Dos Lunáticos En La Misma Empresa ｢WWE, AJ&Dean』| Editada

Capítulo 35 |❥Madura Por Favor

Narra AJ

Agh, puta sangre no me deja respirar bien. Puto Randy cómo mierda no se dio cuenta de qué era yo?

Hijo de puta lo voy a matar cuando me recupere.

En fin, siento la sangre rodear mi boca, joder, se siente salado.

Abrí mis ojos y vi a Dean, es una broma? ¡ES DEAN!

Ah, creo qué voy a morir aquí mismo.

— ¡Hey mira, está despertando! — Vi decir a Paige la cuál venía corriendo junto a mí y  Dean?

— ¡April! ¿Estás bien enana? — Me preguntó Dean sonriendo.

Y me bajé de inmediato de sus brazos, nadie me dice enana, ni Dean.

— ¿Cómo qué enana? — Grité tocando Mi nariz, la cuál seguía sangrando.

— ¿Estás bien? — Me preguntó Saraya sonriendo.

— ¡Sí! No es mu.. — Respire, y respire sangre — ..no es mucho.

— No te ves bien.. — Susurró Dean preocupado.

Su cara lo dice todo, está preocupado por mí.

— ¡Lo estoy! — Grite enfadada, odio cuando no me entienden — ahora; voy a castrar a Randy. — Dije empujando a Paige para irme de ahí.

Caminé enfurecida hacia el camerino de Randy.

No me demore mucho en llegar, llegué a su puerta, y toqué fuertemente.

Y Randy enseguida me abrió.

— ¡AJ! — Gritó al verme — Qué haces a.. — No lo deje terminar por que lo golpeé.

Le hice saltar la saliva, nunca había golpeado tan fuerte a alguien..

— ¡Y TE MERECES MÁS POR HABERME HECHO ESTO! — Grité.

Pude ver cómo Randy se recuperaba de la bofetada, y pude ver cómo su mejilla estaba totalmente roja.

— Yo no te quería hacer daño, fue un accidente.. — Dijo algo triste(?

— Sí, “accidente”. — Dije haciendo comillas — Sabías perfectamente qué estaba detrás de ti. — Dije enfadada.

— ¡SÍ! LO SABÍA! PERO ESTABA PELEANDO! ¿Por que te metiste? — Me preguntó alzando la voz.

— No quería qué te hicieras daño con Dolph. ¡RANDY ERES CÓMO UN NIÑO CUANDO PELEAS! sólo quería ayudarte. — Grité.

— No quiero tu ayuda. — Dijo mirándome a los ojos.

— Púdrete. —

— Adiós. — Dijo entrando a su camerino, cerro la puerta pero luego la volvió a abrir para decirme algo — y por favor madura, tienes veinte siete años, no diez. — Dijo cerrándome la puerta en la cara.

Mordí mi labio por la rabia qué me había hecho pasar. Habló el más maduro.

Pero.. ¿En realidad tendré qué madurar?