Catorce.

2.4K 129 6
                                    

Andamos por unas miles de tiendas buscando un vestido.

Los nervios atacan a Nayra y me hacen reír a mi.

- ¿Crees qué le gustaré? - murmuro Nayra por decima vez.

- Oh claro amor,si eres todo un pivón. - sonrío contagiándola a ella

Os explico.

Nayra ha quedado con Daniel para una cena,y me tiene a mi de aquí para allá en busca de un lindo traje para hacer a Daniel morir de amor.

Las facciones de Nayra son más que perfectas.

Me siento a esperar que salga.
Sale con un vestido con muy poco escote y vuelo.

Niego instantáneamente,queremos que Daniel se fije en su figura.

- Toma este. - digo dándole otro un poco más pegado.

Lo coge y se dirige a colocárselo.

Sale después de unos minutos.
Éste le queda un poco mejor.

Realza sus curvas,perfectas.
Pero,falla a la hora de realzar su pecho.

Niego de nuevo y busco el que creo que es el indicado.

Un negro pegado también que mando a probárselo.

Está vez si.
Lo conseguí.

Sale con el vestido y unos tacones de aproximadamente unos 5 centímetros.

El vestido realza su pecho,su figura y su culo.

Justamente lo que pedíamos.

- ¿No me verá como muy directa? - pregunta y niego.

- Esto es lo que necesitas,mírate,estás increíble..se va a pillar por ti.

Pago el vestido a pesar de sus murmullos y salimos en dirección a casa.

Creo que valgo para diseñadora,va no.

Me río por mis pensamientos y ella me mira interrogante.

- Olvidalo - digo.

------------------------------

Narra Nayra.

Estoy dándome los últimos retoques cuando escucho la puerta.

- ¿Quién es? - digo nerviosa.

- Daniel. - murmura y le abro - Oh - muerde su labio. - Estás increible.

- Gracias. - sonrío - Tú tambien.

Mi corazón palpita cuando él coge mi mano y besa cada uno de mis nudillos sonriendo.

- Las damas primero. - murmura haciendome salir.

- Que caballero,Oviedo - río y él me acompaña

Caminamos un rato hasta encontrar el restaurante.

- Una mesa para dos a nombre de Daniel Oviedo. - dice y el muchacho asiente llevandonos a nuestra mesa.

Pasamos la cena riendo,contando anecdotas,pasandolo muy bien.

Es hora de irnos,y realmente lo he pasado muy bien con él.

- Me lo he pasado muy bien. - digo cuando salimos

- Yo también. - sonríe

Llegamos a casa y llega la hora de despedirse.

- Bueno... - murmuro nerviosa. - Gra..gracias

Se acerca a mi y juro que si no es porque me tiene cogida de la cintura estaría en el suelo mis piernas tiemblan.

Sus labios se dirigen a mi oreja.

- Sería muy poco caballeroso al no despedirme como se debe de una auténtica dama. - murmura dirigiendose ahora a mis labios para besarlos con urgencia acariciando mi cintura.




«Y es que juro que necesito frenos para no estrellarme contra su boca cada vez que sonríe»

Personal AssistantDonde viven las historias. Descúbrelo ahora