Frío

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            Thiago subió al tren luego de un largo día de escuela, la noche caía y con ella el congelante frío del invierno, ¿acaso se arrepentía de haber aceptado esa salida con sus amigos?, bueno sí, un poco, si no hubiese sido por eso estaría en su cálida habitación con un chocolate caliente entre sus manos y una manta al rededor de su cuerpo. Para colmo, el tren iba vacío, más que él y el conductor claro está. En su imaginación de adolescente pensaba, "¿por qué no podía haber una linda chica que me prestara una bufanda?, así como en las películas de amor en las que todo pasa tan al azar, que te hace creer en el destino y esas tonterías".

Temblando rogó por llegar a su parada pero aún quedaba una más que visitar, "¿para qué?" pensó, "seguramente nadie sube"

Sin embargo, como si le hubiesen tendido una broma, alguien subió.

Ladeó la cabeza intentando ver mejor, hasta que por fin pudo descubrirlo. Era Ethan, el chico más callado de la clase, algunos de sus amigos lo molestaban, y para qué mentir, el también; lo que llamó su atención, era que Ethan parecía tener una bufanda que cubría la mayor parte de su cara, "¿le quedaría grande?" Se preguntó Thiago, "¿por qué demonios no compró una de su talla?"

Ethan giró la cabeza al sentirse observado encontrándose con la mirada azulada del rubio sobre él, haciéndolo sorprenderse. "Estoy muerto, este chico me molesta siempre" se dijo a sí mismo, quitó la mirada nervioso pero un ruido le devolvió la mirada hacia el lugar que sus ojos habían abandonado hace segundos.

«Pss, hey» hizo como si no se diera cuenta y volvió a girar, temía por su vida, pero el otro insistía. «¡Pts! ¡Heey!» dijo el rubio esta vez más alto.

El castaño se rindió, y volteo asustado,  Thiago se levantó de su asiento y casi cayendo se sentó al lado del ojiverde.

«¿Me prestas tu bufanda?» le preguntó el rubio.

«Yo.. He... Um..» el otro no quería quedarse sin abrigo pero tenía miedo de ser golpeado.

«¿Ethan, no? Vas a la misma clase que yo» dijo Thiago.

Ethan asintió.

«Si eh.. Lo siento si te he tratado mal pero en serio necesito un abrigo.» rogó.

"¿Y este quién se cree? ¿Qué su cara bonita y un perdón me convencerá? Tal vez pueda vengarme." Pensó Ethan.

« Oh, con una condición. » le comentó infantil.

« ¿Cuál? » le dijo fastidiado el otro.

« Un beso » se rió internamente sabiendo que no aceptaría, y podría verlo morir de frío pero esa risa cesó al sentir unos labios chocar con los suyos, haciendo que abra los ojos como platos.

Se sonrojó al instante y empujó al más alto. « No lo decía en serio » gritó alterado.

El rubio rió para luego extender su mano. « ¿Me dejas usar la bufanda, o no? »

« Esta bien.. » murmuró el otro, el plan había salido mal. Se saco la bufanda temblando al instante y se la entregó al otro.

« Pareces tener frío también. » le susurró.

"¿En serio Thiago?, ¿no sabes qué estamos a 11 grados centígrados?"

Ethan asintió, obstebiendose de soltar algún comentario sarcástico  «Pero no importa, tú ganaste » le respondió.

« Eso se puede solucionar » el rubio extendió la bufanda haciendo que ambos quedarán cubiertas por ella haciendo sorprender a el castaño.

Pero finalmente Ethan se dio cuenta que debían juntarse más, si no quería morir de frío, evidentemente. Y luego de un rato, el dulce castaño recostó su cabeza en el hombro de Thiago.

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[editada]

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