Milagro Imprevisto- Wigetta's Children (Mpreg)

Milagro Imprevisto

-... Joder... ¿cuánto tiempo ha pasado?

El sonido de los zapatos que van de un lado a otro resuena en el blanco suelo del hospital.

Samuel suspira preocupado, mirando primero su reloj por doceava vez ese minuto y luego la puerta de la sala donde se encuentra Guillermo.

Sin una respuesta a su pregunta, resopla impaciente y camina de nuevo a la silla, esperando como lo ha hecho desde que llegó al centro médico.

-¿Por qué tardan tanto?- se sienta mientras vuelve a preguntar a nadie, respondiendo en su propia mente qué podría estar ocurriendo o haber ocurrido para no tener ni siquiera una enfermera que notifique el avance.

Y es que era cierto que debía ser difícil dar a luz gemelos, ¿pero un día entero de labor?

Definitivamente no volvería a hacer pasar al menor por eso.

Oye como la puerta se abre y de un salto vuelve a incorporase, dirigiéndose a la enfermera que acaba de salir, como si hubiese escuchado sus pensamientos.

Ella no lo ve hasta que él está directamente en frente suyo.

-¿Cómo está?- cuestiona exaltado, mirándola fijamente.

La mujer se sobresalta ante el repentino encuentro, pero le mira un momento, intentando reconocer si es familiar del joven que acaban de atender.

El muchacho que las primeras dos horas hizo la misma pregunta cada diez minutos.

Ella suspira y contesta lento.

-Puede pasar a verle.

Él no necesita más y la esquiva para entrar a la sala tan rápido que casi se golpea con la puerta.

Atraviesa un pasillo lleno de habitaciones antes de llegar al cuarto donde está el menor.

Inspira para calmar un poco su respiración y luego abre con cuidado la puerta.

Lo primero que oye es el llanto de un bebé.

El menor advierte su presencia y levanta la vista de la cuna a su lado.

-Hola- susurra viéndole a los ojos con una pequeña sonrisa- ven a verles. Ven.

Samuel sonríe igualmente, dirigiéndose lentamente hacia la cama, sentándose después en una silla junto a él, esperando que le presente a sus hijos.

La sonrisa del menor se hace más grande al regresar su vista a sus pequeños y con algo de dificultad se inclina para sacar al pequeño niño trajeado de azul. El llanto cesa de pronto.

Con cuidado se lo entrega al mayor, que lo recibe entusiasmado a la vez que temeroso.

El pequeño duerme profundamente y apenas se remueve para acomodarse en los brazos de su padre.

-Hola, Samuel- susurra dulcemente hacia su hijo, llamado igual a él.

Guillermo les mira un momento, y cuando el mayor regresa su vista hacia él, se inclina de nuevo para sacar al otro bebé, la niña.

Pero en cambio, el menor se incorpora con otra criatura vestida celeste en brazos, que empieza a llorar al ser interrumpido su sueño.

Samuel le mira confuso. O no tenían más trajes para niñas disponibles o no habían niñas en su pequeña camada.

-¿Dos niños?- interroga algo desconcertado, recibiendo al bebé en su brazo disponible.

Mira fijamente al niño, es más pequeño que su hermano y al contrario que este, llora con fuerza.