Ya habían pasado unos días desde que me habían separado de mi mamá. La extrañaba mucho, todo era distinto sin ella, aunque no era tan malo estar aquí.
Siempre había alguien que cuidaba de mi. Era como el que cuidaba de mamá, pero más pequeño y con una voz más aguda.
Cada noche llamaba a mi mamá, esperando que volviera. El pequeño ser que cuidaba de mi, solía colocarme entre sus piernas y acariciarme hasta que me quedaba dormida.
Muchas veces solía asustarme por todo el ruido que había en el exterior de la caja donde dormía, hasta el momento no me había alejado de ella, pero tenía mucha curiosidad por saber que había más allá.
El pequeño ser solía repetir algo siempre que estaba conmigo. Zoe. Aún no sabía qué quería decir, pero sabía que ese ser estaba cerca al escucharle decir esa palabra con esa dulce voz que tenía.
Extrañaba a mamá y a mis hermanos, pero esperaba verlos algún día. Ahora parecía que tenía una nueva família.
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La vida de Zoé.
KurzgeschichtenZoé, o como sus dueños la llaman, la princesa de la casa. Una gatita de pelaje un tanto naranja, viviendo aventuras en su nuevo hogar. La casa de los Prescott.
