- ¡Vamos golpeame! ¡Justo en el mentón!
- ¿Qué mierda estás diciendo?
- ¡Que me rompas la quijada! Sé hombre.
Yo soy Edmundo, Edmond, Ed, bueno no importa y el chico frente a mi pidiéndome exhaustivamente que le destroce el rostro es Bram, es un demente. Conozco a Bram desde hace un mes ingresó al colegio iniciando el año, es un tanto ¿cómo decirlo?... peculiar. Tengo el ligero presentimiento de que en su antigua escuela estuvo enredado en algo grande y eso causo que llegara aquí. Ahora es mi mejor amigo, aunque, no sería diferente si tuviera más amigos a parte de él, al menos eso creo. Bram y yo no tenemos nada en común solo una cosa: un gusto apasionado por el cine, en especial: "el club de la pelea", nunca entendí cómo es que terminé pasando casi todas las noches a su lado fumando y bebiendo en los lugares más solitarios de la ciudad. De hecho antes de conocerlo mi vida era sumamente aburrida, escuela, trabajo, tareas, solo eso; lo mismo una y otra y otra vez, todos los días hasta que ingresara a la universidad, si es que llegaba a hacerlo, pero entonces apareció él.
La noche de ayer estaba tumbado en mi cama mirando al techo como acostumbraba todas las noches antes de Bram, solo me recostaba y miraba el techo hasta que el sueño me vencía, entonces mi teléfono comenzó a sonar, su voz resonó al otro lado de la línea.
- ¿Bram?- Hubo silencio durante unos instantes justo antes del...
- ¡Ey! pequeño puñetero ¿Te estás tocando? ¿Sabes? esa cosa también necesita descanso.- Tan grácil como siempre.
- ¿Qué quieres? No, a diferencia de ti no tengo la necesidad de tocarme cada 30 minutos.
- Te veré en el quiosco en 10, lleva algo que beber, esta noche será legendaria, así que asegúrate de llevar algo bueno.
- Joder, es la una de la mañana; lo que sea puede esperar hasta que amanezca.
- Levanta tu culo y ve al quiosco te veo allí en 10.
A la una con 10 estaba sentado en los escalones del viejo quiosco a un par de calles de casa, es un buen punto de encuentro ya que se localiza entre la casa de Bram y la mía, así que: estaba ahí, en la madrugada, con 12 latas de cerveza y esperando al demente de mi mejor amigo.
- ¿Vas a quedarte ahí toda la noche o me darás una cerveza?- El maldito apareció a mi lado con un cigarrillo en los labios.
- Mierda, has ruído.- Le reclamé mientras le tendía una lata de cerveza.
- Gracias, ahora. ¿Listo para la mejor noche de tu vida?.- Llevaba una cazadora de cuero sobre su usual camisa de resaque y unos jeans azules en sus últimas semanas de vida.
- ¿Qué tienes en mente? Ahora dame uno. - Dije mientras mientras extendía mi mano esperando un cigarrillo.
-Si quieres uno tendrás que golpearme.
- ¿Qué te has metido?
- ¡Vamos golpéame! ¡Justo en el mentón!
- ¿Qué mierda estás diciendo?
- ¡Que me rompas la quijada! Sé hombre. Hay que hacerlo, como el buen Tyler. Nunca has peleado en tu vida. Tampoco yo, eso solo demuestra lo poco interesante y estimulante que es nuestra vida, ahora, golpéame.
- Deja de decir estupideces.
- Marica.- Exclamó su boca a través de la sonrisa burlona que dibujaban sus labios, acto seguido se puso de pie y exhaló todo el humo que tenía en los pulmones.

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El pequeño club de la pelea
Ciencia FicciónEd es un gran aficionado del cine y las novelas de aventuras, su vida es aburrida y una constante rutina mas todo cambiará cuando conozca a Bram un chico nuevo en la escuela con sus mismas aficiones, con una obsesión hacia el film y novela favorita...