El problema empezó cuando escribí tu nombre por el simple hecho de rellenar una hoja en blanco.
El problema empezó ahí, al ser consiente de que te quería, incluso, en las historias que aun no había escrito.
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El problema empezó cuando escribí tu nombre por el simple hecho de rellenar una hoja en blanco.
El problema empezó ahí, al ser consiente de que te quería, incluso, en las historias que aun no había escrito.