Mi amor verdadero ⏩ Suga

Capitulo dos

  - Oppa ¿Qué pasa? –Dije observando cómo salían todos de la habitación.

- Nunca te lo hemos dicho pero... –Hizo una pausa para bajar la cabeza. –Tienes el corazón algo... débil.

El silencio invadió la habitación durante unos instantes hasta que J-Hope continuó.

- Mamá y papá se pasaron por aquí pero sabes que dentro de dos días tienen que viajar y bueno, me dijeron que te lo contara. –Levantó la mirada y pude ver que estaba a punto de llorar.

 –Pensé que tú...

- ¡OPPA! No digas esas cosas tan tristes. –Grité. La puerta se abrió de golpe y todos los chicos del grupo entraron alarmados.

- ¡¿Qué pasa?! –Dijo Jungkook.

- ¡Voy a llamar a la enfermera! –Dijo V.

- ¡ENFERMERA! –Gritó Jin mientras empujaba a Rap Monster y a Jimin.

Mi hermano y yo nos miramos y comenzamos a reírnos, mientras, ellos nos miraban extrañados.

- De ahora en adelante no puedes soportar muchos nervios o exaltarte demasiado. Es lo único de lo que debes cuidarte. –Dijo con una pequeña sonrisa.Asentí con la cabeza.

- Oppa... ¿Cuánto tiempo estaré aquí?

- La enfermera dijo que en un rato estarías bien y podrías venir... Pero... Es raro que después de tantos años tuvieses una recaída, ¿Qué pasó mientras yo no estaba?

- Nada en especial, sería la gripe. –Contesté mientras recordaba todo lo sucedido. 

–No quiero que nadie se entere, quiero que todos me traten igual y no cambien conmigo por esto.

 –Dije mirando a los chicos que seguían asomados a la puerta discutiendo entre ellos.

- No lo sabrá nadie. –Dijo J-Hope guiñando un ojo.

- ¡SALID DE AQUÍ! –Se escuchó un grito en la puerta.

Era la enfermera que quería entrar.

- ¡Eso, dejadla pasar! –Dijo Jin sin darse cuenta de que él era el que más obstruía la puerta.

- ¡Aish! –Dijo Jimin tirando por uno de los brazos de Jin para apartarlo de en medio.

La enfermera entró y los miró con cara de desprecio antes de acercarse a la camilla con una sonrisa.

- Parece que estas bien, podrás marcharte hoy mismo. –Dijo antes de irse. 

Al rato, nos marchamos del hospital y cada uno se marchó a su casa.

(Ring Ring, suena el teléfono).

- ¿Sí?

- Lo siento mucho. –Dijo una voz llorosa al otro lado del teléfono.

 –No pretendía que te pasara eso...

- ¿Suga? –Pregunté confundida.

- Lo siento realmente. –Dijo con una voz ahogada en lágrimas.

- No pasa nada, de todas formas, tú llamaste a la ambulancia.

- Si pero...

- Deberíamos continuar nuestra conversación, ¿Qué te parece mañana? 

–Esperé apenas unos segundos para responderme a mí misma. 

– ¡Vale! Colgué sin esperar una respuesta.