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Taehyungpiso el frenó de su autoaldarsecuentaqueunchicoheridocruzabalacallesinfijarse, y quesiélnolohubiera hecho, lo hubiera atropellado. Aquel chico lo miró con unosojosvacíos... para después desplomarse cayendo al suelofrente a su coche. Él bajó de su auto y se acercó a aquélchico, no supo que hacer, lo tomó entre sus brazos y lo subió a su coche, condujo hasta su apartamento y cuando llegó, lo primero que hizo fue tomar al pequeño y acostarlo sobre su cama, corrió uno de sus bancos cerca de ella y se sentó a esperar a que él despertara.
El pelinegro despertó y confundido miró a los lados.
— ¿Qué fue lo que paso? — titubeo él.
— Tú caíste frente a mi auto... y trate de ayudarte — le respondió con algo de nervios, Taehyung.
— No debiste hacer eso... — murmuró.
— Disculpa, Yo... No podía dejarte ahí.
— Debiste dejarme morir allí...
— Sólo... pensé en ayud-...
— Pensaste que podías ayudarme, cuando hiciste lo contrario...
— Son demasiadas preguntas... — se pausó. — A veces simplemente no quiero pensar en nada, ni hablar con nadie, ni estar con nadie... — suspiró, su expresión era triste. — Muchas cosas, pasa de todo... me suceden tantas cosas que nadie puede ver.
La manera en la que hablaba aquel chico para Taehyung le causaban un sentimiento inexplicable. Era completamente extraño.
— ¿Cuál es tu nombre...? — le preguntó al chico. Taehyung no sabía cómo hablar con él.
—No soy nadie... —frívolo contestó, el mayor no sabia si tener miedo o sentirse mal.
— Mi nombre es Taehyung... — mencionó.
Alatardecer, Taehyunglepreguntó a su pequeño huespetquesi él quería lopodía llevar a sucasa,peroestenegóconla cabeza. Preguntó si lo llevaba con algún amigo, pero el chico le respondió que no tenia amigos. Le preguntó por sus padres, Taehyung le dijo que ellos han de estar preocupados por él, pero el chico contestó no tener familia y quesuspadreshabían muerto, Taehyung pidió perdón, no lo sabia.
—Ningunadelagente que nos rodea esreal, son sólo ilusiones— comentóelchico, con un poco de indiferencia. — Debes abrir los ojos y mirar la realidad, y lo real es que no la hay, todo es producto de nuestra imaginación... como tú justo ahora — dijo aquellas 4 ultimas palabras para sí mismo.
— Yo... Vivo solo, puedes quedarte en mi apartamento hasta que gustes, no me importaría compartirlo contigo...
— Te aseguro que serán sólo unos días — musitó. — Gracias... supongo.