Es cierto... Tanto tú como yo hemos cambiado, no se si para bien o para mal, pero es así. No me molesta ni tampoco me alegra, pero la vida es así, todo está en un constante cambio y desarrollo, y muchas de esas veces me costó asimilar los cambios en nosotros, los cambios en ti.
Mi forma de asimilar las cosas fueron un poco más lentas que las tuyas, quizá por mi forma de crianza o de repente porque me negaba a creer que estabas cambiando, que dejaba de ser importante para ti, y no era malo la verdad, porque estábamos creciendo y madurando, aprendiendo a ver de distinta manera la vida.
Algo que siempre tengo presente en mi memoria, son los grandes, bellos e inolvidables momentos que me regalaste; quizá todo ésto parezca una queja de los que vivimos, pero no es así, porque una historia sin momentos de tristeza, drama, alegría, amor, y más, no es una gran historia, y la nuestra no tiene nada que envidiar a los grandes bestsellers.