"¿Te gustaron los camarones fritos?".-preguntó Doniya entusiasmada
"Si".-suspiré
"Vamos Mia, no me gusta verte deprimida"
"No estoy deprimida".-dije sentándome en mi cama
"Pues parece que si".-susurró a mi lado.-"¿Qué te pasa?"
"Ya casi van a ser las 5 de la tarde y Zayn no ha venido"
"¿No crees que es mejor? Tu mamá se acaba de ir y después de la media hora que estuvieron hablando.."
"Lo sé, si Zayn hubiera estado aquí no hubiera podido hablar con mi mama"
"Y ¿de que hablaron?"
"¿Mm?".-sacudí mi cabeza.-"Me dijo que estaba feliz porque había vuelto a la casa, y que le enviaría una canasta de frutas a la mamá de Alex por haberme dejado estar allá y haberme cuidado".-suspiré de nuevo.-"también me dijo que mañana saldremos a cenar con Rebecka y su esposo"
"¿Mañana? ¿Mañana no es el concierto?"
"No puede ser ¿es mañana?"
"Si"
"¿Dónde mier** tengo mi cabeza? ¿Ahora qué hago?".-me quejé
"Tranquila".-rió.-"no creo que el concierto sea a las 6 de la tarde, generalmente empiezan a las 9 de la noche por lo que me han contado".-dijo cerrando sus ojos y pude notar como Doniya necesitaba libertad.
"¿Nunca has ido a un concierto?"
"No"
"Prometo que te invitaré a uno, para tu cumpleaños".-sonreí
"Está bien, aunque falte mucho".-rió.-"no lo olvidaré"
"Me alegra mucho que tu y María se hayan llevado tan bien"
"A mí también".-confesó.-"mañana la invité al salón de belleza".-mordió su labio.-"y después.."
"¿Vendrás a hacer el almuerzo acá?"-reí
"Si".-sonrió. La sonrisa de Doniya era hermosa, no sabía si era por su dentadura perfecta o por el hecho de que con solo sonreír demostraba lo fuerte que era, a pesar de que su mundo se estuviera derrumbando.
"Eres bienvenida, cada vez que quieras venir"
"Ohh".-dijo asomándose por la ventana.-"Zayn está aquí, supongo que debo irme"
"Genial".-torcí mis ojos
"¿Estas enojada con él?"
"No lo sé".-mordí mi labio inferior
Lo único que quería hacer cuando viera a Zayn era tirarme hacia él y abrazarlo, pero no podía, tú y tu maldito orgullo Mia.-susurré al escuchar que la puerta se abrió.
Zayn entró a mi habitación y puso el seguro, tragué saliva y giré mi cabeza hacia la ventana en cuanto vi que traía una caja de chocolates.
"¿Estas enojada?".-susurró detrás de mí y mis ojos se abrieron, no sabía que se había sentado en la cama
"No sé, tal vez el reloj lo sepa"
"Mia".-suspiró.-"no pude zafarme tan fácil, fuimos a mi casa después de eso y me cambié para venir aquí, pero todo se complicó"
"Me imagino".-dije mirando como el cielo se iba oscureciendo poco a poco
"No sabía qué hacer para que mi chica no se enojara conmigo, así que compré los chocolates más ricos según el vendedor".-dijo estirando su mano y poniendo la hermosa caja decorada en mis piernas