1. La llovizna

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Aún recuerdo ese día, era un día lluvioso y lleno de truenos, yo le temía a los truenos.                                        Recuerdo haber sacado una vieja fotografía de mis padres; ellos murieron en un incendio en mi propia casa, me quedé sin nada, sin ropa, sin fotografías, sin padres. Los bomberos habían declarado desastre total el incendio y a mis padres con quemaduras  de gran nivel, entré a la casa y estaba todo desecho; lloré por horas, y cuando me levanté pude ver un fotografía, la única que no  se había quemado, la conservé. Después de vivir varios años en casa de mi tía decidí meterme a un internado, ya era mayor de edad así que podía tomar mis propias decisiones, ahí conocí a Dylan; mi actual novio y después de estar juntos varios meses decidimos deja la escuela juntos y vivir como pareja en departamento. Y aquí estamos con la peor llovizna que se había clasificado en toda la historia de Denver; pero seguimos vivos, o al menos eso pienso yo, ya que Dylan salió por víveres...

-Brrr  sí que está lloviendo allá afuera.-Ahí estaba el, como cualquier día de invierno cuando un niño ve por primera vez la nieve,estaba yo, viéndolo como si algún día no lo volviera ver, admirándolo de arriba hacia abajo, era perfecto.

-Tu eres el único tonto que sale a comprar donas con éste clima.-Respondí, el dio una pequeña carcajada mientras me admiraba como el sol a la luna.                                                                                       Mientras dijo eso pude notar que tenía algo en las manos, no tenía idea de que era pero era una caja, sólo lo ignore y decidí esperar a que el me dijera que era eso, no dejaba de hablar, como siempre y le hice una pequeña indirecta, aunque era algo obvia.      

-Si alguien tiene algo entre las manos creo que tendría que decirme que es.-El dio una gran carcajada, ¿tan mal lo hice?,no me importa, solo quiero saber que rayos eso, y como a cualquier persona con todos sus sentidos no le da buena espina

-Te presento a Sandy.-El tomo la caja y la puso sobre la mesa, se podía ve su cara de felicidad al darme un regalo, ya que casi siempre fallaba en eso, es algo malo dando regalos, pero con esto se pasó, era una muñeca.                                                                                                                             

-Dylan tu sabes lo que pienso de esas muñecas...-Tengo un serio problema de temor hacia las muñecas de porcelana, desde niña tenía y las terminaba tirando porque me daba miedo en la noche y sentía que se movían, al parecer se la había olvidado muy rápido lo que le había dicho, era desagradable como cualquier muñeca de su tipo, claro que eso no se lo dije a Dylan, porque se enfadaría conmigo.

-Para eso la traje amor, para que tu superaras tu miedo.-Tenía tanto enojo por dentro, ¡esa muñeca era horrible!, no había manera de decirlo, Dylan es una persona que defiende con gran afán sus pensamientos e ideas, y no puedes decirle que está equivocado porque te deja de hablar hasta por una semana, ya había pasado por eso cuando le dije que sus brownies se le habían quemado, literal, estaban super quemados, el es pésimo en la cocina y es donde más se quiere lucir.

-Sabes que, haz lo que quieras, yo me iré a dormir.- Simplemente quise dejar de pelear, ya era tarde y en las mañanas Dylan y yo vamos a correr antes de que él vaya a trabajar, sólo esperaba que no se enojara mucho por lo que pasó con la muñeca, sino no me lo perdonaría, esperaba que cuando despertara esa horrible muñeca ya no estuviera más en nuestras vidas, esa cosa traía muy mala vibra, no creo en lo paranormal pero esa muñeca era horrible.

A la mañana siguiente


Dy... Dylan..-Desperté, me sentía algo sucia, no se porque. Me puse los mismos calcetines con hoyos que todos los días me pongo,pero, ¿porque los usaba?;simple, eran de mi madre. Busque como loca a Dylan por toda la casa, hasta que.., lo vi acostado en el piso de la sala, lo mejor que pude hacer fue subirme en su espalda para darle un beso; mi peor error.

¡Eres una zorra!- Me dio una cachetada, fue como si no hubiera sido el, es como si hubiera sido otra persona, nunca lo sabré pero yo solo se que el no es así, nunca me había golpeado, el estaba en contra de las personas machistas; ¡era ilógico!. Simplemente me levante, empaqué mis cosas, no podía vivir con un hombre así, algún día terminaría muerta y saldría en las noticias como ''La tonta que murió en manos de un hombre machista'',bueno, no tan exagerado, pero igual seria horrible morir a manos de un hombre así, eso fue el legado de mis padres, nunca dejar con un hombre me levantara la mano. 

Eres un idiota, pensé que eras diferente, vete al infierno- Agarre mis cosas y me asegure de que no me faltara nada, bueno, solo él, y por mas extraño que fuera no pude ver a su amada muñeca por ningún lado;lo ignore.

No tienes que irte, so-olo fue un arranque de celos- dijo entre pausas, no me importaban sus explicaciones, cuando me junte con él le deje muy claro lo que pasaría si el me levantaba la mano, levante mi mano y agarre la manecilla de la puerta.

Adiós, ojala encuentres a alguien que te haga feliz como yo lo hice, te amo- Salí de ahí, llorando por todos los pasillos, cuando no pude mas me recosté en una pared, solo pude pensar en todo lo que pasamos juntos y dejamos ir por un simple golpe; tal vez, debería perdonarlo, no, el me levanto la mano y no podía permitir que lo volviera a hacer.

Hola niña, ¿por qué lloras?- Era una viejita, se veía tan amable, quería responder pero por mi propio llanto no podía, hablaba en pausas y no se me entendía nada- El no merece tus llantos;pero, el te dejo un gran regalo- Eso que me dijo me congeló, es como si supiera lo que me pasó; me levante y le di las gracias, pero me tenía que ir ya que el taxi me esperaba abajo, agarré mis cosas y me fui de ahí.

Durante todo el camino hacia el taxi pensé en las palabras de la señora, ¿que significaba eso del regalo?, ¿que querría decir con eso, en ese momento estaba tan asustada, no dejaba de temblar y pensar en esa señora, tal vez era una psíquica o algo parecido, pero por el momento deje de pensar en eso, solo pensé a donde iría, tuve varias opciones pero decidí irme con mi tía Carlota, ella vive sola y como nunca tuvo hijos tiene demasiados cuartos solos, ademas ella siempre me decía que cuando quisiera irme con ella su casa estaba abierta.Así que emprendí mi viaje, me iría en un avión ya que estaba un poco lejos de Denver  pero no importaba, yo a ella la quería como si fuera mi segunda madre.

Pasajeros con destino a California favor de abordar- Era mi avión, donde emprendía mi nueva vida, dejaría todas las cosas y personas que me hicieron llorar por años; aborde, estaba muy emocionada, tenía tanta cosas por hacer y mas a mi edad pero primero era mi estudio, busqué opciones de universidades que me convinieran en mi laptop, ¡eran increíbles!, solo pude pensar en la cara de mi tía cuando me viera después de tantos años, claro que antes ya le había llamado por teléfono antes de abordar al avión, estaría mal si hubiera llegado sin avisar.



El recuerdo de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora