Estaba parada en la entrada de mi club favorito Achromatic. Era un edificio de dos niveles en cristal polarizado negro, que hacían el lugar más interesante y exótico; lo amaba también porque era un lugar de pocas personas y generalmente siempre eran los tontos hijos de millonarios.
Llegó la hora...dije para mis adentros. Entré al bar el cual estaba extrañamente lleno lo cual era curioso y refrescante. Al parecer había una especie de fiesta de universitarios.
Fui directamente hacia la barra para pedir un trago. Necesitaba alcohol para prepararme. El alcohol siempre a sido mi aliado en el asunto de encontrar el objetivo para mí juego.
El barman me sirvió el trago y se quedó viéndome como si no creyera que podía tomármelo. -¿Qué?- tire la cabeza hacia atrás y tome todo el contenido del vaso, sintiendo el delicioso escozor bajar por mi garganta.
Después de cinco tragos estaba más que lista para ir de cacería. Así que, observé la pista de baile y en un extremo de ella habían un grupo de adolescentes ebrios bailando, observaba atentamente el grupo que al parecer andaban juntos y lo encontré. El hombre que me llevaría a casa esta noche.
El tiene mucho que pagar, lo he estado observando y se a acostado con más de cinco chicas distintas en lo poco que ha venido.
Pero es que podía meterse con quien quisiera, si era un puto Dios griego. Alto, cabello castaño medio largo, piel aceitunada y una buena musculatura. El tipo de hombre que cualquier mujer desearía tener..... Excepto yo.
Me levanté de mi asiento, caminando con decisión en mis pasos y mirando hacia mi objetivo como un animal mirando su presa. Cuando captó mi mirada sobre el, sonrío y asintió con aprobación. Que comience el juego.
Me acerqué a él y me lancé a sus labios sin pensarlo dos veces, él me recibí gustoso, así comienza mi juego.
Regla uno: solo un beso.
Comencé a besarlo con intensidad, inmediatamente saboreé la cerveza de sus labios y me di cuenta de que había estado bebiendo hace mucho tiempo. Después de unos segundos sentí su lengua sabotear mi boca en cuestión de segundos, enroscándose con la mía de una manera satisfactoria. Detuve el beso y comencé a moverme sobre el al ritmo de la música, tomándolo con una mano por el cuello y con la otra tocándolo desde su pecho a su espalda en movimientos lentos y provocativos, dejando más que claro lo que quería.
Regla dos: seducir.
Él tenía sus manos en mi cintura bajando lentamente hacia la parte de arriba de mi tracero. Me di vuelta colocamdome de espaldas a él, y pude sentir perfectamente su eréctil polla en mi espalda. Tomé una de sus manos y la coloqué descaradamente en mi pierna casi desnuda gracias al corto vestido que traía.
El gimió suavemente en mi oreja y yo sonreí victoriosa.
Regla tres: provoca.
-¿Esto te gusta?- ronronee en su oído. Asintió rápidamente casi jadeando.
Seguí subiendo su mano lentamente por mi cuerpo torturandolo hasta que llegó a mi sexo. Dejando que el hiciera el trabajo. El al sentir mi humedad metió su mano rápidamente a través de mis bragas y introdujo dos dedos en un rápido movimiento. Gemí en respuesta y me restregué sobre su mano para que continuara.
El movía rítmicamente sus dedos dentro y fuera de mi, acariciandome el clitoris con dulces movimientos.Cuando estaba casi a punto saqué su mano de mis bragas y la tomé entre las mías. Lamí cada dedo con lentitud, enroscando mi lengua en ellos y chupando con fuerza. Estaba tan caliente que no creo que pueda durar más si liberaba toda esta tensión que había en mi punto G.
Cuando termine con ellos, vi como mi nueva mascota respondía a mis caricias. Lo mire a los ojos tenía la mirada cegada por el deseo. Me acerqué a su oreja y mordí el lóbulo de su oreja.
-Déjate llevar. Ven conmigo- susurre en su oído con una voz cargada de erotismo seduciéndolo por completo y lo tome de la mano sabiendo ya la respuesta para conducirlo hacia afuera y así completar mi trabajo.
Regla cuatro: Castigar.
Ya fuera, deje que me guiará a su auto. Por el camino trato de besarme reiteras veces y lo detuve en seco.
-Hey! No tan rápido- dije poniendo una mano en su pecho. -Solo un beso- susurre cerca de su boca, empujándolo con mis manos.
Habíamos llegado, más rápido de lo que pensé; debo decir. Definitivamente estaba en lo cierto, estaba podrido en dinero, ya que, su apartamento parecía una mansión. Era inmenso.
Me dirigió dentro, y pude observar mucho mejor el lugar. Era precioso, decorado en granate y negro. Absolutamente perfecto.
-Deseas algo de beber?- dijo hablando por primera vez desde que llegamos.
-Wiski- dije directa. Él me miró sorprendido y yo tuve unas inmensas ganas de poner los ojos en blanco pero no lo hice. Él me sirvió el trago y lo tome entre mis manos. Comencé a caminar por el departamento con el chico detrás mío sin decir palabra, solo con el sonido de mis tacones inundando el espacio.Fui hacia lo que parecía su habitación.- Es mi habitación- dijo como si leyera mis pensamientos. Bien, comencemos. Deje el trago sobre su mesita de noche y comencé a quitarme los zapatos. Con la constante mirada de confusión del chico. De veras que no tenía idea el imbécil. Después de quitármelos recordé que había dejado mi bolso en el auto del tipo. Mierda. Así que hay que improvisar. Me acerqué a él seductoramemte y puse mis manos en su cadera.
-Usas corbata?- dije casi en un suspiro. Él asintió. -Donde, allí?- dije señalando lo que parecía su guardarropa. Afirmó con la cabeza. Y yo me dirigí allí y encontré no solo una, sino cientos de estas y muchos trajes. Vaya a de ser un hombre importante, con la integridad de una estrella porno.
Tomé seis de estas y las deje sobre la cama. Me senté en la misma enfrente del más que extrañado empresario.
-Desnúdate- dije sería.
-¿Qué?- dijo frunciendo el ceño.
-Quiero que te desnudes- dije más fuerte. Él entendió y comenzó a desvestirse hasta quedar en bóxers. Ahora entiendo porque se ha acostado con tantas mujeres. -Bien. Ahora ven aquí- afirme palmeando mi lado izquierdo en la cama. Obedeció. Me senté a horcajadas sobre el, sorprendiéndolo completamente.-¿Cómo te llamas guapo?- dije cerca de su boca. -Neack, y tú?- dijo con una voz ronca. -Soy Jovi y serás mío por esta noche- dije en pequeños susurros. Vi como una sonrisa crecía en su rostro.
-Bien, Neack. ¿Me ayudas a quitarme este estorboso vestido?- ni siquiera respondió. Me giró en un rápido movimiento poniéndome de espaldas y rápidamente bajando la cremallera de mi vestido.
Me puse de pie y mi vestido cayó al piso. Quedando yo en un conjunto de sujetador y bragas de encaje. Desde mi posición lo vi tragar saliva y mirarme como un animal salvaje. Justo como quería.
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Jovi Rockwell
Romance'...Solo quiero que escuches lo que tu cuerpo quiere, olvida lo que prohíbe tu mente. Solo entrégate al deseo y sé parte de mi juego...'