Pobres animales orientales obligados a resistir el frío occidental en estas fechas y a caminar largos tramos de asfalto con música horrible sonando delante y detrás suya, por no hablar de toda la gente de los lados aplaudiendo con esos trapos que tienen de manos y ellos resistiendo vestidos con ropa ridiculizante y transportando a un padre de familia que se cree rey mago por una tarde después de pagar con media hipoteca (la cual "no puede permitirse", al igual que los libros de texto de sus hijos) el horrible traje y la barba postiza...