Abraza mi oscuridad

1K 12 7
                                    

1ª edición: junio, 2013

© 2013 by Isabel Keats

© Ediciones B, S. A., 2013

Consell de Cent, 425-427 - 08009 Barcelona

(España)

www.edicionesb.com

Depósito Legal: B. 15.102-2013

ISBN DIGITAL: 978-84-9019-486-7

Fotografía de portada: Shutterstock

Diseño de portada y maquetación ebook:

Caurina.com

Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones

establecidas en el ordenamiento jurídico, queda

rigurosamente prohibida, sin autorización escrita de

los titulares del copyright, la reproducción total o

parcial de esta obra por cualquier medio o

procedimiento, comprendidos la reprografía y el

tratamiento informático, así como la distribución de

ejemplares mediante

alquiler o préstamo públicos.

Nada es seguro y todo es posible.

De la película V de Vendetta

1

—Ya está otra vez aquí la tipa rara esa.

Como de costumbre, Morales entró en el despacho sin molestarse en llamar con un vaso de plástico lleno de café solo en cada mano.

—Gracias. —El inspector jefe Nuño Macnamara tomó el vaso que le tendía su compañero y le dio un trago, saboreando con placer el líquido oscuro y caliente. En el fondo, se alegraba de que Morales hubiera interrumpido la aburrida tarea que suponía elaborar el informe de la última operación; llevaba tres días encerrado en el despacho y ya empezaba a sentir claustrofobia—. ¿De quién hablas?

—Esa que está ahí. —Su amigo señaló con disimulo a una joven rubia con cara de cansancio que esperaba, paciente, sentada en una de las deterioradas sillas de plástico de la sala de espera.

La Brigada Central de Delitos contra las Personas (BCDP) ocupaba una planta entera de un destartalado edificio de hormigón, fiel exponente de la maciza arquitectura franquista. El espacio era diáfano en su mayor parte y hasta las paredes de los pocos despachos eran de cristal, así que se podía observar lo que ocurría alrededor en todo momento. Cuando el inspector jefe necesitaba un poco de intimidad, no le quedaba más remedio que recurrir a una desvencijada persiana de lamas que alguna vez fue blanca.

—Parece una mujer bastante normal. —Macnamara examinó el pálido rostro sin maquillaje, las anticuadas gafas de concha, y el cabello recogido en un moño tirante y fue incapaz de decidir si le parecía guapa o fea.

—Es una mujer muy extraña, créeme, es la tercera vez que viene. Ha denunciado la desaparición de una alumna suya o algo así. Traté de ser amable con ella, pero en cuanto eché un vistazo al historial de la pájara de la niña le dije que era el típico perfil de adolescente que se fuga de casa, y que lo más probable era que en ese mismo instante estuviese esnifando coca con algún muchacho en un callejón oscuro de cualquier ciudad española. Pero la tía, que no; está empeñada en que alguien la ha asesinado. —Morales se derrumbó sobre la silla que había frente a la mesa y su barriga, cada día más prominente, amenazó con reventar un par de botones de la arrugada camisa beige que llevaba puesta—. Dice que la ha visto en un sueño o en una visión o en algún otro lugar igualmente siniestro. A pesar de ese aspecto modosito, no cabe duda de que es una auténtica pirada.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 27, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Abraza mi oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora