Capítulo 2

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Capítulo dos

Jennifer's Pov

"Jennifer, cariño, venga despierta".
"Mmmmh...", empiezo a quejarme y a frotarme los ojos.
"Hemos casi llegado"

Y así, cuando mi vista empieza a coger un sentido y trató de recordar, entiendo que ya hemos llegado a nuestro destino. Manhattan es una maraña de tráfico y vida, odio y amo ese sitio al mismo tiempo. Una delgada línea separa la confusión de la paz , pero era justo esa línea que la hace tan interesante. Las personas corren por todas partes, hombres en chaqueta y corbata con un inevitable maletín estrecho en sus manos y mujeres con sus tailleur elegantes y sus camisetas estrechas de varios colores en busca de un taxi, se pasa de grandes edificios de cristal a varios rascacielos, a los bares llenos de adolescentes, a las calles llenas de artistas callejeros hasta llegar a varios parques. Grandes parques verdes donde es inevitable sentir el fresco perfume de la hierba y las risas de los niños mientras juegan. Quien está acostado leyendo, quién aprovecha para correr en el parque o para pasar su tiempo libre con sus hijos. Esa visión me entristece y parece que no solo a mí, visto que también los ojos glaciales de mi padre se cruzan a través de un fino velo de tristeza al mirar aquello que hace tiempo nosotros le llamábamos casa.

"¿Dónde nos quedaremos?",digo para amortiguar la tensión en el coche.
"He prenotado en el New York Hilton Midtown, por ahora estaremos en este hotel, hasta que los arquitectos terminen los últimos retoques y la casa esté lista".
Asiento con la cabeza indiferentemente, no me cambia quedarme en un hotel o en casa, no me sentiría cómoda de todos modos

Estoy contenta de que mi padre haya decidido de no volver a nuestra vieja casa, no obstante, nunca puso en venta y seguía pagando la hipoteca, no sé por qué absurdo motivo. A lo mejor es para tener todavía algún recuerdo, para aferrarse a algo.
Decido coger el móvil para ver de qué hotel se trata y donde se encuentra precisamente. Escribo rápidamente el nombre en Google y por fin la página se abre.
Me viene una sonrisa instintiva pero para nada sorprendente, cuatro estrellas, uno de los más prestigiosos no lejos del centro de Manhattan.
No obstante mi look es poco prestigioso y sin embargo mi familia tiene mucho dinero, mi padre había echo una carrera en el campo del mercado y se ha vuelto un hábil hombre de negocios, nunca me ha faltado nada,no obstante le niego continuamente.
Por mis 18 años me compró un coche del cual no conozco ni el aspecto, nunca lo he usado, no tenía ganas de verlo, por no hablar de la gran cantidad de vestidos y de tacones de marcas que trataba de comprarme continuamente en un vano intento de llevarme a sus comidas de trabajo o de beneficencia, pero se han quedado abandonadas en algunos ángulos remotos de la casa y el se obstinó a llevarlo con el aquí en Manhattan. 
No soy una chica caprichosa, sencillamente esas cosas no me interesas, mientras que mi padre es un amante del buen vino,de coches lujosos y del comfort. No ha reservado un cinco estrellas por la cercanía a mi escuela, estoy segura.

"Aquí estamos!", su grave voz penetra derecha en mis tímpanos "Eh, has visto, estamos aquí!".
"Si papa, no estoy ni ciega ni sorda todavía", es difícil no notarlo, es enorme, en comparación parezco un chicle aplastado en el suelo.

Entramos en el hall, dejando las maletas en el coche y nos dirigimos hacia una recepcionista muy guapa, rubia, alta, delgada y con hacer muy profesional.

"Hola, bienvenidos al New York Hilton Midtown, ¿Cómo puedo ayudaros?", dice siempre con el mismo tono de voz, una sonrisa con 32 dientes y todo de un soplido.

Quien sabe cuántas veces repite esa frase cada día con esa sonrisa forzada, también a aquellas personas que no le caen bien.
Yo nunca podría hacerlo, no digo que soy un monstruo de la mal educación, pero no soy extremamente agradable, y si una persona no me cae bien, como mínimo la insulto o la ignoro.

"Tengo una habitación reservada a nombre de Milton".

La recepcionista se para por un milésimo segundo delante del ordenador, como si hubiera visto un fantasma.

"Oh si bueno, bueno si, perdóname Mr. Milton, no le había reconocido, bueno esta es la llave de la habitación, y esta blanca es para la señorita Milton. Están las dos en la misma planta y son las mejores de nuestro hotel", su voz de repente se vuelve más vacilante todavía avergonzada por no habernos reconocidos en seguida.

Siempre la misma historia, basta mi apellido para callar a alguien o simplemente la presencia de mi padre, que ya habiendo comprado muchos edificios en Manhattan y concluyó varios negocios, es bastante conocido y su mirada penetrante de "haz todo lo que te digo" no ayuda. Las personas se ponen agitadas, solo a mí me parecería una cosa ridícula.

"Vuestras maletas estarán inmediatamente llevadas a vuestras habitaciones y..." Dios ¿pero todavía no ha terminado de hablar? Estoy cansada quiero tumbarme, cállate y vete!

Hay está mi vena irascible que se lo está tomando mejor.

"Si, si, está bien, nos vemos!", cojo mis llaves y con una disposición gruñona me voy hacia el ascensor mirando a mi padre con el rabillo del ojo con una mirada de "no te mato ahora por la gente que hay en el hall".
"Finalmente!!", grito tendida en la cama blanda mirando al techo.

La habitación es enorme, obviamente es una suites pueden estar aquí muy bien un equipo de rugby, un grupo de cheerleader locas y un grupo de trompeteros. Pero es solo para mí y la cosa no puede hacerme más serena. Amo estar sola, yo y mis libros y mis pinceles, retengo que la gente de mi alrededor es completamente inútil.
Si pudiera poner fin a las conversaciones con cualquier persona, menos con mi padre, lo haría tranquilamente si pensarlo un momento.
Drin drin. Una llamada del teléfono de la suite interrumpió inmediatamente mi reflexión sobre la inutilidad del género humano.

"Jennifer Alexandra Milton!", es mi padre, me llama por mi nombre entero cuando está enfadado.

"John Greg Milton dígame", le digo yo bromeando, sé que así no he mejorado la situación pero adoro cachondearme de él cuando esta enfadado, también si no promete nada bueno.

"No te cachondees de mi, no tienes que cachondearte de ese modo, dejándome hay disculpándome en tu lugar".

Bla bla, digo en mi mente, mientras lo imito por la habitación sabiendo que no me estaba mirando.

"Y no te permitas imitarme! Sé que lo estás haciendo"ah...me conoce mejor de lo que me creía.

"De todas maneras hoy tengo que encontrar un cliente importante, ¿te molesta comer sola y después vernos para cenar?".

"Si claro, ningún problema, después veo si pedir algo en la habitación o salir".

"Ah, no te olvides que tienes que ir a inscribirte en la escuelas por la tarde, ¿no te has olvidado verdad?".

Me había olvidado totalmente de mi inscripción en la escuela, más bien, mi mente había eliminado el hecho de ir a la escuela.

"Pero cierto que me acuerdo, por quien me has cogido.", digo con tono que hacía entender de que yo me había olvidado, por eso mi padre hizo un suspiro resignado y cuelga, felicitándome buen día.

Besos en la sombra[Spanish Translation]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora