Te haré cambiar » Zayn Malik

➡ Uno.

4 años después.

Con el pasar del tiempo, Zayn acogió una personalidad fría, dura y distante.

—Zayn. Ya han pasado 4 años, ya deberías de aceptar de que te vas a casar con ella —suspira el castaño de ojos azules. Pensaba que su mejor amigo estaba exagerando, ya que se iba a casar con Gigi Hadid, una de las modelos más reconocidas de todo Londres.

—Ni hablar. Yo con ella nada, Louis —contraataca Zayn muy sereno.

—¿Y qué piensas hacer entonces? —pregunta Louis con el ceño fruncido— ¿No irás a comprarte una esposa, verdad? —ríe ante su propia idea totalmente absurda.

—Exacto —sonríe el moreno.

Louis casi se tropieza ante sus propios pies al escuchar a su mejor amigo. No podía creer la estupidez que iba a hacer.

—No lo puedo creer —Louis se pegó en la frente. Zayn y sus estúpidas acciones e ideas.

—Cualquiera me sirve —el moreno clickea su ratón y aleja su vista de la pantalla. Salieron unos papeles de la impresora— Listo.

Zayn coge los papeles de la impresora, sin ni siquiera echarles un ojo, y se los entrega a su agente.
Le ordena que encuentren a la chica de los papeles y se lo entregue lo más rápido posible. Su agente asiente sin remordimientos y se va de la gran empresa Malik para hacer su recado y trabajo.

El agente echa un vistazo a los papeles:
Diana Díaz Müller.
18 años.
Soltera.
Cursa en el Curso Profesional de Fotografía.
Dirección: Avenida 139 Gunnersbury Londres W3 8LG, Reino Unido.
Telf: 0044 + 79 0374 3189.

Leyó toda la información básica de la dichosa chica que quería su jefe Malik y partió en busca de Diana, la futura esposa de Zayn Malik.

•••

Diana se encontraba durmiendo, con mucha tranquilidad, en su cómoda cama. Aunque ya eran las 2 de la tarde. Pero ella se daba el lujo de dormir tanto tiempo cualquier domingo, ya que trabajaba mucho en su Curso de Fotografía Profesional y no dormía casi nada.
En verdad quería ser una buena fotógrafa y tomar fotografías que transmiten dicho mensaje.

Pero, lamentablemente, su madre toca bruscamente la puerta de su habitación, despertándola de su dulce sueño.

—¡Diana! —gritaba su madre mientras tocaba la puerta.

Diana sólo hizo una mueca de desagrado y se levantó, con lentitud y mucho esfuerzo, para abrirle la puerta a su escandalosa madre.

—Mamá, es muy pronto todavía. Déjame dormir tranquila —se quejó. Y cerró de nuevo la puerta para dirigirse hacia su cama y soñar con los angelitos de nuevo.

En cambio, su madre, entró en la habitación privada de su querida hija y le sacó las sabanas de su cuerpo cuando ella estaba a punto de dormir.

—¡Mamá! ¡Qué haces!

—Te me levantas ahora mismo sino quieres que te quite tu cámara —Diana se espantó ante lo que dijo su madre—. Cámbiate, al parecer tienes un invitado muy importante.

—Vale —sonrió forzadamente. En su mente echaba miles de maldiciones hacia su invitado especial y se vistió a regañadientes.

Al terminar de cambiarse se cepilló los dientes y se peinó el cabello para parecer una adolescente normal, y no una salvaje sacada de la Prehistoria.

Caminó en el pasillo y se encontró con sus padres y una persona que jamás había visto con un traje elegante en el salón principal.

Los padres de Diana se encontraban nerviosos ante aquel hombre de rostro neutro. Diana fue a sentarse al lado de sus padres, que estaban sentados en un sofá de 4 personas delante de aquel desconocido.

El agente de Malik miró a Diana.

—¿Diana Díaz Müller? —preguntó con una voz muy potente e intimidante a la joven de 18 años.

—¿Sí... Le conozco? —dijo confundida. Aseguraba de nunca haberle visto en su corta vida.

El agente se levantó de su asiento y miró directamente a los padres.

—Lamento informar que debo llevarme a su hija.

Los padres quedaron perplejos ante la osadía de aquel hombre. O intruso, como ellos pensaban.

—¿He oído bien? —la voz de la madre salió dura.

—¿Quién se cree que es diciendo tales cosas en nuestra propiedad? —atacó el padre furioso. No se iban a llevar a su princesa a ningún lado.

—Por las buenas o por las malas —dicho éso se abrió bruscamente la puerta y de ella entraron dos agentes más.

Entre los dos agentes, agarraron con fuerza los brazos de Diana, haciéndola chillar en bajo por el dolor.

—¡¿Qué demonios le hacen a mi hija, salvajes?! —el padre se levantó y trató de golpear a quienes agarraban a sus hija. Pero por su avanzada edad, no pudo hacer nada contra ellos.

—¡No se lleven a mi hija! Por favor... —suplicó la madre al entrar a la realidad. Estaban, de algún modo, secuestrando a su hija y ella no quería éso. Era su única y preciada hija.

—Perdóneme señora, sólo cumplo órdenes del señorito Malik.

—¡¿Mamá?! ¡¿Papá?! —forcejó tratando de escarpar de los dos agentes y lo consiguió.

Corrió hacia sus padres y los abrazó fuertemente, queriendo no irse de su lado y aferrarse fervientemente a ellos. Sus padre hicieron igual y la cubrieron para que no se la llevaran.

Diana se encontraba llorando y con mucho miedo entre los brazos de sus padres, que le daban protección.
¿Por qué se la querían llevar? ¿Acaso hizo algo malo? No entendía qué pasaba pero estaba segura de que no quería separarse de sus padres.

Pero toda la protección se fue. Lograron separar ése abrazo cálido y familiar entre ellos y se llevaron, nuevamente, a Diana.

—¡No! ¡No quiero irme! ¡Déjenme en paz, malditos desgraciados! —gritaba entre lágrimas de furia al ver que la querían separar de sus padres— ¡Mamá! ¡Papá!

—¡Hija! —gritaron sus padres devastados y con el corazón roto. Se habían llevado a su más preciado tesoro y no podían hacer nada por lo débil que eran.

La puerta de la casa de los Díaz Müller se cerró, dejando a una solitaria y devastada pareja de avanzada edad al que le arrebataron el fruto de su amor. A su hija.

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¿Qué piensan? ¿Os gustó el primer capítulo?

Espero que lo hayáis disfrutado. Muchos besitos.

—Alexa.