Púrpura

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El rojo me ama, me necesita, se siente mal si no me tiene, me retiene, me manipula, el rojo me sufre, me sangra, me mira y me quieren encerrar.
El azul me desea, me busca, se apasiona con poco amor, me deja ir, me convence, el azul me ignora, me rebaja, me escucha y se va.
Yo, púrpura, lloro, caigo, duermo.
Rojo se enoja, azul es indiferente, azul toma una foto de mi cara, recorta los ojos y pega en su lugar los suyos, me come, me vomita.
Rojo alimenta a una serpiente con dulces siguiendo un camino que llegue a mi oreja, la serpiente llega a mi cerebro y se envuelve en él, lo exprime hasta que me sangra la nariz, la serpiente viaja por mis venas y defeca en mi corazón. Azul, azul, azul, te quiero de vuelta.
Azul vuelve, me ama, hace tanto ruido que no escucho, provoca tanta luz que no puedo ver, mucho humo. No puedo respirar. Azul siempre huele a combustión de nicotina y magnesio, azul sabe a humedad y en su boca hay azúcar y oxígeno, su cabello se enreda entre mis dedos atrapándolos con agua de lluvia.
Hay manchas moradas con verde alrededor, en mis brazos y en mis pechos, me ha lastimado.
Rojo, rojo, rojo, rojo, por favor, rojo, el fuego de la iglesia la ha consumido totalmente, venga rojo, hasta que la muerte azul nos separe.

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