra él. Acaricia su nariz con la de ella. Kelsy sonríe.

- No se me ocurrió mejor cosa. - lo besa en la mejilla. - no quiero que te vayas. - cruzan sus miradas. - olvida la boda, no voy a casarme. Estoy enamorada de alguien más.

- Eso suena magnífico. - la besa en los labios, mezclándolos en un beso tan intenso, precioso. - eres mía. - aprieta sus caderas. - mía, mi amor.

Kelsy lo abraza del cuello, riendo, Justin alza su cuerpo, sin dejar de besarla. Ella le acaricia el cabello. Es libre, lo siente así. Todos alrededor aplauden, Justin la besa de nuevo. Su chica, su Kelsy.

- ¿Me llevaras contigo? - pregunta ella. Su dedo índice recorre el torso de Justin de arriba hacia abajo.

- Es posible que el avión me haya dejado ya, así que, tendremos que esperar a que anuncien el otro. - le sonríe. Kelsy ríe. Ha sido su culpa, pero ha valido la pena. Besa sus labios una vez más, mientras al mismo tiempo estira su mano un poco para coger sus maletas, las junta con las de Justin. Sus labios vuelven a juntarse, sus manos también.

Y ese día, no importo otra cosa, nada más que ellos dos, ella y él para siempre, más que siete días, más que eso,para toda la vida.

Fin.