LA MUERTE DE LOS PÁJAROS

Capítulo 3- El barco.

Enterré de nuevo el cofre y volví a la casa. Me acosté de nuevo en la cama al lado de Björn.
Sólo tenía que esperar el momento apropiado para cojer un barco y marcharme. No tenía miedo de morir. Hacia tiempo que lo había perdido. Además de la sensibilidad en la pierna izquierda.

No se que hora sería. Pero por lo menos las tres de la madrugada. Estaba muy cansada. Mi cuerpo estaba destrozado por el viaje y necesitaba descansar, pero mi mente estaba despierta.

Así pasaron los días. Nunca encontraba el momento. No parecía que nada fuera a cambiar. Me estaba hartando. No sabía que hacer.
Hasta que pasó lo último que me podía imaginar.
Un conde quería hacerse con nuestras tierras o algo así. Nunca llegué a enterarme bien.
Empezaron a atacarnos y fui al bosque corriendo. En ese momento estaba lavando ropa así que nadie se enteraría de lo que me pasaría.
Desenterré el cofre, cogí las cosas que había dentro y me marché corriendo al puerto. Estando ya allí cogí un barco mediano y me subí. Miré el horror a mi alrededor.
Entonces vino Björn. Se quedó mirándome un rato con cara de incredulidad. Y pasó de incrédulo a apenado. En ese momento el tiempo se volvió a parar. Me sentí como si hubiera engañado a todos y me daba vergüenza. Pero ese nunca había sido mi sitio por mucho que me lo hubiera llegado a creer. Él no dijo nada, su mirada era lo único. Entonces se fue. Icé las velas y me fui. No había pensado en nada. No tenía comida ni agua. Debido a esos locos impulsos iba a morir dentro de poco.
Entonces vi como un pequeño barco se acercaba en la distancia. No se veía bien a causa de la niebla. Cuando ese pequeño barco estuvo a la altura del mío oí una voz que gritaba mi nombre.
-¡Mika!
Me acerque para ver. Era Björn.
-Joder...
Irremediablemente empecé a llorar como una niña.
-Sí no me ayudas no podré subir.
Enseguida me levanté corriendo. Cogí una cuerda y se la eché. Atando un extremo al barco. Björn dijo que tirara de la cuerda para subir lo que traía y que después subiría el. Tiré con todas mis fuerzas pero pesaba demasiado.
-¿No puedes?
Björn se sujetó con fuerza a la cuerda y subió trepando hasta donde estaba yo. Rodeó sus manos con las mías y tiramos juntos hasta que la subimos. Ya se podía ver lo que era. Un cofre gigante. Björn cogió el cofre y lo puso delante mía. Me quedé parada delante de él sin saber siquiera que decir.
-Te vi en el bosque una vez con esa caja. Y, sinceramente no sabía si serías capaz de hacerlo después de tanto tiempo aquí. Ahora sé un eres más fuerte de lo que pareces en realidad.
-Perdóname.
-Duele. No te dejaré morir de hambre perdida en el mar.
-Por favor vuelve.
Dije mirando al suelo.
Björn explotó.
-¿¡En que coño piensas?! Ven, aún no es tarde para volver.
Cogió el timón del barco.
-¡Para! Prefiero morir aquí antes que volver a un sitio donde mi vida no significa nada.
-Para mi...
Corté lo que Björn iba a decir para sacar un cuchillo. Lo puse en la mano de Björn y lo dirigí hacia mí.
-Mátame ahora.
-Pero que dices...
-Sí vuelvo ahora todos sabrán lo que iba a hacer y dios sabe lo que me harán.
-No les dejaré.
-Es mejor que vuelvas.
-No puedo. No lo conseguirías sola.
Miré al suelo. Era una misión suicida.
- ¿Por qué te vas a quedar?
-No lo sé. Llámalo como quieras.
¿Adonde quieres ir?
-A un sitio donde nadie nos conozca.
-¿España?
-Sí.
-Esperemos que tu familia siga allí.
Seguro que si tengo una hermana estará allí y no se habrá movido esperando a que yo llegue.

Ya no había pájaros en el cielo, se acercaba una tormenta.

Nota de la autora→ Este no es el final de la historia ni mucho menos.