Segunde final

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Estaba en la ambulancia, Dylan sollozaba, le toque la mano.
Me bajaron de la ambulancia y me llevaron a una habitación, sentía un hueco en mi pecho, ardor en los pulmones.
Justo en frente de la camilla había un cuando que decía << ¿Sabes que pasa si los ángeles bajan y te tocan? Te hacen especiales, así como lo eres tú>> los doctores ponen esos cuadros para animar a la gente con retrasos o cáncer, a que somos especiales hasta con enfermedades.
Entró Dylan a la habitación.
- Hola - tenía los ojos llorosos.
- ¿sabes que pasa si los ángeles bajan y te tocan? - con voz ronca le dije, tratando de sacar todo el aire que tenía.
- No. - trató de sonreír.
- Nos hacen especiales. - lloraba porque a esto lo sabría cuando iva a partir.
Me beso la frente, me tomó de la mano y dejó algo dentro de mi campera.
Todo se volvía brillante, como cuando te quedas viendo el sol y su luz te encandila, me desperté en ese segundo, se sintió el ruido de un tren y mi cabello tapando mi rostro, ¿tengo el cabello largo?, me pregunte, mire hacia mi derecha y había una luz, y del otro lado una puerta de madera, en ese momento supe que todo lo que yo creía era verdad, nunca morimos, sólo renacemos, al menos eso estoy tratando de comprender.
No quería renacer la otra puerta se volvió más vieja, mientras más quiera me quedaba más se desvanecía todo, no me quise mover las paredes se volvieron polvo, el suelo se destruía tuve que comenzar a correr hasta que vi un pozo de color gris y tuve que saltar, y todo se volvió polvo.
Desperté en la misma camilla donde me dejaron, con la misma ropa,y tenia el cabello corto otra vez, ¿habré soñado eso?, me levante de la camilla, salí de la habitación, no había nadie, salí del hospital, ningún rastro de personas en la calle, me dirijo a la casa de Dylan para decirle que estoy bien. Estaba lloviendo a cántaros.
Estaba Dylan sentado en la puerta, mirando a lo lejos, lo salude, el no notó ningún rastro de mi presciencia.
- Dylan ¿Qué pasa? - le grite - ¿Dylan? Por favor.
Me fui a mi casa, en el camino nadie me veía un perro comenzó a perseguirme, yo lo acaricie y me dio unas lengüetadas y una señora miraba al perro con cara de pocos amigos.
Llegue a mi casa, y no había nadie, subí a mi habitación, antes de abrir la puerta entró mi madre baje corriendo las escaleras, la vi toda de negro, llorando y mi padre también abrazaron, <<Todo estará bien>>, la mire a los ojos le seque las lágrimas, la abraze ella grito.
- ¡Algo en esta tocando!.
- Mamá ¿Qué pasa? - se quedo petrificada mirando el sillón - por favor, mamá, ¿que sucede? No estoy ¡entendiendo nada!.
Tome su celular, todos los mensajes eran de " Lo siento mucho" o "Ella será una ángel" no estoy entendiendo nada, subí a mi cuarto, había unas cartas, todas eran de Dylan, una de ellas llamó mi atención decía:

Farah:
Espero que esta carta no la lea tu madre o tu padre, me matarían si la leen.
Recuerdas ese día que encerramos a En Línea y tu amiga Melisa, en el Jardín de la escuela, cuando nos dirigimos al bosque, y te dije "¿Que pasa si los ángeles bajan y nos tocan?" y que el día que lo sabrías sería el día; el día que tendrías que partir, bueno la noche del hospital lo respondiste, si, si nos hacen especiales, tu me hiciste amarte, tu eras ese ángel que me tocó, eras tan real que te volviste uno de ellos.
Jamas te podré olvidar, eres el único ángel que toco mi corazón.
Dylan.

Comencé a entender un poco. Salí de mi casa, fui caminando porque si iba en auto o en bicicleta, iba a ser raro para las personas ver a un auto o bicicleta andar sólo, no quiero decir lo que soy, es duró para mi. Quiero decir te lo que soy pero odio esa palabra, esta en mi lista de unas de las palabras a las que odio, soy lo que pasa si una persona que esta en el purgatorio, saben lo que soy.
Seguía lloviendo, entre a la casa de Melisa, deje una carta con una fecha antes de mi muerte así no hubiera sospechas.
Pase por la casa de Dylan, vi que justamente entró su padre y con esa oportunidad entre, busque a Dylan, estaba en el baño, sólo estaba sentado en el suelo, sin camisa, con unos pantalones de deporte gris, no sabía que era tan marcado, por lo marcado me refiero a que se notaba que iba al gimnasio, quería comunicarme con él, escribí en el espejo del baño, «Dylan, no te asustes si ves esto, soy Farah»
Se levantó y miró hacia todos lados y dijo «¿Farah?» le toque la mano y puse en el espejo « ¿que pasa con los ángeles? ♥» y sonrió, «eres tú», lo abraze el sintió el abrazo y trató de tocar mi cintura, lo logró «Dylan, no te pongas mal por mí, yo voy a estar bien, si tu lo estas yo siempre lo estaré, por cierto leí la carta que me hiciste, la deje en tu bolsillo para que la vieras, jamás pude ver lo que dejaste en mi campera esperó que este en el cementerio ¿me puedes llevar?» Dylan dijo que si, se puso una camiseta de color rojo, fuimos y me baje del auto, mi lápida era una de las primeras al entrar, sabía que era la única manera de irme de aquí, no quería pero no toleró ver que Dylan mal, me senté y Dylan del otro lado, lo abraze, bese sus finos labios y el me dio lo que había dejando en mi campera era un dibujo, era yo hecha un ángel y el parado en el medio del bosque.
Mi cuerpo se iba haciendo polvo y me deje morir, se que mi familia estará bien, y él también.

INEFABLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora