Hoy era lunes y tenía que ir hacia mi escuela, por lo tanto baje a hacer el desayuno de mi padre y mío, al bajar noté que no estaba en su queridísimo sillón que mi madre le obsequió en su cumpleaños número 40, así que decidí ir a buscarlo ya que se me hacía un poco extraño que no estuviese ahí, al llegar a su cuarto vi que aún seguía dormido así que lo deje descansar, pensé que despertaría en el transcurso en que le preparara su alimento, pero no fue así.
Ya habían pasado bastante tiempo así que volví a su habitación y decidí despertarlo, pero este no me hacía caso, después de un rato caí en cuenta que no estaba dormido si no que había fallecido, empezaba a horrorizarme y entrar en pánico, no sabía que hacer así que llame al tío Adan para que viniese.
Cuando llego el se hizo cargo de todo, llegaron por mi querido padre y no me dejaron ir con el, mí tío desapareció y quede completamente sola en la habitación, comencé a llorar de una manera terrible. Al pasar un rato se escucho como si la puerta de la casa se abriera y salí a investigar quien era, la verdad es que no conocía en lo más mínimo a los sujetos y señora que habían entrado "deben ser los de la funeraria" pensé.
Ámbar: Un gusto soy Ámbar, ¿en qué podría ayudarle? - dije amablemente
Señora: Hola Ámbar, el gusto es mío - Sonrío - tu padre había hablado de lo linda que eras, jamás imaginé que lo fueras tanto
Ámbar: Disculpa, ¿era usted amiga de mi padre? - rio levemente
Señora: Algo parecido, querida mía
Ámbar: No quiero sonar nada grosera, pero quisiera saber que hacen en mi hogar
Señora: Venimos por ti niña, necesitas un tutor que esté cargo de ti, por lo visto no tienes la suficiente edad para estar cargo de ti misma
Ámbar: Tengo la suficiente madurez y edad para hacerme cargo de mi y todas las necesidades que ofrezco, no quiero regresar a una casa hogar y no me iré con ustedes, ahora háganme el favor de retirarse de mi hogar.
Señora: Creó que no nos estamos entendiendo - me miro fíjame- tú te irás conmigo, cariño.
Ámbar: Creó que usted no me entiende a mi, enserio les agradecería que se fueran antes de que hayan problemas y tenga que llamar a la policía
Señora: Tómenla - le dijo a los tipos grandulones que la acompañaban
Ámbar: Ustedes que me ponen una mano encima y yo que los...
No pude continuar con la oración porque comenzaron a venir hacía mi, el miedo comenzaba a invadirme, no tenía escapatoria, intenté correr pero uno de ellos sujeto muy fuerte mi brazo y no me dejo continuar, seguido de esto el otro me cargo para después tapar mi boca y salir de la casa, intentaba salir de su agarre pero no podía hacer nada, era demasiado fuerte, antes de llamar más la atención me subieron a un auto en donde estaba otro tipo más.
Ámbar: ¿A dónde me llevarán? - todos me ignoraron, así que volví a repetir la misma pregunta pero más fuerte, seguido esto deciden tapar mi boca, no tenía escapatoria, dos tipos me rodeaban mientras íbamos en el carro.
Señora: Guarda silencio, ya verás - dijo viéndome con una cara de desaprobación - Yo quería hacer esto por las buenas querida, pero no me dejaste elección.
Después de conducir por un largo trayecto, llegamos a una casa demasiado grande y bonita al mi parecer, no quería bajar del carro, tenía demasiado miedo a lo que pudiera pasarme.
Al estacionarnos, me hicieron bajar a la fuereza y entrar a la casa junto la señora, al entrar pude percatarme que era una casa increíblemente hermosa, estaba asombrada con la belleza de esta que hasta olvidé que venía secuestrada hasta aquí, entramos a una de las habitaciones que parecía una oficina, había un escritorio grande y una silla que comenzó a rotarse hacia donde nos encontrábamos nosotros, me hicieron tomar asiento, la silla dejo de girar ya que estaba frente a nosotros, ahí mismo se encontraba un chico de más o menos unos 25 años, de tez blanco y cabello castaño
Señora: Ella es Ámbar y es toda suya señor Villalpando - dijo para después tomar mis hombros - Nosotros ya cumplimos con nuestro trabajo.
Aisha-
