Un cuento más.....

480 21 4
                                    


Bueno chicos, sé que esto no es un capítulo, pero quisiera que me dieran su opinión sobre este pequeño cuento que escribí.....

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Un... ¿Roble?

Hay veces, en la que uno, no se da ese momento para reflexionar y darse cuenta, que está mal, que tiene sentimientos encontrados, miradas sin alma, momentos mágicos; o simplemente, un deseo; pero no cualquier deseo, si no, el deseo a "vivir".

Cómo recuerdo ese día; sí, ese momento en el cual me había enamorado, ¡pensando que sería lo mejor! ¡Creí que me volvería un roble, no por lo alto, si no, por lo fuerte! Pero, el problema fue, que resulté, un simple cristal.

Recordé aquel momento, en el que la oscuridad pasaba por mí, sentía su frío tacto en piel, haciendo que me erizara, me sintiera con miedo, consumiendo poco a poco, mi ser; esto, de verdad me estaba matando; y dentro de mí, sólo veía: un mundo destrozado. De tan sólo pensar en esto, mi cuerpo se estremecía, veía las cosas, y a lo lejos, frente a mí, un futuro inexplicable, a mi espalda, un pasado que me atormentaba, y en dónde estaba parado; había un presente, que no se vivía.

¿La vida? Fue mi sueño, ¡quería ser real! Aunque, había algo que no notaba; y esto me destrozaba, pues yo, me volví, un esclavo de la oscuridad, pero, ¿cómo era que podía tener deseos y anhelos? Era por algo hermoso, y se llama "esperanza".

- Un momento, ¿crees que hay esperanza en tu vida? - dijo una voz, la cual, me hizo sentir miedo, pues no la reconocía.

- A veces, siento que hay esperanza, pero, lo que más hay, es un alivio. - le respondí, con ese significativo nudo en la garganta que me caracterizaba.

- Oh, ¿enserio? - dijo con tono de indiferencia, pero a la vez con miedo a saber mi respuesta.

- Hay días, en los que uno, no piensa que todavía puede salir de ese hoyo, y yo, lo estoy logrando, vida mía, regresa a mi cuerpo, nunca siento nada, porque muerto, ya estoy. - sentencié con firmeza, esperando su respuesta. Pero, no recibí nada a cambio; sólo el frío aire chocando con mi rostro, teniendo así, esa sensación de nuevo.

Recuerdo mirar hacia abajo, había gente gritando, y yo, con un simple paso; podía caer a mi felicidad. Ya estaba decidido, me lanzaría, pero antes de hacerlo, una voz, lejana como el sol, rogando con llanto, pronunciaba con un hilo de voz "no te vayas", "eres mi todo". Yo, con indiferencia, sentencié por 2 vez "Los ángeles vuelan, ¿ahora me entiendes?" Y de un paso me encaminé a mi felicidad.

Después, desperté de golpe; veía con atención que había gente rodeando algo. Decidí acercarme, pero esa fue la decisión equivocada, pues lo único que vi, fue mi cuerpo, ya sin vida. Traté de contener las lágrimas que brotaban de mis ojos, pero, ya no podía hacer nada.

A mi alrededor, estaban mis amigos, mi familia, mis seres queridos; y a lo lejos, "el amor de mi vida". Pero, él estaba pálido, con un rostro sin vida, sin expresión. Poco a poco, vi que se acercaba a mi cuerpo ya sin vida, me sorprendí al ver su reacción, no como la de los demás, si no, con un peculiar brillo en sus ojos, demostrando que no lloraría en ese momento, pero, fracasó, pues una lágrima empezó a correr por su mejilla izquierda, y calló sobre mi mejilla derecha, que ya no tenía ese característico rubor y color; después de un par de segundos, más lágrimas amenazaban por salir de sus ojos, y en un abrir y cerrar de ojos, se tumbó en el suelo, y lloró despiadadamente.

Todo el mundo lo observaba, parecía que la luz de la Luna, dejaba de brillar, el mundo se detenía y él, tenía un sentimiento de culpa, pues su ángel, ya hacía sin vida, había partido, sin una palabra, una caricia, un sentimiento, o un beso. Empecé a sentir de nuevo la oscuridad, mi llanto iniciaba, había desesperación en mi mente, por miedo al olvido.

En poco tiempo, mi vista se aclaró, pues mis ojos estaban cristalizados por las lágrimas. Volteé hacia en frente y me encontré con sus ojos, esos ojos color miel que tanto amaba, esas facciones delineadas que amaba rozar con la yema de mis dedos, y ese chico, que amaba con todo mi ser. Pude observar, verdad y un sentimiento encontrado y con una mirada destrozada, me pronunciaba que no me fuera, y con un par de pasos al frente, quedamos nariz con nariz y de un abrazo, me quitó del borde y me decía con ese sonido tan melifluo de su voz "No llores más mi pequeño, aquí estoy para ti".

Yo, de un momento a otro, me sentía demasiado etéreo, sentía que podía volar, porque estaba en sus brazos, esos que me brindaban calor, seguridad, paz y tranquilidad.

Para cuando reaccioné, estaba en otra habitación, había sangre derramada por toda la habitación, y volvía esa idea en mi cabeza "pastillas en el mueble", "navajas en los cajones", yo estaba decidido a salir de una vez, pues ya no me soportaba, quería sólo, desaparecer.

Y en el momento menos indicado, la puerta se habría de golpe, encontrando de nuevo, esos ojos color miel, con mirada rota y sin vida, corrió hacía mí, me abrazó, y me sostuvo, pronunciando en un susurro "vengo a salvarte, mi pequeño". Tomó mi mano, y la besó, para después verme directo a los ojos y sentía algo... ¿Amor? ¿Así se le llama? Había una chispa, y yo, me sentía, con vida de nuevo.

Con esa mirada, se podían describir mil y un cosas, me sentía, un ángel a lado de él, más bien, algo diferente; así, que me atreví a decirle:

- Una vez, una persona me dijo que los ángeles y los demonios sí existían. Confesé con algo de pena.

- ¿Le has creído?- Me preguntó con cierto interés.

- Por supuesto.- Comenté con entusiasmo.

- Tú eres un ángel.- Pronuncié con un hilo de voz.

- ¿Y tú eres el....?- Dijo cortando la frase, a la cual yo complete.

- El demonio.- Dije terminando la frase, haciendo que él bajara la cara en señal de pena.

- Pero, hay algo que me deja en duda.- Dije jugando con mis dedos.

- ¿Qué es, pequeño?- Preguntó con más interés.

- Pues, nunca escuché que los demonios se enamoraban de los ángeles.- Pronuncié con un nudo en la garganta.

- Dudo que seas un demonio.- Dijo después de un silencio acompañado de un suspiro, así, prosiguió.- Puede que yo sea un ángel, y puede que vuele, y ame mis alas.- Lo dijo ya algo apenado, haciendo que me sintiera un tanto incómodo.

- Pero, yo quiero darte mis alas, para que vueles y seas feliz.- Confesó, y me dio su hermosa sonrisa de perlas; haciéndome que me sonrojase.

Bueno, a veces, la vida nos da jugadas muy malas, y nos hace caer muy bajo, pero, todos tenemos a nuestro ángel guardián, puede que esté a la vuelta de la esquina, nos espere a la salida, nos pregunte cómo estamos, o simplemente, esté frente a nosotros.


Mi pequeño amor Niall y tú gay (Niall y Rayito) ~~Actualizaciones lentas~~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora