A la mañana siguiente, Laud desayunó viendo sus dibujos favoritos, como cada mañana. Había soñado tanto con su muñeca que tenía sueño, estaba cansada y ya no quería esa muñeca. Ya no le gustaba. Así que pasó el día Absorbido por el juego con otras cosas y no le recordó a su madre que tenían que ir a por la muñeca, porque ya no la deseaba.