Hiedra Venenosa [Los Merodeadores] [REESCRIBIENDO]

05; tragedias

0 5 ; T R A G E D I A S

      -ERES PATÉTICO.

      ERA GRACIOSO en muchas maneras ver como el chico de sexto año retrocedía para ver la expresión de la chica de quinto año. Tony Harlow era el mejor amigo de Bash y algunas veces, el único capaz de lidiar con los mellizos Lawson. 

      -No es cierto-exclamo él, pretendiendo estar ofendido.

      -Siento lástima por ti, Tony, es humillante estar a tu lado. 

      -Ahora solo estás exagerando, no fue tan malo... es decir, todos han tenido una situación así-dijo Tony, al principio de la frase, su voz se estaba desbordando de confianza pero fue perdiendo efecto al ver como la comisura derecha de la boca de Ivy se levantaba un poco.

      -Tu novia te dejó en el Gran Comedor, frente a los estudiantes, profesores y yo. ¿Tienes idea de lo que significa eso? Nunca olvidaré ese momento, porque fue lo mas interesante que ha pasado en un largo tiempo.

      Tony suspiró y se dejó caer en el suelo, junto al árbol. Y Ivy se habría quedado a consolar a su amigo pero cambió de opinión el segundo que sus ojos se encontraron con los del prefecto de Gryffindor. Ivy sonrío y saludó con la mano, luego miro a Tony y le dio palmaditas en el hombro.

      Caminó hacia Remus, quien no pudo evitar la sonrisa que se formaba en su rostro. Desde que los dos hablaron en la enfermería, Ivy siempre se acercaba a pasar el rato con él y Remus no podía estar más feliz por eso. Sus mejores amigos todavía no estaban enterados de esto pero Remus sabía que Sirius armaría una escena.

      Ivy se sentó junto a Remus y el chico intentó no parecer demasiado emocionado por su presencia. 

      -¿Qué estás leyendo que puede ser tan interesante como para ocupar tu periodo libre en ello?-preguntó Ivy inclinándose hacia el hombro de Remus para descifrar el libro que tenía sobre su regazo.

      Remus sonrío burlonamente y miró a Ivy a los ojos-Tu diario.

      Los ojos de la chica se abrieron como platos y lanzó un pequeño grito ahogado antes de lanzarse hacia el libro que Remus sostenía. El intento mover el diario fuera del alcance de Ivy pero ella fue muy rápida, lo tomó y lo sostuvo con un agarre de hierro.

      A esa altura Remus estaba tumbado en el suelo y Ivy estaba desesperadamente cerrando su antiguo diario con un hechizo. 

      -¿Quién te dio mi diario? Fue Marlene ¿cierto? Voy a matar a esa...

      Antes de que Ivy pudiera insultar a una de sus únicas amigas, Remus la interrumpió al reírse.

      -Si sabes que ese no era en realidad tu diario, ¿cierto?-logró decir con dificultad, todavía riendo.

      Ivy miró a Remus, incrédula-¿Qué?-exclamó con una voz aguda. Ivy volvió a su lugar en árbol y le lanzó el libro a Remus en el rostro.

      -Eso fue cruel, Remus-dijo Ivy evitando mirar al chico a los ojos-Felicitaciones, ahora eres sin duda mas interesante de lo que creí que eras- añadió la castaña, sonriendo visiblemente. Remus, que todavía estaba tendido en el pasto, se sentó y se acercó aún mas a Ivy. Y a la chica no pareció importarle.

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      -¿Tienes algo que nos quieras decir, Lunático?-preguntó James, acercándose a la cama de Remus.

      -Algo respecto a nuestro plan-agregó Sirius.

      Remus se había olvidado completamente sobre el plan, mayormente porque ya no lo necesitaba y eso lo hacía sentirse inmensamente orgulloso de si mismo.

      -Te vimos siendo muy amistoso con Ivory Lawson, Remus, muy amistoso-dijo Peter, como si "amistoso" hubiera tomado un nuevo significado y Remus no podía imaginarse de que. Excepto si Sirius era el responsable de cambiarle el significado a aquella palabra, en ese caso sabía exactamente que significaba. Y Remus podía garantizar que eso nunca ocurriría.

      -Bueno, ahora somos amigos...

      -¡No!-exclamó-Nadie es solo un amigo de Ivy, eso es una locura... Ni siquiera yo sería solo el amigo de Ivy.

      -¿Qué?-preguntó James.

      -¿Qué?-respondió Sirius, intentando evitar el tema. Recibió una mirada confundida de parte de Remus y retrocedió aún más al ver la expresión en el rostro de James. Canuto, no vayas ahí.

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      -Ya he empezado y por lo que veo, me está yendo bastante bien.

      Ambos hombres estaban sentados frente a una chimenea, lo suficientemente cerca el uno al otro para ser confundidos por amigos por el ojo no entrenado pero tenían sus varitas en mano, dispuestos a ocuparlas si llegaba a ser necesario.

      -¿Cómo puedes estar seguro? Digo, ha pasado antes y los resultados no fueron exactamente buenos en tu beneficio.

      -Tengo un buen presentimiento- dijo el hombre, llevando la copa de vino hacia su boca, intentando esconder un poco la sádica sonrisa que luchaba por hacer una aparición en cualquier momento. 

      El segundo hombre lo miró sin poder creerlo, claramente declarando en su mente que el psicópata sentado frente a él no era tan inteligente como había creído originalmente.

      -¿Basas todo esto en un presentimiento? Seguramente debes tener pruebas que te digan que estos son los indicados.

      El hombre río delicadamente- Me desestimas, mi querido amigo, los intentos anteriores fueron meras pruebas para llegar al examen final. 

     -Tú y tu maldito vocabulario de profesor, no puedo creer que te hayan contratado.

     -Eso no importa en este momento, la prioridad número uno es transformar a mis pequeñas tragedias.  

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[editado]