(Algún lugar del amazonas)
Estaba lavando el maíz en el río, inmersa en mis pensamientos cuando escuche un aullido, y luego vinieron a mis oídos otros mas, mi mente se sobresalto por el cambio tan repentino, me encontraba algo lejos y para escucharlos eso significaba que algo terrible había pasado, cargue con mi maíz y salí corriendo hacia el ruido lo mas rápido que pude.Cuando llegue había un tumulto terrible en la aldea, los hombres estaban todos juntos discutiendo y gritando mientras levantaban sus lanzas, el escándalo no se había hecho esperar, los aullidos de los Yanomamis siempre han sido fuertes y agudos pero en esta ocasión pareciere que se pudiera escuchar en todo el Amazonas.
Miraba aquella escena y me inquietaba no saber lo que estaba pasando, ¿por que el alboroto me preguntaba?
-Taiyari - lo hice llamar -¿que esta pasando?- mi pequeño se acerco, mientras le entregaba el maíz
-Aun no se mamá, mi papa no ha llegado - me dijo asustado
Le abrí los brazos para calmarlo, su cabeza ya me llegaba a la cintura, a su corta edad ya había visto mas muertes que las que yo ví antes de casarme.
Era normal que estuviera así, yo también estaba nerviosa, mi esposo no había llegado, no podía preguntar nada, así eran las reglas, hablar con otro hombre una vez casada era considerado un acto de infidelidad.
Me dirigí a donde se encontraban las mujeres, nuestra zona de paz, un punto de encuentro que solo era para nosotras, originalmente era para el cuidado de las mujeres que estaban próximas a casarse, a medida que los encuentros entre las esposas con experiencia se hacían mas frecuentes para enseñar a las mujeres prometidas, el brujo de la aldea acepto que fuera nuestro cuando lo deseáramos.
En las aldeas yanomamis no hay una autoridad como tal, ni jefe sabio, en la tribu el juez que define cada uno de los acontecimientos es el brujo.
Los Yanomamis somos un pueblo guerrero y salvaje, todo acto se paga con sangre, no existen acuerdos de paz, muerte por muerte.
Note a las mujeres preocupadas,
todas querían averiguar que era lo que estaba pasando, les hice una señal con la cabeza, dándoles a entender que no sabia nada, senté a Taiyari entre mis brazos y me puse a esperar como las demás.A lo lejos observamos que un nativo sale de la choza de la cual todos esperan noticias, su rostro parece pálido y no creó que sean buenas, sudor corre por su frente, todos estamos expectantes, mi corazón late al mil por hora, se detiene un segundo y nos pide a todos que guardemos silencio y a los hombres que bajen lanzas.
-Gemelos, han nacido gemelos - grita Hinko - traigan al brujo.
Uno pensaría que podría alegrarse una madre y toda una aldea al saber que han nacido gemelos, pero eso no ocurre en nuestra aldea.
Verán cuando nace un niño, esto es motivo de fiesta en la aldea, hay danzas por la noche alrededor del fuego y si este es varón es responsabilidad del padre traer un jabalí para compartirlo con toda la aldea.
Pero no cuando nacen gemelos.
Los Yanomamis creen que cuando son gemelos uno de ellos si es humano, pero el otro es un espíritu que ha intentado tomar cuerpo de hombre, para vivir entre los humanos, un demonio que podría traer sequía a la aldea, masacrar a todos los animales y dejar que toda la aldea muera, exterminándola de esa manera.
Lo cierto es que yo sabía que esto era imposible, eran tan sólo parte de nuestra ignorancia, ¿como el cuerpo de una madre podría alojar dentro de su vientre un demonio, acaso este no hubiera matado al primero dentro del vientre de la madre para aparentar ser un humano?
Sabía cual sería el final de uno de los niños, yo sabía de que manera moriría.
Lo sabía bien por que yo era gemela y habría sido madre de gemelos si la aldea me hubiera permitido tenerlos.
Amaba a Taiyari, mi pequeño y hermoso hijo, pero todavía de vez en cuando pensaba en aquella niña que me había sido arrebatada de mis manos.
No permitiría que uno de los pequeños tuviera el mismo destino, no permitiría que otro niño más muriera, haría hasta lo imposible por salvarlo.
Lo difícil era rescatarlo, pero estaba dispuesta a salvarlo, aún si esto involucraba la expulsión de la aldea o peor aún la muerte.
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Escogidos
Teen Fiction¿Hay un propósito detrás de cada dolor, de cada lágrima, del amor? ¿O todo forma parte de la casualidad? ¿Acaso hay un propósito por el cual estoy aquí en la tierra? - Mi mente divagaba dándole vueltas a estas preguntas y una voz en mi interior me...