"Entre la espada y la pared, o más bien entre Camila y Stiles"

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"Entre la espada y la pared, o más bien entre Camila y Stiles"

Derek aún no salía de su estupor al ver a la chica frente a él. Su cuerpo reaccionó al instante y cuando se dio cuenta, ya tenía a la joven entre sus brazos. La culpabilidad que había cargado todos estos años se desvaneció al instante, como si nunca hubiera existido.

—¿Derek? —el lobo se tensó al escuchar al dueño de esa voz. Se separó del cuerpo de la chica y giró su cuerpo hacia Stiles. El muchacho lo miraba con una mezcla entre confusión y dolor. Sus hermosos ojos miel no deberían reflejar eso, pero se sintió tan bien al volver a abrazar el cuerpo de Camila, rodearla entre sus brazos —. ¿Quién es ella?

Esa pregunta era la que Derek temía responder. No podía decirle al chico con quien estaba tonteando que Camila fue su amor de infancia. Incluso antes de Paige. Por supuesto que no podía. Estaba verdaderamente confundido.

—Ella es Camila. Camila, él es Stiles —presentó a ambos algo nervioso. Y confundido, cabe volver a recalcar. El ojimiel se acercó a ellos y Camila le tendió la mano, Stiles la estrechó y sacudieron ambas. La tensión era muy, muy, tangible.

—Un gusto, Camila, pero temo que me debo ir —soltó un poco forzado —. Mi papá me llamó, adiós, Derek.

Los dos lobos pudieron oler la mentira, y escuchar su corazón latiendo desbocadamente ante ella. El muchacho se alejó y subió a su jeep, escucharon el motor encenderse y vieron al jeep alejarse. Derek miró a Camila, ésta a él y encogió sus pequeños hombros. Ambos se adentraron en "el hogar" de Derek.

No apartaba la mirada de la de la joven frente a él. Frunció el ceño.

—¿No dirás nada? No sé, algo como "hey, Cam, me alegro de que estés viva" o no sé —le reclamó indignada la castaña. Sacudió la cabeza y volvió a abrazarla.

—Me alegro de que estés viva.

—Derek, en serio que eres denso. Cuando eras niño eras tan tierno que dabas asco. Pero vine a verte, no a decirte que eres un poco idiota. Estoy buscando una manada, esto de ser una omega no me pega. Soy fuerte, pero necesito una manada. Así que dime, Hale, ¿me aceptas en tu manada? —Camila sonreía mientras decía esto, y se tronó los dedos*. Al ver que el lobo no respondía, Camila borró su sonrisa intuyendo que había algo malo detrás de ese silencio.

—Yo no soy el alfa, Camila. Una darach hizo daño a Cora, y para sanarla tuve que dejar mi chispa de alfa. Mi alfa se llama Scott. Puedo llevarte ante él, si así lo quieres —murmuró el lobo. La muchacha se quedó callada y sólo se encogió de hombros —. Pues entonces, acompáñame. Iremos con él.

Ambos lobos se pusieron rumbo a casa de Scott, y cuando llegaron, Scott ya estaba en la puerta con el ceño un poco fruncido, y su usual mirada de cachorrito.

—¿Quién es ella?

—Ella es Camila, es... una amiga. Quiere hablar contigo —la muchacha se acercó y le tendió la mano a Scott, quien igualmente se la dio.

—Yo vine a pedirte que... bueno, sí podría unirme a tu manda. Sé que no me conoces, puedo asistir a los entrenamientos para que pueda ganarme tu confianza —dijo nerviosa la mujer lobo. Scott soltó una risa y sacudió la cabeza.

—Está bien, tranquila. Eres bienvenida en mi manada. Confió en Derek, y si Derek confía en ti, yo también —pronunció Scott con una sonrisa sincera hacia Camila. Ella le dio una media sonrisa.

—Gracias. Sólo dime cuándo serán los entrenamientos y ahí estaré.

—Claro —Scott le regaló otra sonrisa —. Si me disculpan, me gustaría llamar a mi novia. Con permiso —el alfa les sonrió, de nuevo, y entró a su casa.

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⏰ Última actualización: Jan 14, 2016 ⏰

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"Entre la espada y la pared" - Sterek (OneShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora