Capítulo 1: Descubriendo cosas nuevas

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Es un día muy frío, el de hoy, pero aun así estoy muy contento porque mi novia Madoka va a venir a cenar y a dormir a casa. Son las 11:00 de la mañana y estoy desayunando un par de yogures que tenemos que gastar antes de que caduquen. Cuando termino de desayunar, me ducho y me visto. Acto seguido, me pongo a jugar juegos en el ordenador, juegos que encuentro en páginas de Internet, como el Super Mario Crossover 3, en el que puedes jugar en mundos de Mario no solo siendo Mario, sino también otros personajes de videojuegos. De pronto llaman al timbre, me levanto y abro. Me llevo una grata sorpresa al ver que es mi novia, Madoka, la que se encuentra al otro lado de la puerta.
-¿Que haces aquí, cielo? No te esperaba hasta la noche.-le digo yo, confuso.
-Ya lo se, pero estaba impaciente.-dice Madoka.
Veo que viste su ropa de patrulla, o sea, su peluca azul, una máscara dorada y un collar con tiras verdes y rojas de plástico. También viste una camisa de color granate, lo que parece una camisa negra por debajo, unos pantalones negros y unos zapatos marrones.
Yo fui a mi cuarto y me puse mi máscara de colores y vuelvo junto a Madoka.
-¿Que tal si damos un paseo?-sugiero yo, y ella acepta encantada.
Salimos a dar una vuelta, el día parece estar nublado, pero solo pensamos en la agradable cena de esta noche. Por suerte, estaremos solos, ya que mi madre saldrá con unas amigas. 
Pasamos frente a mi instituto y vemos a un par de chavales que se ríen de nosotros, pero los ignoramos. Pasamos de largo y entonces notamos que nos empiezan a seguir.
-Tu ignóralos.-le digo a Madoka, pero parece que va a perder el control por culpa de las risas de esos dos chavales.
-¡Fea!-exclama uno de los chicos, y resulta ser la gota que colma el vaso.
Madoka se da la vuelta, se acerca a ellos y le da una patada en la entrepierna. El chaval se coloca las manos en sus partes y cae al suelo mientras se retuerce de dolor. Madoka vuelve junto a mí y nos reímos. Seguimos caminando y de pronto vemos que un encapuchado corre con un bolso de señora en las manos.
Madoka y yo nos ponemos delante a el y cuando vemos que cambia de dirección, le embisto y caigo al suelo. Madoka le agarra de los brazos y yo aprovecho para arrebatarle el bolso y devolvérselo a su dueña. Finalmente, llevamos al ladrón a la comisaría de policía y les explicamos lo sucedido, pero el ladrón empieza a contar un montón de mentiras y excusas y los policías son tan tontos de creérselo.
-Chicos, no deberíais acusar sin tener pruebas.-dice uno de los policías.
-¿Y...y la señora cuyo bolso fue robado por este tipo?-pregunto yo, indignado.
-A la señora se le debió caer y este hombre fue a devolvérselo.-dice el otro policía.
Nosotros intentamos explicarle la verdad, pero nos mandan a callar y nos echan de allí.
Al final volvemos a casa. Cuando al fin llega la noche, Madoka y yo cenamos a la luz de las velas para que sea mas romántico, acto seguido nos besamos y nos vamos a la cama a dormir.
Me despierto en mitad de la noche y veo que Madoka no está, así que la busco por la casa, hasta que la encuentro en la terraza. Salgo a la terraza y veo que está contemplando las estrellas, así que me pongo a observarlas junto a ella.
-Bonita noche.-le digo yo.
-Pues sí.-responde ella.
-Tu brillas mas que todas las estrellas juntas.-le digo yo.
-¿Siempre has de ser tan romántico?-pregunta ella, y nos reímos.
Nos besamos, y de pronto, pasa una estrella fugaz.
-Rápido, pide un deseo.-dice Madoka.
-Me gustaría que pudiéramos ser héroes de verdad.-digo yo.
-A mi me gustaría que no hubieran polis idiotas.-dice Madoka, y se ríe.
Vamos a irnos a la cama, cuando de pronto vemos un par de luces brillando ante nosotros que se convierten en dos espadas. Una de ellas tiene el mango naranja y el filo rosa, mientras que la otra es completamente azul.
-¿Dos espadas? ¿Crees que nuestro deseo se ha cumplido?-pregunto yo.
-¡Me pido la azul!-exclama Madoka, y agarra la espada azul, mientras que yo agarro la rosa.
-¿Y que es esta ranura que tienen las espadas en la parte superior del mango?-pregunto yo.
-Ni idea, ya lo descubriremos en otra ocasión.-dice Madoka, y se mete dentro.
Me cuesta creer que se haya cumplido nuestro deseo, quizá es solo un sueño, y me voy a la cama.



Patrulla GamerWhere stories live. Discover now