capítulo I

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   Y ya sabes tú, de esos días que te despiertas a causa de tu ventana de la cual ayer se te olvidó bajar por causa del cansancio, cuando miras el reloj de la pared y tan solo son la siete de la mañana y lo único que quieres es dormir. Intentas retomar el sueño pero es imposible, cuentas ovejitas, una y otra vez, pero es imposible. No puedes dormir.

    Básicamente es esto lo que me sucede todas las mañanas que no tengo que ir a ese sitio en el cual no se que pinto allí . Nunca os a pasado que no sabes que decisión tomar porque si tomas una harás daño a una persona o si no te lo harás a ti misma . Pues yo soy una de esas personas, incapaz de elegir entre dos cosas. Indecisa.

    Todo el mundo me dice que piense antes en mi, que me hace feliz y que quiero hacer con mi vida, pero es imposible pensar de esa manera para mi. Se que de igual manera sea cual sea mi decisión voy a decepcionar a alguien.

    -Amanda- se acercó mi hermano al ver que había encendido la luz.

    -¿Que quieres Andrew?- le pregunté al ver que se interesaba demasiado.

    -¿Me puedes prestar los deberes para el lunes?- me preguntó con cara de angelito.

    Cuando mi hermano pone esa cara es inevitable decirle que no.

    -De acuerdo, están encima de la mesa-le dije con un tono no muy convincente- devuélvemelo cuando hayas acabado.

    Mi hermano básicamente es lo contrario a mi en lo único que nos parecemos es que tenemos los dos los ojos azules y que venimos de los mismos padres porque si no sería por eso no seriamos nada. Bueno y el apellido también hace mucho, Espax. Solamente seríamos conocidos, él es el típico guaperas, popular, que cae a todo el mundo bien y yo en cambio, soy de esas que están entre libros todo el día a las que la gente no se acerca por la apariencia, la rara, la hermana del chico guapo y popular.



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