Otro día moría en la sociedad de almas. El sol apenas entraba por la pequeña ventana de la oficina del capitán del sexto escuadrón que revisaba una pila de papeles y los firmaba después de leerlos pacientemente. A unos escasos metros de él, su teniente contenía los bostezos que cada vez amenazaban con salir y delatar su aburrimiento.
Poco a poco los miembros del escuadrón dejaron las barracas y se dispusieron a irse a sus casas, sin embargo Byakuya parecía dispuesto a quedarse toda la noche de ser necesario y eso significaba que planeaba que Renji le hiciera compañía.
-Creo que es suficiente por hoy Taichou- Renji eligió cuidadosamente las palabras pues lo último que le apetecía era pelear con Byakuya.
-Aún es temprano- dijo el mayor de los Kuchiki sin mirarlo- pero si ya te cansaste puedes retirarte.
Renji apretó los dientes y contuvo las maldiciones que quería lanzar a su capitán. Odiaba ese tono frío, monocorde y arrogante con el que se dirigía a él. Lo trataba como a un soldado inútil a pesar de ser su Fukutaichou y eso era deplorable, pero algunas veces la arrogancia de Byakuya parecía no tener límites.
-Sólo estoy un poco cansado Taichou e imagino que usted también lo está- el pelirrojo hizo acopio de toda su educación en esa frase.
-Es evidente que nuestros niveles son muy diferentes. El que tú estés cansado no significa que yo lo esté. Retírate no haces más que hacer que pierda mi tiempo en tus excusas- dijo Byakuya mirándolo como si fuese a sacarlo por la fuerza si se quedaba.
-Lo siento oh excelso Kuchiki-sama ¿cómo he podido compararme contigo si eres la luna y yo sólo un mono que jamás la alcanzará?- dijo Renji y mordazmente agregó- no soportaría otro instante de tu humildad Taichou así que buenas noches.
Byakuya no se molestó en responder tan siquiera. Se limitó a continuar con su trabajo como si Renji jamás le hubiese dirigido la palabra. Esto molestó aún más al pelirrojo que se marchó con cansancio hasta su casa.
Al llegar encendió un par de luces y buscó una botella de sake. Estaba cansado hasta los huesos y la actitud arrogante de Byakuya lo tenía harto. Después de un par de tragos comenzó a imaginar a Byakuya como su vasallo y se río con ganas hasta que repentinamente otra risa le hizo ponerse alerta.
-¿Quién anda ahí?- preguntó empuñando su zanpakuto.
-Vaya que te has vuelto paranoico y olvidadizo Renji- dijo la voz femenina con una sonrisa- ¿acaso se te ha olvidado que iba a venir a visitarte?
-Lo siento Yoruichi- se disculpó el pelirrojo guardando a zambimaru- lo he olvidado sé que no es excusa pero el trabajo me está volviendo loco.
-¿Es el trabajo o es cierto Kuchiki?- preguntó la mujer morena con picardía- Aunque contigo jamás se sabe cuál de los dos te trae loco.
Renji se enrojeció de inmediato por la insinuación de Yoruichi. Intentó recomponerse lo mejor que pudo pues debía dar una respuesta. Callar equivalía a otorgar la razón y eso nunca.
-He dicho que ya no estoy interesado en Rukia, Ichigo y ella están bastante bien juntos aún si no son pareja- dijo el teniente con naturalidad, sus palabras eran sinceras.
-Así que ya no te interesa Rukia, bien por ti aunque jamás pensé que te interesarías por Byakuya- dijo la felina con malicia. Renji se enrojeció aún más.
-¡¿Qué... Qué... Qué diablos pasa contigo?! ¡¡¡YO NO ESTOY INTERESADO EN EL CAPITÁN KUCHIKI!!!- Exclamó Renji bastante alterado y sonrojado- no de esa manera...
-No tienes por qué avergonzarte Abarai, yo misma estuve interesada en él, pero era sólo un crío entonces- dijo la morena nostálgica- no vale la pena que niegues que pensabas en él. No voy a juzgarte por ello.
-Bueno Byakuya puede ser asombroso pero no puedo con su arrogancia y menosprecio- dijo el pelirrojo enfadado.
-Tal vez debas enseñarle un poco de humildad- insinuó Yoruichi.
-¡Por favor! en dónde te cabe tal ridiculez. Byakuya siendo humilde es casi un buen chiste- dijo Renji serio, ofreciendo un trago a Yoruichi y tomando uno él.
-Yo podría ayudarte si quisieras- dijo Yoruichi tomando otro trago.
-Serías aún más legendaria si lo haces- dijo Renji sirviendo otros tragos.
Los tragos aumentaron y los planes conspirativos y las ideas de someter a Byakuya salieron a flote con rapidez. En medio de la ebriedad a Renji no le importó admitir que anhelaba someter a su capitán a su voluntad. Pensar en Byakuya rendido a sus pies suplicando le causaba un singular placer. A Yoruichi le divertía tanto la idea que no paraba de dar ideas al teniente. Poco a poco Renji fue desinhibiéndose y empezó a revelar lo que en verdad sentía.
Estaba frustrado por la frialdad de Byakuya casi furioso por poner sus ojos en un hombre como él. Se sentía confundido, ridículo y anhelante. Estaba casi loco de amor, deliraba con acariciar sus manos y su cabello y a la vez quería maldecirlo por ser un noble idiota y arrogante. Casi lo amaba y odiaba con la misma intensidad y en el medio se ubicaba su deseo de tenerlo bajo sus órdenes aún si fuera por una vez.
Renji se puso tan ebrio que se quedó dormido. Yoruichi se encargó de acostarlo y se terminó el último sake que quedaba. A Renji no le molestaría por la mañana y de molestarle sería demasiado tarde. La mujer meditó un poco en la situación del pelirrojo y trató de recordar cada detalle del pequeño Byakuya. En el fondo ella sabía que ese chiquillo debía vivir en alguna parte del frío y actual líder de los Kuchiki.
Tomó un trozo de pergamino en blanco y comenzó a escribir pequeños pasos. Los tituló "Pasos para someter a Byakuya". Una sonrisa satisfactoria se asomó en su rostro una vez que término. Los leyó por segunda vez contenta con el resultado. El pergamino rezaba así:
Pasos para someter a Byakuya.
1- Insinúa cosas con doble sentido, tras esa seriedad suya se encuentra un chiquillo tímido.
2- Mantén el contacto físico sin que él piense que lo haces a propósito eso lo pondrá nervioso.
3- Miralo fijamente sin bajar la mirada, míralo con lujuria y habrás ganado la batalla.
4- No te quejes de nada, haz las cosas incluso antes de que él las pidas y lo tendrás contento.
5- Llámalo por su nombre con tu mejor tono y verás que está genuinamente sorprendido.
Después de eso o estarás muerto o probablemente consegirás lo que quieres. Hagas lo que hagas y si él te tortura o algo no le digas que yo intervine. No olvides quemar este pergamino después de memorizarlo.
Contenta con el pergamino, la morena lo dejo sobre la pequeña mesa y se marchó sin hacer ruido alguno. Se escabuyó en la mansión de los Kuchiki y espió a Byakuya.
El capitán daba un pequeño paseo nocturno por su jardín como tanto le gustaba. Parecía molesto y Yoruichi casi se río al pensar que el motivo era Renji. Tal vez las cosas saldrían mejor de lo planeado. Después de que Byakuya regresara a la mansión la mujer se marchó nuevamente al mundo de los vivos. Regresaría luego para ver si todo había salido bien de lo contrario a lo mejor y tendría que salvar al pelirrojo.
A la mañana siguiente a Renji le dolía ligeramente la cabeza pero decidió ignorarlo. Tomó un vaso con agua y se duchó. Al salir de su habitación rumbo a las barracas del sexto escuadrón se dio cuenta del pergamino de papel que estaba en la mesa. Lo tomó con curiosidad y enrojeció al leer el título.
Lo leyó un par de veces y luego lo quemó. Estaba apenado y bastante nervioso, pero no quería seguirse engañando a sí mismo con respecto a Byakuya. Alguien le enseñaría a su Taichou un poco de humildad y ese sería él por el medio que fuera...
ESTÁS LEYENDO
Un Poco De Humildad
FanfictionRenji está cansado de la arrogancia de su Taichou y planea hacer algo al respecto. Con la ayuda de Yoruichi hace un plan para darle al capitán un poco de humildad pero en cuanto lo pone en marcha no sale como lo había pensado. ¿Acaso su Taichou es t...