Sujeté la pierna de mi tía con fuerza.
—No, tía, por favor, no me dejes aquí.
—Tengo que hacerlo, pequeña, no puedes vivir en mi casa.
—Me portaré bien, lo prometo. Comeré poco, dormiré en el suelo si tengo que hacerlo, pero por favor, déjame vivir contigo.Sentí que una de las monjas me separaba lentamente de la pierna de mi tía.
—No puedes quedarte conmigo, corazón. Tengo cuatro hijos y el dinero no me alcanzaría.
Mi tía le entregó mi maleta negra a la monja.
—Prometo que vendré a visitarte todos los sábados- dijo mi tía a punto de llorar-. Sé buena niña.
—No tía, no me dejes aquí.— Dije con lágrimas en toda mi cara.Y se fue.
Mi tía Adele me acababa de dejar en el orfanato Santa María. Justo dos días después de la muerte de mi mamá. Esto era lo peor que me había pasado.
—Hola, Darla. Soy la hermana Jude y soy la encargada de este lugar. Ven, te llevaré al dormitorio y te mostraré tu cama.
Sólo pude asentir con la cabeza. Ni siquiera me sentía de humor como para decir algo.
Subimos las grandes escaleras hasta llegar al tercer piso. La hermana Jude abrió una puerta enorme y todas las niñas que estaban ahí me voltearon a ver.
—Niñas, como pueden ver, hay una niña nueva en el orfanato. Su nombre es Darla, y espero que todos la hagan sentir como en casa.
—Ésta no es mi casa.—Susurré, pero fue un susurro tan bajo que ni siquiera la hermana me había oído.Jude me condujo hasta llegar a la décima cama. Señaló el mueble viejo que había al lado de ésta.
—Puedes poner tus cosas ahí, en veinte minutos iremos todas a cenar. Si necesitas algo, no dudes en llamarme. — Dijo a la vez que me regalaba una sonrisa cálida.
Y dicho esto, se fue. En cuanto se cerró la puerta, dos niñas se acercaron a mí. Venían sonrientes, se veían amigables.
— Hola — Dijo la niña más grande, sonriendo —. Me llamo Lluvia, y ella es Katie. — Señaló a la niña más pequeña a su lado.
— Hola — Dijo Katie —. ¿Cuántos años tienes?
— Seis, ¿Y tú?
—Mmm... — Empezó a contar con los dedos —Cuatro — Dijo enseñándome su pequeña mano con 4 dedos levantados.Ellas me caen muy bien, y creo que serán la única compañía que tendré en este lugar. Estuvimos hablando hasta que alguien nos avisó que teníamos que ir a comer.
— ¡Vamos! — Dijo Lluvia, levantándose. — He oído que hoy servirán hamburguesas.
Me levanté y las tres bajamos al comedor. Sin saber dónde sentarme, elegí un lugar enseguida de Katie.
— No creo qu... — Comenzó a decir Katie, pero fue interrumpida por una niña.
— Quítate, estorbo — Dijo la niña, empujándome. Caí al suelo y me golpeé en la cabeza. Ella sólo se sentó en la silla —. Cómo se nota que eres nueva.
— Déjala en paz, Skylar — Dijo Lluvia, defendiéndome.Yo sólo me levanté y me senté al lado de Lluvia, esperando que no hubiera otro problema.
Cenamos y estuve platicando con ellas dos. Resulta que Katie casi no recuerda nada de sus papás, lo cual es triste.
Espero yo nunca olvidarme de mi mamá.
Cuando volvimos de cenar, nos dijeron que ya era hora de irnos a dormir. Iba directo al baño con mi ropa para cambiarme, pero Katie me detuvo.
— ¿Adónde vas? — Preguntó.
— A cambiarme — Respondí, obvia.
— Es muy temprano, ¿No crees?
— Sí, pero la hermana Jude dijo que nos fuéramos a dormir.
— No vayas todavía, ¿O acaso ves a alguna niña que se vaya a dormir?Miré a mi alrededor. Todas las niñas estaban jugando o platicando, excepto Skylar y su amiga, que estaban molestando a Lluvia. Corrí hacia donde estaban para defenderla, y Katie me siguió.
— Mírate. — dijo Skylar — ¿Acaso crees que alguien se atrevería a adoptar a una niña como tú? Primero adoptan a todos los niños del orfanato antes que a ti.
La amiga de Skylar empujó a Lluvia.
— ¡Leah! -— Gritó Katie, tratando de detenerla. — ¿Por qué la tratan así? Ella no les hizo nada.
— Tú no te metas, niña chismosa — Dijo Skylar, empujando a Katie.
— ¡A mis amigas no las tratas así! — Le grité a Skylar, enojada.
— ¿Y a ti quién te habló? — dijo Skylar, en tono burlón. — Vete de aquí, gusano.Y eso fue todo. Me enojé tanto que me tiré sobre ella, haciendo que cayéramos al suelo. Empecé a golpearla mientras las otras niñas se ponían alrededor de nosotras, gritando mi nombre. Obviamente, porque Skylar era la niña más odiosa del orfanato. No me di cuenta de lo que hacía hasta que la vi llorando y sangrando por la nariz. Mi mamá me había enseñado a no dejarme de los demás, pero no a golpear así.
— ¡Darlene!
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I'm Just an Orphan.
General FictionSólo soy una huérfana. ¿Por qué me pasaban este tipo de cosas a mí? ¿Por qué no simplemente puedo ser feliz con mi mamá? ¿Por qué tuvo que morir? Son preguntas que me hago constantemente. A veces, la vida no es justa con las personas. Es como una mo...