— Bueno, hoy será un día largo en el trabajo así que mejor me marcho.
— ¿No te olvidas de algo?
— De nada me olvido tontorrón. Llegando a casa te doy un besazo.
La voz suave y mecanizada de una joven resuena en las paredes de una habitación blanca y poco iluminada. Además de esta voz se pueden distinguir diferentes sonidos: un viejo cassette reproduciéndose, gotas de lluvia otoñales cayendo sobre la ventana y gotas de suero que entran en la intravenosa del cuarto. Otro joven se encuentra sentado y medio acostado en la cama donde una joven, la que habla en el aparato, se encuentra acostada y con diferentes tubos manteniéndola en vida. El muchacho sosteniendo la grabadora se despierta con el sonido del cassette rebobinando.
Él se acerca a la oreja de la muchacha y con la voz algo ronca saluda a su compañera con la misma dulzura con la que pronunció sus últimas palabras en el cassette:
— Buenos días Esther. Espero que hoy estés descansando bien.
— Dave, Dave. ¿Qué prefieres montaña o playa? — nuevamente se escucha la voz de la joven desde el cassette.
— Te responderé si primero cumples tu rutina Esther — responde él mientras se oye como se levanta de una cama.
— Si insistes — dice con un tono de inconformidad — Esther Wood al habla. Hoy es día 13 de septiembre del 2035. Tengo unos 18 años y me la paso entre libros y papeles por culpa de un lector aburrido — menciona ella enfadando brevemente al mayor provocando que este le tire un objeto.
— Este lector aburrido te paga tus caprichos cuando no estás trabajando.
— Pero yo ya hice la rutina que pediste — responde Esther con aire victorioso.
— De acuerdo boba, te respondo. Si te soy sincero prefiero más-
Súbitamente la conversación mecánica del cassette es interrumpida con el sonido de la entrada de un médico al cuarto trayendo consigo una cantidad de papeles considerable. Esto hace que el joven pare la grabación y se levante de su silla.
— Buenas Williams, ¿no habíamos hablado ya de que no puedes dormir aquí en tus condiciones?— pregunta el médico a Dave refiriéndose a él con su apellido.
— Lo sé, pero no quiero irme de su lado. Y de todos modos poco puedo hacer sin ella — responde Dave sobándose la nuca y tratando de mirar por la ventana.
— Es cierto, ella es tu lazarilla después de todo. ¿Quieres saber los resultados de sus pruebas de ayer o prefieres saber qué tiempo hace afuera? — Menciona dándose cuenta de su dificultad para ver y mientras se acerca a Esther.
— Ambas por favor.
— Puedes ver un poco de cerca ¿no? — pregunta de nuevo mientras le entrega unos papeles y unas radiografías.
— Sí. De cerca veo bastante bien — Dave toma los documentos y los lee mientras el médico cuenta el diagnóstico.
— A pesar que entró grave hace un mes a quirófano se encuentra bastante bien. Su cráneo empezó a curarse poco a poco y sus hemorragias se empiezan a estabilizar — explica— Sin embargo el tema de inducir al coma hará que cuando ella despierte tenga que someterse a rehabilitación. Poco sé sobre daños cerebrales pero los analizaremos cuando despierte.
— Entonces, ¿ella se está curando?—pregunta devolviendo los papeles.
— Sí, se podría decir que sí — responde guardándolos en su archivador— Gracias a eso comenzaremos a disminuir las dosis que le damos al día para hacer que su cuerpo comience a despertarse. ¿Continuas con la rutina de ponerle esos cassettes? No se ni como sigue funcionando esa cosa — menciona algo asombrado.
— Es su diario después de todo. Al menos dudo que olvide algunas cosas — responde intentando pensar de manera positiva.
— ¿Puedo preguntarte? Hace poco te despertaste tú. Además Nick, tu gemelo, tu hermano, sigue en las mismas. Al menos ¿me podrías decir qué ocurrió? Solo se que la trajiste muy de madrugada junto con él. ¿Pasó algo entre vosotros? ¿Una pelea? ¿Un robo? La policía me está preguntando demasiado y se ve que eres un buen chico a pesar de todo
Dave suspira profundamente y trata de recordar lo que pudo ver esa noche oscura y tormentosa. Sus memorias vienen en flash y recuerda el castaño cabello de Esther empapado de agua y sangre en la esquina de un callejón y a varios chicos dándole una paliza a su hermano. Después de eso traga saliva y decide meticulosamente sus palabras:
— No hubo ninguna pelea entre los tres, ni siquiera ella llegó a casa esa noche. Me la encontré en un callejón junto a mi hermano. Supongo que la atracaron.
— De acuerdo, cuando tu hermano despierte iremos los tres con la policía — Dice mientras le brinda unas gafas a Dave— Ten, se me olvidaba esto. Se rompieron las tuyas así que las encargué hacer para ti.
— Gracias, aunque usted no debía— dice tomando las gafas.
— Siempre está de bien ayudar a otro marcado — Después de pronunciar eso el médico se acerca a la puerta y juntando los puños hace un gesto a Dave— Que la luz te guíe.
— Que la luz le guíe — dice mientras hace el mismo gesto y se pone sus nuevas gafas. Acto seguido el médico se va de la habitación.
Después de eso Dave se gira y vuelve la mirada a Esther para poner en marcha de nuevo el radiocassette y girar a ver la gran ciudad de Trevana por la ventana de la habitación.
— Hola mundo. Al habla Esther y bienvenidos a la primera parte de mi diario. Mejor dicho el primer archivo de mi diario.
ESTÁS LEYENDO
Libro 1 ~ Reaching Dysphoria
RandomEl misterio de porque su pareja fue atracada, deja a Dave confuso y algo perdido. También que él y su hermano, un par de erizos marcados, fuesen los que la llevasen al hospital, llenos de heridas, no ayuda al buen pensamiento de la prensa. Que una r...