Guapísimo, con unos hermosos ojos color miel y una mirada "simpática" que anunciaba peligro. No me iba a sorprender que sea todo un mujeriego.
Su mirada estaba fijamente en mí, si fuera cualquier otra chica, obviamente caería en su juego, pero este no es el caso.- ¿Eres el de la nota?- pregunte en seco. Creí haberlo sacado de sus cavilaciones, pues se mostró distraído observándome.- Lo soy, ¿tan feo estoy? Pareces desilusionada.
-No, para nada, solo... no me emocionan este tipo de cosas. Agh, ¡diabetes!- al cabo de decir eso, automáticamente su sonrisa desapareció, haciéndome sentir solo un poco culpable de esa reacción.-Cuéntanos Oliver, no eres de aquí, ¿verdad?- lo interrogo Nicole bastante entusiasmada diría yo. Amiga mía, estas loca si piensas que voy a salir con este "galán" de cuarta. No estoy para juegos.
- Oh, no, acabo de mudarme. Soy de Barcelona, pero por motivos de trabajo e decidido mudarme a Madrid.- ¿Trabajo? Ha de tener unos veinte y tantos.- Pues ¡Bienvenido Oliver!- gritó Nicole con entusiasmo, mientras la acompañe con una sonrisa a medias.
No me sentía cómoda con su presencia, quizá porque me recordaba un poco... no, no es eso. Pero algo tiene que no me cierra y no quiero averiguarlo.
- Bueno, creo que debemos irnos, fue un placer.- tomé del brazo a Nicole arrastrándola hasta la salida del lugar, con la noción de que gran multitud del lugar nos esta observando por lo chillidos de mi querida amiga.
Ya fuera del lugar, y con una distancia adecuada para que los gritos de Nicole no se escuchen, decidí soltarla.- ¡¿Que te pasa?! ¡¿Como se te ocurre arrastrarme por todo el lugar?! ¡SE ME ROMPIÓ UNA UÑA!- sus gritos retumbaban por la calle, mientras yo no aguantaba la risa. Sus expresiones al enfadarse son graciosas, cambia de color con cada volumen de su voz. Peor que un camaleón.- ¡Ya! ¿si? no es para tanto.- dije en entre carcajadas, calmándome un poco.- Quería salir de allí, ese chico no agrada para nada, tiene algo que no se que es, pero no me gusta.- Ahora la que ha empezado a reírse fue ella, no entiendo que le causó tanta gracia.
- ¿De que hablas Sabrina? Tu baba caía al verlo, ¡admítelo! te gusta y por eso "no te agrada".- su risa se hacia cada vez más potente y mis mejillas su ruborizaban cuando más me enojaba. No se si estaba enojada, o avergonzada, pero ese no es el punto, no me agrada. Aunque si, admito. Es muy guapo, pero debe ser un mujeriego más que solo llena tonterías en la cabeza de las chicas, haciéndoles la ilusión de un "felices para siempre" y luego dejarlas. Ya pase por eso, y no pienso tropezar con la misma piedra. No otra vez.
Sus ojos, su sonrisa, su mirada...todo me recuerda a el. Me hubiera encantado que sus palabras se hallan convertido en hechos, pero simplemente fue una de tantas mentiras que me dijo. Fui una más. Una más que cayó en su juego. Estoy cansada de confiar y que me fallen una y otra vez, y es por eso que ya no confío en nadie. Ya no soy la misma. Ya no me preocupan las personas como antes, ya no soy la chica dulce y tierna que solía ser, no me importa cuan fría puedo ser con los demás, solo se que no debo esperar nada de nadie.
Sigo sin poder creer que ese chico me quite el sueño, ¡apenas lo conozco! . Admito que me atrae, quizás, sea de paso. Pero no quiero enamorarme otra vez.
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Último intento.
Teen FictionDespués de tantos llantos, de tanto dolor y decepciones... llega ese alguien que me reconstruye por completo y hace que haga el último intento de amar.