Estaba aburrido esa tarde, por alguna razón me sentía hostigado de la vida, camine por mis salones, mis mascotas, bellas mujeres encadenadas en las columnas habían perdido su atractivo ese día, su desnudes palidecía bajo las luces blancas, sus rostros anhelantes no me motivaban a nada, salí del salón ignorandoles, la gran escalera victoriana no hizo mas que hacerme sentir el vació de sus anchos escalones cubiertos por la alfombra color sangre, pasee lentamente observando y acariciando mis esculturas, frías, inertes...
un siseo en el fondo de mi cabeza dejo escapar una idea, ir a la Casa de los Reptiles
tome mi bastón de ébano, el del cráneo carmesí; mi sombrero y mi gabán, el aire seco de la calle me recibió, no me gusto pero igual inicie mi caminata
la Casa de los Reptiles, junto a la Iglesia de Raziel... siempre me sentí bien en sus salones decrépitos, llenos de maleza y claro, reptiles, grises y verdes, algunos coloridos, pero todos siseantes
el recuerdo de Lady Venom se apodero de mi espina dorsal bajando desde mi nuca hasta mi entrepierna... una deliciosa y espigada morena de ojos verdes, busto firme y caderas hambrientas, el deseo de tenerla y la imposibilidad de lograrlo siempre me hacían estallar; pero la presencia de Papa Legba siempre era sofocante, su mirada en contraste de la de seducción de Lady Venom era opresiva, agresiva, mortal...
los escalones se quejaron bajo el peso de mis pisadas al subirlos, las columnas viejas rodeadas de enredaderas me condujeron a la puerta, una puerta con un vitral desgastado, los colores casi habían desaparecido, llame dos veces
Jules me abrió la puerta, inexpresivo como siempre, el musculoso negro era sumiso, pero tan alto y fuerte que intimidaba un poco, en silencio me llevo hasta Papa Legba, la caminata me puso aprensivo, ansioso, el olor a moho, a viejo, me escocia en la nariz
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La Casa de los Reptiles
FantasyEstaba aburrido esa tarde, por alguna razón me sentía hostigado de la vida, camine por mis salones, mis mascotas, bellas mujeres encadenadas en las columnas habían perdido su atractivo ese día, su desnudes palidecía bajo las luces blancas, sus rostr...