Desperté peor que cuando me acosté, la cama si que guarda la antigüedad, seguro fueron usadas en la edad de piedra, tal vez incluso por los dinosaurios.
Cuando me levante, por la ventana podía verse el sol ya en un punto bastante alto, mi móvil indicaba que eran cuarto para las nueve.
Salí del cuarto y me dirigí al baño, en la sala de estar estaba acostado Tyler viendo el televisor, voltee a ver a la habitación, y Bryan aun dormía en la parte inferior de la litera.
Para cuando salí de ducharme, Bryan también ya estaba despierto, y esperaba que yo saliera para el cepillarse los dientes y bañarse.
Me metí en la habitación una vez más, me puse el estúpido uniforme del internado, un pantalón verde y una camisa blanca, sobre la cual iba un chaleco y corbata, en este caso para los hombres, quien quiera que allá hecho estos uniformes le odio.Tome el horario de dentro de mi mochila, fantástico, en este colegio querían ahuyentar a los chicos de primero, a primera hora de los lunes, tenia clase de álgebra. Trate de imaginar que era un día perfecto a pesar de esto, no podía enojarme sólo por cosas sin importancia.
Salí del dormitorio lo mas de prisa que pude, a pesar que ayer estuve toda la tarde con Bryan y Tyler, no quiero volver a pasar ni cinco minutos cerca de ellos, y mucho menos deseaba llegar tarde a clases, siempre he llevado buenos promedios, y este colegio de mierda no sería la excepción.
Caminar solo, es mucho más difícil y aburrido por no decir desesperante que hacerlo con compañía, a pesar que no me agradaran ese par de chicos, me agradaba menos ir en busca de un salón en este colegio yo sólo y ahora hubiera preferido ir con ellos.
Buscar un salón en este internado, es como buscar una aguja en un pajar.
Después de caminar lo que me parecieron cientos de vueltas por toda la parte inferior del edificio, encontré el aula, dentro ya estaba el que debería ser el profesor, era un hombre entrado en los sesenta años de edad, un poco regordete y con cabello totalmente blanco, traía consigo lentes, las arrugas se veían por todo su rostro y eso me causo un poco de gracia.
—¿Puedo pasar?— pregunté después de tocar la puerta.
—Vamos, pronto— respondió el profesor con un movimiento de mano.
Pase, y para la estúpida suerte que me cargo, Tyler y Bryan ya estaban en el aula, ambos estaban platicando, tal parece que Tyler seguía sin prestar atención en clase y prefería jugar y platicar. Ellos estaban sentados en los últimos lugares, aunque habían dejado un lugar justo en la esquina, al lado de Tyler. Delante de mi se sentó Mariam, y delante de ella Rose, ambas fingían prestar atención.
La clase resulto mas aburrida a cada momento, pues mientras llenaba la pizarra de fórmulas y ejemplos, todos mantenían una charla individual, nadie presto atención en la primera de las dos horas.
Hasta hoy siempre he odiado los lunes, y que impartan la álgebra a primera hora el día lunes, aumentaba mi odio a cada momento. Nada puede ser peor, pensé. Pero como otras veces atrás en el tiempo que llevaba en aquel internado, estaba equivocado.
El golpe de unos nudillos a la madera de la puerta me hizo levantar la vista de mi libreta de apuntes, ¿porque me esta pasando esto? Junto a la puerta de madera, estaba ella, Gala, con su cabello negro un poco chino, ojos café claro, tez blanca, de estatura baja, un poco mas delgada de lo que la recordaba, y una hermosa sonrisa.
Esa sonrisa me hizo sentir algo en el estómago, pero definitivamente no sentía mariposas, era mas como el jugo gástrico que me subía poco a poco. Puse cara de querer vomitar.
—¿Pasa algo?— preguntó Tyler al ver mi expresión de asco.
—Es solo que creo que vomitaré la cena de ayer— dije sin quitar la cara de asco. El se quedo viendo a Gala.
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Nathan
Teen FictionAlejandro creció sin vida social, humillado por sus compañeros, sin amigos, algo que no puede cambiarse con el dinero de sus padres. Después de crecer de esta forma, y con la poca atención de sus padres, decide estudiar el instituto en un internado...