Prólogo
"¿Mamá? Mamá adelante levántate, di lo que sea pero habla!" Continúe a gritar con las manos llenas de sangre, la cara llena de lágrimas y el sonido de una sirena que se acerca siempre más.
"Mamá por favor respira, respira!!" Dije con todo el respiro que me quedaba en el cuerpo mientras el chico con una medalla plateada y el tatuaje en el brazo me miraba fijamente con una expresión mixta entre confusión y miedo.
Y mientras continuaba a pegar puñetazos contra su tórax, su pecho paro de levantarse y el agarre con mi mano se hizo más débil, ningún respiro, ningún movimiento, solo yo y ella por la calle en un charco de sangre, junto a mis gritos y a mis lágrimas que se confundían con la lluvia.
Capítulo uno
Jennifer's Pov
"Jennifer, venga levántate santo cielo!"
"Oh venga papá estoy muy cansada, cierra las cortinas!"
Como hace la gente a amar la mañana, yo no lo sé. Levantarse de la cama caliente por culpa de la fastidiosa luz mañanera y combatir con el frío de afuera, para afrontas otro monótono día. Si fuese por mí, me levantaría de la casa solo por ir al baño ya que para comer bastaría abrir el cajón de la despensa y por despensa entiendo coca-cola, patatas y chocolate, en resumen, todas las cosas saludables!
"Jennifer no quiero escuchar historias, deberíamos de salir dentro de poco para poder llegar a tiempo y tú ni siquiera has terminado de hacer la maleta, dios que lío!", dice casi cayéndose en uno de los zapatos perdidos en mi cuarto.
Parece bastante nervioso y enfadado, creo que si no me hubiera levantado en menos de medio segundo me abría cogido por las piernas y lanzada al baño a fuerza. Entonces para evitar esta escena ya de primera mañana hago todas mi fuerzas y me levanto.
Me deslizo abajo por las escaleras, en el verdadero sentido de la palabra, no estoy caminando."¿Puedes comportarte como una persona normal y bajar las escaleras decentemente?" Dice mister simpatía del año o mejor llamado padre.
Mi padre es una persona muy distinta con un gran sentido de negocios, trabaja mucho pero nunca me hizo faltar nada. Inicialmente mirándolo se podría pensar que sea una persona muy fría, sobretodo por sus ojos color hielo, pero en realidad basta poco para derretirlo y yo lo consigo siempre.
Entonces decido de usar mi táctica de hija chupa pies."Oh venga papá, relájate!", digo con ojos dulces tirándole los brazos al cuello.
"Venga tira a desayunar y después vístete que vamos a tardar", y veo la sombra de una sonrisa aparecer en su cara.Misión conseguida, bien echo Jennifer.
Después de haber tragado todo lo que había en la mesa me dirijo a mi cuarto. Cojo mi sudadera favorita, la adoro, entramos dos Jennifer, es enorme y negra, me la pongo con las all-star grises ya consumidas de tantas veces que me las he puesto, pero me gustan mucho y además son un regalo.
Mi cara es un verdadero y propio horror, pálida como nunca pero con ojeras que dan miedo y los labios muy rojos.
Si, yo tengo los labios rojos todo el año, todos los días de todas la estaciones. No obstante fuera se congelaba y yo seguía teniendo constantemente los labios rojos, nunca he entendido el porqué pero no lo soporto, siendo muy pálida, con los labios ostentosos, mi cara se nota fácilmente y ser notada no me gusta."En teoría tú tendrías que ser una chica", dice mi padre apareciendo de la puerta y notando mi vestimenta, yo le hago una mueca y él me vuelve a decir por milésima vez de acabar la maleta, que dentro de poco nos habíamos ido.
Cuantas historias para una maleta ¿Cuánto se tardará? Cojo los últimos jeans que quedaron, mis gorros y mi numerosas camisetas y lo pongo todo en la maleta bruscamente. Ya está echa. No sirve un genio.
Me miró al espejo una última vez y parezco una niña de 15 años, pero tengo 18 y me falta solo un año para ir a la universidad o a la academia de arte, todavía lo tengo que ver o mejor dicho tengo que empezar todavía una lucha con mi padre para esta decisión. Me faltará mi casa y las ganas de ir en ese sitio es igual a cero. Estamos yendo a Manhattan o mejor dicho estamos volviendo. Después del famoso "accidente" de cuando tenía 7 años, mi padre decidió de no querer quedarse en Manhattan y yo estaba de acuerdo. A la edad de 7 años, no podía revelarme y tuve que hacer lo que dijo mi padre . Demasiados recuerdos, demasiados cotilleos, miradas indiscretas y falsas compasiones, todo demasiado pesado para un padre que estaba en plena carrera y una niña que tenía que crecer. No me arrepentí para nada de haber dejado todo allí y haberme mudado, pero hace un mes empezaron a llamar de varias oficinas de Manhattan para varios problemas con los clientes del extranjero y la cosa se repetía demasiadas veces para poder resolverlas a distancias, por eso ahora estoy aquí, en el coche, con los cascos en las orejas y la cabeza apoyada en la ventanilla, mirando por última vez mi casa.
"¿Pasa algo?", me pregunta inesperadamente mi padre y yo le miró de manera rara "Llevamos una hora viajando y no has dicho ni una palabra".
Efectivamente es verdad, pero me he perdido en mis pensamientos. Intentando de entender con que fuerza habría logrado revivir todo sin destrozar la muralla que me había creado.
"Sé que ha sido imprevisto, pero no he teñido elección, sé que ahora será difícil volver a empezar en una nueva escuela y después tus amigos...", lo interrumpo enseguida gesticulando rápido con la mano.
"No te preocupes papa de verdad,verás que irá todo bien, la escuela no será un problema,el programa es el mismo y no tendría que poner mucho para recuperar mis amigos...bueno con ellos me quedaré en contacto" su mirada ya es más tranquila y me basta esto.Bueno en realidad no estaba mintiendo, en la escuela iba bastante bien, me las arreglo siempre.
Con respecto a los amigos, no tenía, algunas veces salía de casa diciendo que iba con algunas amigas o al cine, pero en realidad paseaba sola en el parque, o iba a la playa a dibujar, no es que fuera psicopática o estuviera disgustada del mundo, es que para mí las relaciones humanas son inútiles, encariñarse a personas que por un motivo o por otro me habrían dejado sola y no tenía ganas de sentir otra vez esa sensación de abandono por ningún motivo, solo por mi padre hice una excepción porque me necesitaba, sin mí sería definitivamente destruido.
Continúa a pedir perdón y a decirme la lista de los problemas sin darse cuenta que el verdadero problema no es la escuela, ni los amigos, el problema son los recuerdos. Ninguno de nosotros dos habla de ella desde hace muchos años porque el recuerdo daña, ¿pero hace más daño recordar o fingir que no recordamos?Para de pensar y me duermo, con mi armadura de persona dura y los ojos pesados.
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Besos en la sombra[Spanish Translation]
RomanceAntes de todo quería que sepáis que esta historia no es mía si no de: @saradardikh Jennifer y Josh son dos torbellinos que se destruyen entre sí. Son el martillo que rompen todo lo de su alrededor pero también el pegamento que lo arregla todo. Jenn...