Por fin. Por fin logré estar junto a él, el chico por el cual suspiro, que me lleva a mundos imaginarios, que cada vez que me habla o me escribe hace que mis huesos bailen y que mis dientes choquen provocando una irritante melodía.
Él es perfecto... sus ojos, sus manos, sus labios, la forma en que sonríe, esa manera de mirarme... no podría tener algo mejor.
Hace que mi mundo de vueltas, que mi cabeza explote, que mi pulso se acelere. Solo con un "Hola", un mensaje, una llamada consigue hacerme sonreír todo el día.
Él es lo único que me quita el sueño. Él es mi príncipe, yo su princesa, hechos el uno para el otro. Él es esa persona que te protege, que te promete estar junto a ti el resto de su vida, que nunca te cambiaría por nadie.
Y él está ahí, justo delante de mí, nuestros dedos entrelazados como una complicada cremallera. Nuestros rostros a centímetros, nuestros ojos penetrando las almas.
Se acerca cada vez más, ambos labios a punto de rozarse, cosquilleos en el vientre es lo único que puedo sentir en este momento. Cierro mis ojos para vivir este momento, pero no ocurre nada, sus labios no colisionan contra los mios.
Abro los ojos y solo veo oscuridad.
Estiro la mano para llegar al interruptor.
Todo ha sido un sueño.
Él no está conmigo, sigo sola.
Vuelvo a la pesada realidad, donde las pulseras de mis muñecas se han cambiado por horribles cicatrices. Mi espejo me quita las ganas de seguir. Mi espejo, y todas las personas que dicen que no valgo nada, que no debería existir.
Examino mi vida, mi familia no me quiere, no tengo amigos y todos me recuerdan mis defectos.
Salgo a la terraza, aún es de noche, todas las luces se ven como un enorme árbol de navidad.
Miro al suelo, tres pisos es lo que nos separa. Me subo a la barandilla. Recuerdo porqué lo hago, esto no es vida. Reúno valor...Y salto.
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¿Saltas, o te quedas?- Historia corta
Short StoryTodo se ha acabado, ya no hay más. Ya no hay presiones, ni burlas, ni sentimientos