¿Qué pasará cuando acabe el verano?

Aprobación

Una hora después, salimos de la piscina.

Nos cambiamos. Marina y yo les dijimos a todos que íbamos a hablar con nuestros padres por lo de la fiesta.

Fuimos a la oficina donde trabajaban los padres de marina y los míos durante el verano. Allí administraban las entradas y salidas y hacía cálculos y todas esas cosas necesarias para llevar a cabo el complejo.

-Hola-les dije, saludándolos y dándoles un café.

En verano, solían encerrarse allí durante horas. Porque, al fin y al cabo, el dinero que allí conseguían era el que necesitaríamos durante todo el año.

-Hola... ¿qué pasa?-dijo la madre de Marina, quien se llama Luz.

-Es que tuvimos una gran idea.-les dije.

-Necesitamos que sean flexibles y que entiendan que ustedes nos nombraron encargadas de la fiesta.

-Las escuchamos-dijo mi padre.

-Queremos hacer una fiesta la semana entrante... cuando ya estén todos los inquilinos. Pero queremos que sea abierta, así podríamos cobrar las entradas. No se preocupen que la fiesta va a tener ganancias. Nosotras cocinaremos la comida y compraremos las bebidas con el dinero que ganemos con las entradas, que venderemos antes... decoraremos con las cosas del sótanos y será un fiesta en la piscina.

Nuestros padres se miraron con cara de no saber qué decir...

-¿Obtendremos ganancias?-dijo por fin mi madre.

-Sí-dije yo.

-Por mí es una buena idea-dijo Luz-mientras no haya mucho alcohol.

-Yo digo que sí-dijo mi madre.

Todos asintieron. Creo que nos querían dar un voto de confianza, porque eran ellos los que nos habían dado ese puesto.

-¿podrían anunciarlo?-dijo Marina.

-Sí-dijo mi padre-mandaremos mails a todos los compradores y pondremos anuncios por las calles.

-Gracias-dije yo.

Salimos por la puerta y fuimos afuera.

-¡Dijo que sí!-gritó Marina y los chicos se acercaron.

Todos festejaron.

-Pues manos a la obra...-dije yo-hay mucho trabajo que hacer.

-Siempre tienes que arruinarlo todo-dijo Thomas riendo.

Marcos se acercó a Marina y la quedó mirando. Le sonrió. Ella le devolvió la sonrisa. Parecía que estaban en su propia película y todo el resto éramos actores secundarios que estaban fuera de lugar.

-Ejem, ejem-dijo Bob, haciendo que tocía.-dejen estas cosas para cuando estén solos...

Marcos le lanzó una mirada de odio. Sin embargo, pude ver que Marina estaba disfrutando mucho la situación.