Me fui fuera del piso, vivía en el ático. Al abrir la puerta de las escaleras, no se abría, recordé que tenía las llaves en el piso y el ascensor estaba roto, se abrió la puerta del vecino y le encontré muerto. Cogí mi móvil, pero estaba roto y no tenía otro en casa para llamar a la Policía. Me fui a mi piso con los ojos llorosos y apareció Irene, la miré y se fue. Después apareció Flandes, corrí a otra habitación y me metí en el armario.