Parte 1 [1/2]

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La lluvia que había comenzado a caer hace poco más de una hora, lo estaba molestando más de lo debido. Juntó ambas manos frente a su boca para poder calentarlas con su aliento, sus manos siempre eran lo primero en su cuerpo que se helaba.

Saludó al portero mientras se acomodaba el paraguas debajo del brazo, presionó repetidas veces el botón del ascensor que lo dejaría en su piso y sonrió un poco al sentir la cálida calefacción del ascensor. Se dijo a si mismo que necesitaba una ducha caliente, y burbujas, como olvidar las tranquilizadoras burbujas.

Cuando al fin llegó a la puerta de su departamento, se sacudió un poco antes de entrar, riendo por lo bajo al recordar que había tomado esa costumbre de su mascota. Abrió la puerta, esperando encontrarse con aquellos adorables ojos de cachorro que adoraba.

Más una corriente de frío fue lo único que lo saludó. Se estremeció y frunció el ceño mientras se quitaba los zapatos y los dejaba a un lado en la entrada, el paraguas fue puesto en su cesta y el abrigo un tanto mojado tirado al suelo, luego lo recogería.

Corrió tanto como le daban sus cortas piernas a donde se encontraba la calefacción y la encendió rápidamente. Como odiaba el frío.

—¡Chanyeol! ¿Dónde estás? ¡Ven aquí chico, ven aquí! —Llamó, tan solo esperando que el alto viniera como siempre corriendo rápidamente, tropezando con sus piernas y lo abrazara fuertemente.

Había recogido al híbrido de un refugio hace un año y medio, lo había escogido por la mirada más tierna que alguien le pudo haber dado. En ese entonces el pequeño cachorro le llegaba a la cadera, quizás un poco más. Un año y medio pasó para que el cachorro lo superara con creces en tamaño, y odio que tan rápido podían crecer.

El comienzo fue algo difícil, cuando lo recogió tenía una historia algo triste detrás de él, pero aun así decidió llevarlo.

Baekhyun siempre se sentía solo en su departamento, y aunque a veces estuviera con algunos de sus amigos, sentía que algo le faltaba. Xiumin le había dicho que se buscara un novio que le diera calor por las noches, pero Baekhyun no quería ninguna relación por el momento, había tenido anteriores que terminaron mal y no quería estresarse con ello. Así que un cachorro estaba bien. Siguiendo los consejos de la televisión, decidió adoptar uno.

Luego de unas semanas, Chanyeol se había acostumbrado a su nuevo hogar y conocía muy bien el departamento. Gustaba de ver televisión y juguetear con sus juguetes de vez en cuando. A pesar de su actual apariencia —en la que cualquiera podría decir: es un hombre llegando a sus veinte, si no fuera por sus orejas y cola— el cachorro era muy infantil aun. Baekhyun sabía que ya no era un cachorro, su pequeño se había ido junto a su altura, pero aun así, seguía teniendo aquellos ojos llenos de dulzura y brillo que amaba.

—¿Estás aquí? Deja de jugar a las escondidas Chanyeol. —Dijo una vez más al aire del baño, esperando que su mascota saliera del lugar en el que se había decidido esconder.

Chanyeol se había estado comportando raro los últimos días. Como hoy, siempre tenía la calefacción apagada, cuando sabía que a su amo no le agradaba llegar a un departamento frío. En un comienzo pensó que sería algún juego por parte del alto, pero ahora no sabía muy bien porque lo haría. Los días donde este dormía al lado suyo siendo un ovillo se acabaron y el híbrido prefería dormir en el sofá o en cualquier otro lugar lejos de él. Baekhyun creyó que se estaba independizando y quería tener su propio espacio. Pero ahora tampoco jugaba con él, o siquiera se permitía estar al lado suyo por demasiado tiempo.

Descubrió al peli plata durmiendo debajo de su cama, lejos de su alcance, el alto se las había arreglado para quedarse fuera del alcance de los cortos brazos de su amo. Lo llamó por unos minutos antes de rendirse. Algo pasaba con su adorable mascota y no sabía que era.

De cachorro, a Chanyeol. {Twoshot}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora