El salón de química

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     Era un día de halloween, todo parecía normal. La directora nos supervisaba, los maestros nos organizaban, los papás miraban, los pequeños cantaban mientras desfilaban y nosotros actuábamos películas de terror.

   Era mi turno de hablar en el micrófono un escalofrío me recorría la espalda y las manos me sudaban tenía un presentimiento y no de los buenos,uno grande y algo malo.
De repente el horrible sonido de un trueno retumbó en las paredes y se esparció por toda la escuela, dejando incapaz de moverse a cualquiera. Cuando paró enseguida se escuchó un terrorífico y extraño sonido. El cual parecía provenir de el laboratorio de química, en el tercer piso, algo parecido al grito de un chica.

   Así es que la directora, junto al maestro de danza y la maestra encargada de este lugar, subieron temblorosos las escaleras, haciendo pequeñas pausas hasta el tercer piso. Cuando llegaron a este, dudando abrieron lentamente la puerta del salón que estaba casi al final del pasillo. Esta era de madera, sus pernos oxidados rechinaron fuertemente.

   Al entrar al salón, se dieron cuenta de que había frascos tirados por todo el salón. Sólo había sobrevivido uno, con una sustancia roja y espesa como la sangre dentro, sobre el escritorio de la maestra. Los frascos rotos formaban una camino hasta el último escritorio en el rincón, el maestro de danza lo siguió cuidando no pisar los cristales, seguido de la directora y la maestra de química. Al llegar aquí el maestro se asomó atrás de este con los ojos entre cerrados, y cuál fue su sorpresa al ver que había una gallina negra con el pescuezo retorcido, la tomaron y la metieron dentro de una bolsa de plástico negra. De repente escucharon un golpe tras ellos, se voltearon rápidamente y se dieron cuenta de que el frasco con el líquido rojo había caído, pero no estaba regado, en cambio con este en el pizarrón estaba escrita la frase:

"LARGO DE AQUÍ O SUFRIRÁN.
A"

   Los maestros asustados salieron del salón corriendo y gritando.La maesta de química cerró su salón de un golpe, lo cerró con llave y la tomo mientras la directora y el maestro de danza obstruían la puerta con un escritorio y unas cuantas sillas. Al acabar corrieron por las escaleras hasta llegar a la planta baja.

   Cuando los ví estaba sorprendida, estaban paralizados,parecía que una parte de ellos había muerto y el maestro de danza sujeraba la bolsa tan fuerte como si fuera lo único que lo mantenía vivo.

La Gallina NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora