Día ocho

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Ay mi querido niño de hermosas y provenientes facciones, ¡ayúdame! Has que me olvide de ti, no me ignores y me hables cuando quieres. Prefiero mil veces un te odio por parte tuya a que vengas un día y hagas que todo el trabajo que me ha costado superarte se vaya a la mierda.

Por qué justo hoy tenías que hablarme cuando debí haber salido con alguien más, tal vez ese que me daría la esperanza o al menos un poco de discernimiento, hacerme entender que lo que tengo es una obsesión contigo, pero no, me hablaste y preferí quedarme en el teléfono.

Soy una tonta, pero ya que, ¿qué más puedo hacer cuando no quiero dejar de sentir lo que siento por ti?




Desde mi roto corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora