Prólogo

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Año 5289. Ocho de Septiembre. Sistema Rhylón.

Las quince naves salieron del Híper-Espacio, a un sistema solar no explorado anteriormente. El Crucero Aurora cerraba la formación.

Los crucero clase explorador no eran muy grandes, pero el capitán sentía que el puente se alejaba con cada paso que daba, las alarmas del crucero lo despertaron y pusieron alerta, luego de siete años sin contacto alienígena los humanos se mataban entre ellos, piratas espaciales, sistemas completos juntos bajo una bandera distinta al ejercito confederado, era un suceso curioso. Matándose entre ellos la Confederación humana no ganaba nada.

El hombre entro al puente dando grandes zancadas. Tomo asiento en la butaca de cuero, en la enorme sala circular que era el puente de control, con techos altos, consolas por doquier, con un ventanal que dejaba a la vista el espacio, la enorme flota compuesta por 57 destructores alienígenas sobrevolando una esfera verdosa.

El puente estaba muy ajetreado, las personas iban y venían de aquí a allá. La visión de la flota alienígena los había dejado estupefactos.

- Capitán Malkovich los cruceros esperan ordenes-. Dijo una mujer desde una de tantas consolas de mando.- Debemos transmitir las ordenes...

La cara del capitán y la de todos los miembros del puente se contrajeron en una mueca de horror, cuando un rayo azulado perforo uno de los cruceros dejándolo hecho trizas. El capitán pensó que era el crucero Vigía, si Dios existe que los tenga en su seno pensó el hombre.

- Teniente Sarah informe a artillería.- La mujer contesto casi al instante, hablando por el micrófono, mientras el capitán abría la pantalla de Holoproyeccion y las demás caras de los capitanes aparecieron.- Señores debemos dar cobertura a la nave Zafiro es la más rápida, debe llegar a la tierra.

- ¿Pero Comodoro y que pasara con nos... - Otro rayo de color azulado perforo la nave donde la mujer que formulo la pregunta se encontraba, la transmisión se cortó de inmediato.

- !!!Todas las naves abran fuego¡¡¡.- Ordeno Malkovich exhalando furia por los ojos, casi inmediatamente todas las naves presentes de la flota Argus abrieron fuego.- ¿Zafiro?

- Aquí estamos Comodoro.- El capitán de la Zafiro era el joven capitán de 29 años, Johan Raynor el muchacho nunca había combatido contra alienígenas y aun no lo haría.- Ya me asegure de que cambiar el rumbo de la nave, ahora necesitamos cobertura.

Los cruceros se revolvían en el espacio esquivando los ataques de las naves enemigas, otro rayo azulado atravesó el espacio que los separaba y casi daba en el propio crucero Aurora, de no ser por las acciones evasivas de los tres pilotos de abordo. Solo una nave de gran tamaño podría lanzar esos rayos.

El Aurora se estremeció cuando el crucero de al lado estallo en una llamarada de fuego azulado.

- Teniente Sarah.- La voz del capitán apenas se escuchaba en el puente, luego se giró a los demás capitanes.- Todos los hombres de las demás naves, tomen sus capsulas de escape y muevan su culo a la Zafiro.

La respuesta no se hizo esperar y algunos hombres y mujeres abandonaron el puente, algunos se quedaron entre ellos los pilotos y la propia Sarah.

- Pero señor.- La mujer hizo ademan de protestar, pero Malkovich le hizo una seña a un hombre sentado a su derecha, el hombre la sujeto por la coleta, el soldado se aseguró de no sujetarla muy fuerte.

-Recuerda que tienes un niño en casa.- La mujer era lo único que lo unía su difunto hijo, ella y su hijo.- Anderson sácala de aquí.- Malkovich se removía inquieto en la butaca, la enorme sombra de Anderson enjutando en su BioArmadura dorada siempre lo inquietaba los dos metros diez lo hacían parecer un coloso.

Anderson como buen soldado obedeció y se llevó a Sarah a los puertos de capsulas.

- !!!Bloqueen esas naves¡¡¡.- Las naves eran tres cazas, que se acercaban a una peligrosa velocidad a la Zafiro, El Aurora se interpuso en el vuelo de los cazas. El Aurora se estremeció fuertemente cuando lograron bloquear las naves, su tamaño de cazas no hicieron mucho daño, pero las dimensiones del Aurora como simple crucero de exploración no ayudo. Ni se acercaba al gran tamaño de las naves alienígenas y mucho menos a los colosales cruceros de combate humano.

- Capitán Malkovich gracias por la cobertura dada, es hora de retirarnos.- Eso fue lo último que escucho el Comodoro Jonathan Malkovich, cuando otro rayo azulado perforo el Aurora. Mientras más de cincuenta naves de escape observaban la escena en dirección a la Zafiro.

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