No me lo podía creer...era exactamente igual que Natalia. Alta, con esos ojos tan peculiares color naranja amanecer, pelo liso y rojo chillón. Era igual. Se acerca a la barra, así que aparto la mirada.
-Qué te pasa, tío? Te has quedado empanado.
-Es igual...
-Qué es igual?
-Ella.
-No,tío, no! No vuelvas a pensar en esa zorra.
Seguimos hablando, pero mis pensamientos estaban en otra parte. Sólo oía una vocecilla que me hablaba. Entonces empezó a dolerme la cabeza y un zumbido no paraba de resonar en ella. Me entró mucho calor.
-Miguel...estás bien?
-Sí...so-lo...ne-necesito que me de el aire- dije entrecortadamente.
-Vale... Te esperó aquí
Salgo como puedo del bar. La cabeza me da vueltas y empiezo a ver borroso, creo que me voy a caer así que me siento en un banco. Veo la silueta de una chica que se acerca a mí. Se sienta a mi lado. Es ella.
-Estás bien? Me ha parecido que te ibas a desmayar en cualquier momento.
-Sí... Sí...
-Me llamo Natalia
-Qué? No puede ser...
-Qué pasa?
-Nada...nada...
Hablamos durante un rato y cuando se acabaron los temas de conversación..me dormí. Sí, me dormí. Allí en el banco.