LuHan estaba realmente cabreado. Ya habían pasado dos semanas desde el último encuentro con su papi y este no daba señales de vida.
El castaño sabía perfectamente en el lío amoroso que se había metido y no pensaba terminarlo por su propia cuenta. No sin antes sacarle provecho a lo-que-fuera-que-tuvieran.
La pregunta que siempre se hacía era: ¿Qué tan imbécil se podía ser a los veinticuatro años? Y siempre obtenía la misma respuesta: Un completo idiota.
Conoció a SeHun un día viernes que decidió irse de fiesta a algún caro bar de Gangnam y luego, una cosa llevó a la otra, terminando liados y teniendo mucho sexo caliente en la casa del mayor. Porque sí, SeHun era seis años mayor que él y eso no podía importarle menos. A esas alturas de la vida, encontrarse con un hombre guapo, rico y soltero era como ganarse la lotería.
Sin embargo, LuHan se había enamorado. Estaba loco de amor por su papi, ese hombre que en ocho meses lo había hecho sentir como nunca. Porque si bien era cierto que disfrutaba de estar atado de manos a la cama, mientras SeHun lo tomaba duro, ese hombre, ese perfecto hombre también le había hecho el amor y no sabía como sentirse al respecto porque era demasiado, todo lo que ese misterioso hombre le hacía sentir era demasiado para su cuerpo y su corazón.
Pero estaba decidido. Esa noche era la fiesta de gala de Oh Corporation y el chico llevaba un smoking negro a la medida, una camisa blanca y un corbatín a juego con el traje. En la bolsa de la chaqueta, llevaba un pañuelo blanco perfectamente ordenado para que tuviera una forma elegante mientras que su cabello estaba peinado de lado, dejando que unos mechones cayeran sobre su frente y talvez, sólo talvez puede que haya chantajeado un poco a Kris para conseguir una entrada, pero eso ya no importaba.
La mejor arma que el chico poseía era su infinita belleza y estaba seguro de ello, tanto que, al entrar en el salón, percibió todos los ojos curiosos y fascinados que se posaron en él pero lo que más le importaba era esa oscura mirada que tenía SeHun, su papi.
SeHun sobresalía entre todos los invitados, era imposible no distinguir un metro con ochenta y tres centímetros de masculinidad pura y más si iba vestido completamente de negro, logrando que su blanca piel y ese cabello rubio resaltaran más de la cuenta. Claro, LuHan se lo esperaba, pero no tenía ni voz, ni voto en todo aquello.
Su papi tenía una voluptuosa mujer pegada al brazo derecho, muy cariñosa con él para su gusto.
Intentando no prestarle mucha atención a eso porque su corazón podría acabar roto, se dirigió hacia el bar para tomarse una copa de champán.
Mientras disfrutaba del dulce sabor de la bebida espumante, un chico pelinegro se le acercó, dándole una tímida sonrisa. Ese delicado gesto, encantó al castaño y le sonrió de vuelta.
—Buenas noches. —saludó el hombre.
—Buenas noches. —devolvió LuHan, haciendo una venía y sintiendo como una ardiente mirada le quemaba la espalda.
—Soy MinSeok. —se presentó el pelinegro, tendiéndole la mano.
—LuHan. —contestó, tomando la mano del hombre.
MinSeok llevó la mano del chico hasta sus labios, depositando un pequeño beso en el dorso. LuHan nunca se lo esperó y se sonrojó por el acto.
—Un placer conocer a tan hermoso joven.
LuHan sólo sonrió, apenado.
~♥~
SeHun estaba hecho una furia.
Tenía pensado ir por LuHan después de esa asquerosa y horrible fiesta para enterrarse profundamente en su maravilloso culo pero al parecer, su ángel había llegado primero a él y vaya que estaba disfrutando de las vistas hasta que el imbécil de MinSeok se acercó a su bebé y por lo visto, LuHan la estaba pasando de maravilla.
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Whip me, daddy.
FanfictionLuHan quería poner celoso a su papi y qué mejor manera de hacerlo durante la fiesta de aniversario de Oh Corporation. Oneshot. Género: Daddy!Kink. Advertencias: Smut/fluff. Pareja: HunHan.