Bueno,que deciros...ayer fue uno de los días más divertidos que he pasado desde hace mucho tiempo.
Me quite la vergüenza que tengo por fin y me lancé a correr en una famosa carrera navideña que se celebra cada año en mi ciudad,con mis amigas delante de todo el mundo, al principio tuve que mentalizarme de que no pasaría nada, que habría mucha gente corriendo y que no se fijarían en una chica tan torpe como yo, pero estaba claro que me equivoque como casi siempre...
La carrera fue sin duda mas larga y difícil de lo que me esperaba en realidad, gracias a mi torpeza como atleta, en la última vuelta me tropecé con los cordones de los zapatos y me caí, al principio no pude ver nada solo sentía miradas de desconcierto o risas de niños que sin duda alguna no tenían corazón.
Me desperté en un hospital de paredes blancas y pulcras con dos sillones negros al lado de la cama en la que me encontraba y una televisión frente a mi, encendida.
Pensé en que podría haberla encendido una enfermera para que al despertar no me sintiera sola, cosa que no valió en absoluto, también pensé en que por una vez en su vida mi querida tía Lauren, que tras el fallecimiento de mis padres en un accidente de tráfico es ahora nuestra tutora legal, (ya os lo contaré más adelante) se había enterado de mi accidente y habría venido a verme, pero como suele pasar, me equivoque y mucho.
Me giré para dar con la persona que giraba lentamente el pomo de la puerta de mi habitación y lo que no me esperaba ni en sueños es que apareciese un chico tan extraordinario como aquel...
Tenía el pelo castaño claro, sus ojos eran de un marrón oscuro tirando a negro, pensareis eran corrientes, que solo los ojos verdes o azules son bonitos, pero realmente estáis muy equivocados, sus ojos transmitían mil sentimientos con solo mirarle. Era alto, entre un metro ochenta y uno ochenta y cinco,tenía pinta de ser un gran deportista, pero no llevaba ropa deportiva como debería haber usado en la carrera, por lo que me imaginé que sería un espectador o que mientras yo estaba sumida en un dulce sueño el habría ido a casa a cambiarse.
Me quede mirándolo o más bien inspeccionándolo de arriba a abajo durante un buen rato sin saber muy bien que hacía, hasta que me dí cuenta de que estaba sonriéndome y me di la vuelta tan rápido como pude para evitar que viera el efecto que había causado su sola presencia en la habitación, que creí que había escuchado como se reía de mi por haber actuado de esa manera.
Quise abrir la boca para decirle que se marchara, que gracias por haberme ayudado pero que a partir de ahora podía cuidarme yo sola, y de verdad que intenté hacerlo pero el me adelanto y dijo:
-Hola, me llamo Marcos, encantado de conocerte.
Me quedé seria, mirando esa sonrisa tan perfecta y blanca que tenía varios minutos hasta que vi como esa sonrisa desaparecía y en su lugar aparecía una expresión de desconcierto, pensé que no le agradaba, pero entonces volvió a hablar para preguntarme:
-¿Estas bien?¿Quieres que llame a un médico?
No sabía que decirle, una parte de mi se bloqueó y quiso retroceder hasta el momento en que había accedido a correr en aquella carrera, en la que por cierto perdí a mis dos amigas ya que ellas son unas buenas deportistas y yo en cambio, soy pésima. Mientras que la otra me empujaba a contestarle para que no pensara que era una chica rara.
Al final pude contestarle:
-Hola, yo soy Paula. Sí, estoy perfectamente y no, no quiero que llames a nadie.-Se que pude sonar borde pero estaba tan bloqueada que no sabía que hacer. Ya puestos me decidí a preguntarle de nuevo-¿Eres tu el que me a traído aquí?
A lo que el contestó:
-En realidad no. Yo estaba con mi hermanastro Jake viendo la carrera cuando te vimos caer y los dos corrimos para llevarte al hospital ya que vimos que te sangraba una ceja, mi hermanastro es quien condujo hasta aquí pero como estabas casi inconsciente no te acuerdas, ¿verdad?
-En realidad no mucho-Mentí. No me acordaba en absoluto de lo transcurrido tras la caída.-Y...¿donde esta tu hermanastro?-Quise saber.
-Mi hermanastro no es que se diga un chico que se preocupe mucho por la gente, por lo que me dejó aquí tirado contigo después de ver como dos médicos te llevaban en una camilla y me dio dinero para que nos pagáramos un taxi.-Sonrió y bajo la mirada, no se si porque yo no me acordaba de nada y tenía cara de maníaca al escucharle o porque se estaba disculpando por la mala educación de su hermanastro.
-Tranquilo, no pasa nada. ¿Sabes cuando me podré ir de aquí?
-La enfermera que te ha cosido me ha dicho que podíamos irnos cuando quisiéramos solo si te encontrabas bien.
Toqué mi ceja derecha pero no encontré ningún rastro de bulto, por lo que arrastré mi mano hacia la parte izquierda de mi cara y casi tiemblo al notar la longitud de aquella herida, al ver mi cara Marcos dijo:
-Tranquila solo son ocho puntos, en dos semanas estarás perfecta, no te preocupes.
Esbocé una gran sonrisa de agradecimiento porque fuera tan observador y se preocupara tanto por una desconocida, al contrario que ese tal Jake.
Tras irnos de aquel hospital del que estoy segura de no querer volver nunca, Marcos, como atento y considerado que es me invitó a tomar un batido y como iba a negarme a esa sonrisa tan maravillosa... Él pidió uno de chocolate y yo uno de fresa, tras elegir mesa y acomodarnos en aquellas sillas de plástico negras me estuvo contando un poco de su infancia, empezó por la muerte de su madre a la que nunca llegó a conocer porque murió tras el parto, y de la llegada de su actual madrastra (la madre de Jake) a España, sí, Jake y su madre vinieron hace 15 años desde Londres por un tema de trabajo y es ahí donde el padre de Marcos y la madre de Jake se conocieron. Por lo que me cuenta Marcos quiere a Cassandra (su madrastra) como si fuera su propia madre, dice que es maravillosa, atenta y que siempre le ha tratado como si fuera su propio hijo.
Que decir...los hay con suerte.
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Gracias por aparecer en mi vida.
Teen FictionMe presento, mi nombre es Paula, soy una chica tímida, centrada en los estudios y sin padres. Mi vida se resume en acatar las normas de mi tía Lauren, a la que por cierto odio con todo mi ser, en estudiar para sacar las mejores calificaciones posibl...