Cap.1
.- ¡Joder Allie! ¿¡Dónde coño has metido mi top favorito?! ¡Sabías que me lo quería poner hoy!
Allie estaba tirada en el sofá engullendo patatillas mientras miraba embobada Bob Esponja, cuando su hermana Anne entró echando humo, con la toalla de ducha en la cabeza, y todos sus potingues en la cara. Entonces Allie sin quitar la vista de la televisión contestó vagamente.
.- Yo que voy a saber.
Anne se acercó a su hermana, cogió el mando y apagó el televisor. Haciendo que Allie pegara un berrido.
.-¡EH, No me la apagues, que no había visto ese episodio!
Dijo poniendo pucheros.
.-Si y también parece que no has visto que llevas puesto mi top.
Allie bajó la vista hacía lo que llevaba puesto, y lo cogió entre sus manos indiferente.
.-Ah...vaya, no me había dado cuenta.
Se lo quito en menos de un segundo, quedándose en sujetador. Se lo tiro a su hermana y volvió a tirarse en el sofá.
.-Y ahora ponme la tele.
Anne puso los ojos en blanco, le tiró el mando a su hermana y se dio la vuelta en dirección a su cuarto. No eran niñas ricas, ni mimadas, pero tenían una casa bastante llamativa. Era un edificio moderno, con decoración simple y muy elegante. Sus padres trabajaban casi a todas horas así que la mayoría del tiempo lo pasaban solas. Se llevaban bastante bien, a excepción de cuando Allie se metía en el armario de Anne. Aquel verano habían decidido participar en un concurso de su radio local, en Los Ángeles, para conseguir unas entradas Meet&Greet para el concierto de su banda favorita, One Direction. Para su sorpresa, ganaron y hoy era el gran día. Así que las dos estaban de los nervios, claro que, a su manera. Allie era la típica chica que cuando los nervios se la comían, ella se comía el resto del mundo. Y Anne se volvía una obsesa del control, y se pasaba el día de arriba a abajo arreglándose.
Anne se asomó al salón para volver a ver a Allie ahí tirada, aún en sujetador.
.-¡Quieres hacer el favor de vestirte!
Allie puso los ojos en blanco y se deslizó por el sofá.
.-Ya voy...
Las dos se dirigieron a su habitación, Allie se fue a lavar los dientes mientras Anne preparaba la ropa que iban a ponerse. Las dos tenían una larga melena ondulada de color rubio oscuro con reflejos más claros, no eran supermodelos, pero tenían un buen cuerpo. Lo único que las diferenciaba eran sus ojos. Mientras que Allie tenía un verde intenso, Anne los tenía azul cielo. Al fin Allie salió del baño, Anne le tiro una falda corta, verde clara, alta y ajustada a la cintura, que acababa en vuelo. Anne llevaba la misma pero en color azul claro.
.-¿Y ahora que top me pongo? Has enguarrado el mío.
Allie se encogió de hombros, y se dirigió hacia su armario, sacó una bolsa y la meneo delante de la cara de Anne.
.-Tonta, nos he comprado una cosita que te va a encantar.
De la bolsa sacó dos tops cortos de manga corta y de color blanco, con el símbolo de infinito y la palabra Directioner en el. Anne abrió los ojos como platos de la emoción, siempre habían querido un top así. Cogió el top al aire y empujo a Allie, que cayó sobre la cama, soltando un gritito.
.-¡¡¡¡¡AAAAH, Dios me encanta!!!!! ¿Cómo los has conseguido? Y sin que me diera cuenta. ¡TE QUIEROOOO!
Anne saltó encima de su hermana y la achucho entre sus brazos.
.-Sabía que te gustarían. Hehe. Y ahora a ver quien me levanta a mi de la cama.
.-Venga no seas vaga, que nos espera el mejor día de nuestras vidas.
Las dos se vistieron, estaban muy emocionadas, por fin iban a conocer a sus ídolos. Se miraron en el espejo las dos a la vez, luego se miraron la una a la otra y no pudieron evitar contener la emoción. Se agarraron de las manos y empezaron a chillar.
.-¡¡AAAAAAAAAHHH LOS VAMOS A CONOCER, POR FINNNN, OH MI DIOS!!
Llegamos a dónde se iba a celebrar el concierto, pero antes de eso, tocaba el Meet&Greet. Anne y Allie no sabían donde meterse, estaban de los nervios. Se dirigieron a la cola dónde las demás chicas esperaban para entrar a conocerles. Todas estaban igual de nerviosas que ellas, hablando unas entre otras, dando grititos por nada, etc. Anne y Allie simplemente se cogieron de la mano y esperaron emocionadas a que llegará su turno. Cada vez la cola era más corta, ya quedaba menos para que por fin los conocieran. Aquello parecía irreal, no se lo acababan de creer. Y entonces el guardia de seguridad aparto la cinta delante de ellas, ya podían entrar hacia su sueño.
