CAPÍTULO 2

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La editorial había contratado transportación, por lo cual fueron llevados directamente, junto con otros integrantes de la editorial, al hotel de primera clase que se encontraba dentro de uno de los complejos hoteleros, frente a las playas. Michael iba constatando lo que averiguará sobre el destino a donde viajarían, y se encontró con que toda la marina y la zona de hoteles, le daban a la ciudad un aire cosmopolita, según se apreciaba en el sin fin de banderas de ondeaban en los barcos que estaban anclados y por la gente que se veía en sus calles. Ni que decir de las hermosas playas que parecían estar a un palmo de sus dedos desde la ventanilla del transporte. Atravesaron por lujosos complejos inmobiliarios, muchos de ellos alfombrados por espectaculares campos de golf. Realmente el lugar tenía una gran belleza y atractivo, al juzgar por el turismo, el paisaje y el intenso azul del mar.


-Waoooo, no es un pueblito perdido en la nada, ¿eh?....-dijo Michael con cierta admiración al ver ese pequeño edén en esa desolada península y volteó hacia Theo que tenia los ojos entrecerrados y parecía dormitar con una revista en la cara en el asiento a un lado suyo...-y ti te divierte el viaje que asusta...-su voz cambio rápidamente y se giró hacia la ventanilla.


-Estoy escuchándote, solo intentaba descansar un poco...-Theo se quitó la revista y la puso a un lado, mientras miraba aquel hombre a un lado suyo...-me desvelé para tomar el viaje a Denver y llegar a tiempo para transbordar al otro avión. 


-Si, me lo dijiste un par de veces...


-He tenido mucho trabajo, Michael.


-También yo, e intentó divertirme estos días.


-Pues hay mucho que hacer, aparte del lanzamiento del libro y la convención.


-¿Cuál convención?...-rezongó Michael.


-...de fotógrafos. Estoy seguro que te lo dije...-recalcó unos segundos después al ver el mohín de fastidio que tenía Michael y eso era fácil de reconocer, por que se mordía el labio inferior mientras giraba la cabeza en franca negativa.


-No. No, no me lo dijiste. Recordaría algo como eso en tus escasas llamadas y los email de contadas palabras que me has enviado en estas semanas.


-Ya me disculpe, te dije que estaba ocupado.


-...pero lo que no dijiste en ningún momento fue lo de la "famosa" convención. ¿Por qué? ¿Temías que decidiera no venir?


-Disculpa, si mis actividades te aburren.


-Tus actividades nunca me aburren, Theo. No pongas palabras en mi boca, ni cambies el tema. No me dijiste nada de la convención.


-Bueno, lo sabes ahora. Habrá una convención y participaré...-rezongo intentando no darle mas cuerda al asunto, pero Michael no pensaba desistir.


-¿Con qué trabajo?


-Un rotafolio que hice de vida natural...parte del viaje a Alaska.


-No conozco ese material. No tuviste tiempo de enviármelo, supongo...-el sarcasmo era tan marcado, que Theo sintió una punzada por el reproche, además que se sentía plenamente justificado, pero aun así intentó disculparse.


-Estabas cubriendo lo del "Faro McKenlly"


-Siempre tengo tiempo para revisar tus fotografías, lo sabes.


-No quería abrumarte de trabajo...-Theo puso su mano encima de la rodilla de Michael intentando tranquilizarle y que no subiera la voz o sus compañeros terminarían por descubrir que tenían un pleito de pareja.


Michael encimó su mano sobre la de Theo, acariciando sus dedos, mientras le miraba. Necesitaba creerle, era verdad que tenia mucho trabajo en esas fechas, pero también que siempre buscaban el tiempo para interesarse en el otro y Theo siempre le mostraba su trabajo antes que a nadie, y hasta seleccionaba parte del material que presentaba. Theo confiaba en su juicio y sus conocimientos de fotografía, adquiridos en años de experiencia a su lado. 


-Bueno, ahora tendré tiempo para ver el rotafolio y que quede terminado antes de....


-No será necesario...Raleigh ya me ayudó...-Theo se refería al fotógrafo que estaba lanzando el libro de vida natural y por el cual se suponían la editorial organizaba parte del viaje.


Lentamente Michael soltó la mano de Theo, sin saber exactamente por que, al escuchar el nombre de aquel tipo, que ni conocía personal y que supiera que le ayudaba a su pareja le molestaba. "¿No debía agradecerle?"...-pensó. Pero ya había retirado su mano.


El fotógrafo notó inmediatamente la reacción y quiso apelar, pero la reducción de la velocidad en el transporte, seguida de la voz del conductor avisándoles que estaban en su destino, hizo que se guardará el comentario, para empezar a levantarse y bajar. Ya habría tiempo para aclarar aquel mal entendido. 


Apenas era doce de febrero. 


El evento estaba bien organizado, e inmediatamente un grupo de maleteros les ayudaron a trasladar las maletas a recepción, mientras algunos de los que parecían organizadores del evento por parte de la editorial, se fueron presentando para irles dando la bienvenida.


Michael conocía a varios de ellos, compañeros de trabajo del área y que en más de otras ocasiones, habían coincidido. Eso lo tranquilizó un poco, era gente amigable y se sentía cómodo con ellos, por que además sabían de su relación personal con Theo y no tenían que aparentar nada.


Se registraron en recepción, recibieron sus llaves y les indicaron que habría un brindis de bienvenida en unas horas, en cuanto se refrescaran y terminaran de llegar el resto de invitados al evento.

Eso era música para los oídos de Theo. Necesitaba un baño, una cama y dormir por horas. Sin embargo su compañero no pensaba lo mismo. En cuanto el maletero se fue, después dejar las valijas y recibir su propina, Michael cerró la puerta poniendo el anuncio de no molestar y se avalazo sobre el fotógrafo que inspeccionaba la habitación. El joven interpuso su cuerpo junto al del fotógrafo, estorbándole completamente en la puerta del baño, mientras su boca sonreía en total picardía y sus ojos brillaban con lujuria.


-¿Hace calor, verdad?...-dijo el reportero, mientras iba subiéndose la camiseta y arrojándola al piso...-La tina se ve grande...-le ronroneó impaciente.


-Lo es, si... ¿Por qué no te bañas? Mientras duermo un poco...-intentaba escabullirse Theo, pero Michael ya tenía sus manos encima de él, subiéndole también la camiseta, metiendo una pierna entre las suyas, impidiéndole moverse, mientras sus labios daban besos aquí y allá en su pegajosa piel.


-¿Nos bañamos juntos?...-le decía el reportero, mientras terminaba de quitarle la camiseta y empezaba buscarle el cierre, intentando lamerle el pecho, acciones que terminaron de poner puso algo nervioso a Theo, tomándole las manos y deteniendo aquel avance.


-Seria mejor que descansáramos un poco, ¿no crees?...


-Exactamente es lo que necesito. Terminar exhausto en tus brazos...-manoteaba juguetonamente Michael, intentando liberarse de aquellas manos que lo sujetaban e impedían que siguiera tocando esa piel que le enloquecía y que deseaba recorrerla completa con su lengua...-tengamos sexo, eso me hace dormir.


-Michael hablo en serio...-lo detuvo en seco...-tenemos poco tiempo. Descansemos un poco, ¿quieres? Date un baño si lo necesitas...-Theo le soltó las manos y pasó a un lado suyo, dejando a Michael con la boca abierta, la mirada llena de reproches, pero el fotógrafo se arrojó de espalda contra la enorme cama, cerrando los ojos.


Fingir que iba a dormirse, era algo que terminó con la paciencia de Michael.


-¡¿Qué me de un baño?! ¿Qué carajos pretendes decirme con eso?...-le gritó el reportero, quitándole la almohada que había puesto debajo de su nuca, para que le prestará atención.


-Dijiste que hacia calor, ¿no?


-...dije que quería tener sexo, ¿eso no lo escuchaste, por casualidad? ¿Tienes algún "Proxy" (1) conectado, para bloquear esa palabra, cada vez que la digo?...


-Dentro de un par de horas será el brindis...


-¡! ¿A quién le importa eso?!!...-le arrojó la almohada...-¡No te he visto en semanas! Me dejaste plantado en San Francisco, alegando trabajo. Últimamente se te están acabando los pretextos, Theo.


-Fue una confusión de la secretaria, ella se disculpó ¿no, fue así? 


-...que conveniente...-el reportero se sentó en la orilla de la cama, sin dejar de verlo.


-¿Por qué estás haciendo un drama de todo esto?...-Theo medio levantó el cuerpo para enfrentarle, quitando la almohada entre ellos.


-No me has tocado en meses...-bramó Michael. 


-Exageras...


-¡NO, claro que no! Las últimas veces que nos vimos, te las ingeniaste para darme la vuelta, o dormías, estabas muy cansado o fingías no enterarte de mis insinuaciones. ¿O vas negarme que no me escucharas, cuando te pedí que me masturbaras en el sanitario en Denver? 


-¡Claro que te escuché! Pero sí te hacia caso, seguro perderíamos el viaje. El avión salía en 20 minutos y tú querías tener sexo en un baño.


-Tengo tres semanas sin verte. Estamos aquí, por que se te acabaron los pretextos...-se levantó Michael de la cama...-¡Claro que quiero tener sexo en el primer lugar donde te encuentro! 


-¡¿Es en lo único en que piensas?! ¿En sexo? ¿Es lo único importante para ti?...-rezongó el fotógrafo.


-No. Aunque no puedo negar que me es de lo mas delicioso hacerlo contigo...-Michael gateó hasta ponerse a un palmo de Theo y verlo de frente...-El sexo contigo es placentero. Nada hay que se le compare. Pero no es solo sexo lo que necesito, es tu cariño del cual me estás alejando. Te pido sexo, por que es la forma más simple de acercarme a ti...por que creo que puedo dejarte en tal punto vulnerable, para que me confieses de una buena vez que demonios te traes...


-Sigues con lo mismo...-intentó levantarse Theo, pero Michael fue mas ágil y se trepó a su cuerpo, pasando su pierna sobre su cadera, reteniéndole, empujando su espalda contra el colchón, subiéndole los brazos y dejándole momentáneamente inmóvil.


Michael no desaprovechó la oportunidad y empezó a lamer la clavícula de Theo, dando traviesos mordiscos en ella, mientras su pecho rozaba contra la piel desnuda que tenia debajo de él.


-Te amo, Theo. Te necesito...-susurró en su oído, mientras introducía la punta de su lengua y luego mordisqueaba el lóbulo. 

El fotógrafo se dejaba hacer, era innegable que aquel cuerpo le fascinaba y la forma en la cual restregaba sus caderas, subía y bajaba por su pecho, entre que lamía sus pezones y buscaba su boca, la cual no pudo negarle más. Michael tenía una lengua muy insistente, que no pudo resistir, en cuando la mostró y relamía sus labios. Theo bajó sus manos, que las habían mantenido por encima de su cabeza, siendo ligeramente retenidas, abrazó al joven que tenia encima, acariciando su espalda, sosteniendo la base de su cuello, besando sin ningún pudor toda esa piel que tenia disponible y a su alcance. Una piel joven, lozana aún. 


Su joven amor había crecido en sus brazos y era ya todo un hombre. Había dejado atrás la timidez, era ahora atrevido y buscaba su propio placer, frotando su hombría, contra la suya, buscando excitarle con premura. Theo también lo necesita, y era más que cierto que tenían meses sin concretar nada. Las razones podrían ser validas, pero aun así, ese joven cuerpo le incitaba a responder, para hacerlo suyo.


Ese joven que seguía oliendo a hierba fresca y que había aprendido muy bien el arte de amar a su lado. 

El fotógrafo no pudo contenerse más y con caricias lentas, premeditadas iba bajando y subiendo sus dedos por la larga espalda y jugando en la pretina del pantalón. Aquello hizo ronronear a Michael, quien no tuvo más remedio que dejarse llevar por la oleada de placer que empezaba a desbordarse en su cuerpo, disfrutando no solo aquella caricia sino además, que por fin encontraba una positiva respuesta en el cuerpo de Theo. Indicándole que no solo era él quien estaba disfrutando ese momento, sino que también estaba ansioso por compartir caricias y le demostraba en la forma en que saboreaba su boca rodeaba sus caderas con sus piernas, apresándole.


Definitivamente no estaba ya nada insensible ante la situación, sino que buscaba quitarle el resto de la ropa y Michael levantó un poco la cadera, para ayudarle hacerlo y que terminará de liberarle de estorbos.


Fue entonces cuando el teléfono sonó. Una cubetada de agua fría, técnicamente sobre el juicio de Theo, que primero dejó sus manos inmóviles y luego empezó a lidiar con el cuerpo de Michael encima de él que le impedía tomar el auricular.


-¡Deja eso, Theo! Vamos, solo serán los de recepción...


-Puede ser importante...-le indicó guardar silencio, mientras contestaba sin dar detalles...-Aja. ¡Demonios! Si, no, no. No tardaré...-el fotógrafo colgó el teléfono.


Michael se quedó pasmado al ver como Theo se bajaba de la cama, subiéndose el cierre.


-¡¿A dónde vas?!...-gritaba el joven reportero, intentando detenerle y hacerle volver a la cama.


-Confundieron las cajas donde venían los paneles de las fotografías. Hay un desorden y nadie sabe donde está la relación.


-¿...y eres el único que puede hacer eso?...-le gruñó al fotógrafo.


-Necesitan armar la exposición...se dará el brindis en unas horas...-Theo jaloneaba su camiseta encima de su cabeza.


-Baja después...-Michael tomó su mano, reteniéndole...-no puedes dejarme así...-su erección estaba en punto e intentó llevar la mano de Theo a ella, para que convencerle, pero el fotógrafo estaba visiblemente contrariado.


-No tardaré, date un baño. Pasaré por ti más tarde e iremos juntos a la recepción.


Theo cerró la puerta y escuchó el ruido de algo que se estrellaba contra la pared y estaba seguro que era el teléfono que Michael había arrojado, en plena frustración.


Él tampoco estaba tan inmune a eso. No podía seguir ignorando los reclamos de Michael sobre el tema. Como tampoco era factible mantenerse alejado indefinidamente de casa. Algún día tendría que volver y resolver esa situación. Sobre todo, enfrentar a Michael con la realidad y hacerle ver que diez años, dejaban huella en cualquiera.


Michael ya no era un jovencito, debería entender que todo cambia. Nada es para siempre. Solo buscaba el momento adecuado para decírselo.


Theo tardó minutos en tranquilizarse, mientras caminaba hacia la recepción, donde ya otro de sus compañeros, se encontraba. Ambos conocían muy bien el contenido de la exposición, seria rápido organizarla de nuevo e indicar a los asistentes la disposición del material. Trabajaron en eso un buen rato y cuando ya todo parecía ir tomando forma, el fotógrafo se disculpó para ir a tomarse un baño, antes de la recepción, la cual estaba planeada a las 6 de la tarde.


Miró su reloj, tenia casi una hora, antes del evento. Intentaría tranquilizar a Michael y convencerlo de bajar. Aunque no era fácil explicarle, lo que tenía que decirle, sabía que terminaría por encontrar las palabras para hacerlo.


El fotógrafo tocó la puerta, para ver como se encontraba Michael, pero su sorpresa fue mayúscula, cuando no lo encontró en la habitación, ni una nota que indicara donde se había metido.


No estaría entonces tan enojado, se dijo y entró a la regadera. 


Minutos después Theo salía envuelto en una toalla, poniéndose crema para afeitar y mirándose en el espejo, mientras lentamente iba pasando la navajilla por su rostro lentamente. Escuchó luego el sonido de la puerta abriéndose y unas llaves siendo arrojadas en el mueble.


-¿A dónde fuiste? ...-le preguntó Theo a Michael en cuanto lo vio por el espejo.


-¿En verdad te interesa?...-se acercó el reportero a su lado y tomó la navilla para ayudarle a afeitarse.


-¿Qué pregunta es esa, Michael? ...-le detuvo la mano para mirarle, se escuchaba abatido y era obvio que estuvo llorando, sus ojos lo delataban.


-Respóndeme...¿te importa?...-cuestionó la voz del reportero.


-Si...-le quitó la navajilla Theo, terminó de rasurarse, se enjuagó y arrojó la toalla en el lavabo.


-...pues lo disimulas muy bien, dejándome excitado para ir a colgar unos paneles.


-¡Carajo, Michael! Es mi trabajo. ¿Se te olvida eso? ...-volvió sobre sus pasos para enfrentar al reportero.


-Soy tu pareja, eso es lo que a ti, se te ha olvidado.


-¿Tienes que ser "la reina del drama", en este viaje? Querías que nos viéramos en estos días, pues aquí estamos...-gritó Theo elevando la voz...-Te dije que estaría de vuelta el 16...que entonces podríamos tener unos días ambos. Tú insististe en que estuviéramos juntos. Me amenazaste con largarte hasta con el perro...


-¿Aparte de eso, que más te interesa de la casa?...-le bramó Michael sin quererse amedrentar.


Theo resopló, aquello se estaba saliendo de control.


-Entiendo que estés molesto...-empezó Theo...-sé que querías un viaje por la costa, pero no fue factible en esta ocasión. No se puede tener siempre todo, Michael. 


Theo dio un par de pasos hacia el reportero con la intención de tomarle en sus brazos, besar esa boca que hacia una mueca de enojo y le era tan graciosa, pero el joven dio unos pasos hacia atrás, impidiéndolo. En realidad estaba furioso. Michael quería escuchar: "...tu, tú eres lo único importante en esa casa..."


Pero esas palabras no llegaron. 


-No, no se puede tener todo...-Michael intentaba entender eso, dio la vuelta y entró al baño.


-No me dijiste a donde fuiste...-Theo impidió que cerrará la puerta, entrando también, viendo como se desvestía, arrojando la ropa al piso y entraba a la regadera. Dándole un buen espectáculo de su trasero, haciendo que la garganta de Theo se secara de pronto.


-Fui a caminar a la playa...-le resopló el periodista.



El chorro de agua, impidió que Theo pudiera continuar hablando con Michael, y salió a esperarlo. Se sentó en cama, encendiendo la televisión y cambiando los canales sin quedarse en ninguno en particular. Vio salir luego al reportero, quien buscaba ropa en su valija para vestirse. El fotógrafo no podía dejar de seguir sus movimientos, le gustaba mucho verle vestirse. Michael lo hacia sin prisas, deslizando las prendas por encima de su piel y aquel conjunto informal le sentaba particularmente bien, delineando su largas piernas y hasta la camiseta ajustada, parecía remarcarle el cuerpo.


-¿Has ido al gimnasio? ...-preguntó el fotógrafo, dándose cuenta que el joven había ganado algo de definición en su delgado cuerpo.


-Si, tengo muchas horas de ocio en la semana...-no era sarcasmo, sino algo parecido.


Theo se levantó y fue a su lado, para tomarle de la mano, retenerla, cuando el joven intentó jalonearla, mientras intentaba acariciar su mejilla con la otra.


-Sé cuan importante son estas fechas para ti. Pero esto es solo un par de días. Una recepción hoy. La convención mañana. Después de eso, el resto es nuestro...-Theo levantó la barbilla del reportero...-nos desocupamos el 14, tendremos ese y el siguiente día para nosotros. Hay hermosas playas...estoy seguro que alguna podrá ser un refugio para nosotros.


-¿Lo dices en serio?...-el joven hacia un puchero.


-Si, Michael. Sé que he sido un patán, me ha salido trabajo de mas, he...he intentado hacerlo todo y ...y de pronto me doy cuenta que te tengo muy abandonado.


-Eres un desgraciado, si...-le respondió Michael, intentando no reír, aunque ya tenía una mueca en la cara.


-Dame estos días, voy a sacar estos pendientes y tendremos el resto para nosotros...-el fotógrafo acercó la boca, aquella otra, mordisqueando el labio inferior, buscando una rendija para entrar y deslizar su lengua por ella.


Michael cedió. No podía resistirse. No, cuando ha estado deseando reencontrarse con ese "Theo", el apasionado, dulce y considerado, que ahora le tiene en sus brazos, besando su boca, sacándole el aire, mientras sus manos sujetan su cintura pegándolo a él. Esos besos eran lo que extrañaba, húmedos, hambrientos y sobre todo suyos.


Se separó Michael de Theo, mirándole emocionado, con el brillo de la esperanza en sus ojos.


-¿No será muy larga, la recepción, verdad?...-poniendo sus manos en el pecho del mayor, ansiando mas contacto, jugando con los botones de la camisa.


-No puedo asegurar nada, pero ya veremos. Anda, vamos...-le tomó de la mano...-no tarda en empezar la recepción.



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⏰ Última actualización: Jan 10, 2016 ⏰

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Gritaré al viento, que te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora